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sábado, 8 de septiembre de 2012

Los Mitos del Estado Mexicano.


República, Constitución, Planeación y Administración.

Los Mitos del Estado Mexicano.


A Fausto Cantú Peña.


Estos conceptos han surgido hace muchos, muchos años; nacieron glamurosos, hoy son legendarios, con ello queremos decir que en el origen había algo de realidad pero con el tiempo se han deformado completamente; en la actualidad para algunos, suenan aún con algún sentido positivo; quizás pasen por ser voces profundas y vernáculas de occidente; expresiones que observamos se utilizan y validan recurrentemente en conferencias, cátedras, exposiciones, seminarios universitarios y distintos grupos les usan.


Son conceptos utilizados de manera contundente, utilizando incluso un tono de voz, que le da relevancia al discurso, engolando la voz, para darle un estilo de sentencia, utilizado frecuentemente por actores, poetas y abogados, como puede ser Eduardo Elizalde, Enrique Rocha, o bien reconocidos maestros de Derecho, como lo fue Pedro Zorrilla Martínez o Ignacio Burgoa Orihuela, con su eterno puro, y voz enronquecida por el consumo de tabaco, como marcando una distinción social adicional, así como otros sicofántes del derecho, que aun sangran por la herida; aludiendo siempre a la exégesis de la república, de las formas de convivencia cívica como civilizada, reflejo y guía del Estado Mexicano,  de la "Teoría del Estado", enfatizando en el factor "gobierno", etcétera, etcétera, todo ello dicho de manera reiterada, ad nauseaum, taedium y fastidium, tal es el caso de conceptos como república, constitución, planeación y administración.


Dichos  conceptos, desde hace ya algún tiempo, su significado o pretendida eficacia social, política y económica, contrastan profundamente con la realidad mexicana, cuando uno oye hablar sobre ellos, "sonríe", sin embargo cuando uno oberva la realidad como decía Monsivais, "le dan ganas de llorar"; ya que no le ayudan a evolucionar en un sentido más favorable, más deseable; forman parte por ello, de la estructura cultural del Mito del Estado, como lo ha mencionado Ernst Casirer, ya que de manera particular para los abogados, juristas y administradores públicos, los elementos constitutivos del Estado son 3: "Territorio, Pueblo y Gobierno", sin embargo para el resto de las ciencias  sociales como historiadores, economistas, sociólogos y polítólogos, los elementos constitutivos del mismo son: "Territorio, Pueblo y Poder Político", que se convierte en el objeto central de su estudio.  Por su parte, "el gobierno", según Norberto Bobbio, es "la forma de ejercer el poder político"; el Derecho, entonces, a partir de esta perspectiva, trata del alineamiento de protocolos administrativos y judiciales, como puede ser los  casos de Florence Casses o Elba Esther Gordillo, al arranque del gobierno de Enrique Peña Nieto como Presidente de México, que se constituyen en evidencias de esta observación. 
 
Por ello, dichos conceptos, contra todo lo que pudiera señalar el destacado abogado mexicano  Porfirio Muñoz Ledo, pierden mucho sentido, en  esa realidad que duele y afecta cotidianamente, todos los días, a la mayoría de la población mexicana; su utilización, lamentablemente nos condiciona, explica, orienta y determina en forma colectiva, como cotidiana; son conceptos que quizás utilicemos todos diariamente, incluso, nombramos a distintas Asociaciones Civiles, con esos términos; los damos por buenos, nos sentimos satisfechos de organizarnos bajo estos conceptos, quizás protegidos por la solemnidad del roído manto de su imagen y sombra protectora, incuestionable, acaso incontestable por el grueso de la población analfabeta funcional de México; dichas organizaciones, operan análogamente,  como lo realizaban las bandas ancestrales de guerreros alemanes,  que hacían como que se enojaban mucho y se cubrían o ponían una banda a la cintura, de piel de lobo, que les servía de mágico escudo y se sentían invencibles (Georges Doumesil).

 
Por ello, me he decidido ha escribir y divulgar un breve ensayo para quién le comprenda, con algunas reflexiones, por cierto mínimas, sobre estos  MITOS, con la pretensión de mantener un compromiso, en primer lugar con el sentido común y en 2°, con la historia. Por aquello de que “el hombre propone y la historia dispone”.

Una República, según el diccionario enciclopédico Larousse, proviene del latinismo “res pública”, la cosa pública, aplicado desde el siglo VI en el gobierno de la casi siempre  Roma aristocrática... Se caracteriza por ser una forma de gobierno en la que existen separación de poderes, creando un "sistema de pesos y contrapesos” en el cual, el pueblo, protocoliza mediante el voto directo y secreto, la elección tomada en previo acuerdo, por la clase política, en los términos caracterizados, en el célebre texto clásico de Gaetano Mosca, esto es, mediante una representación de ciudadanos o partido(s) políticos, eligiendo así, a sus gobernantes.

 
El poder judicial y el ejecutivo, (algo así como el rey y los violentos en la alta edad media) tienen raíces muy profundas, que preceden al poder legislativo, quién se supone nació apenas en el siglo XVIII, con el "Espíritu de las Leyes" de  Charles Louis de Secondat, Baron de Montesquieu, para equilibrar los poderes emanados de la sociedad. Sin embargo, hoy en México, el poder judicial, como el legislativo viven una realidad económica que les hace antitesis del equilibrio social, se han constituído en entes expoliadores privilegiados (de privi = privado; legio= ley. Ley de Algunos. Sobre todo en una sociedad con los contrastes económicos que presenta la mexicana.

 
El mejor juez, siempre ha sido "el que se lava las manos", estas “señorías”, cobran mucho por el "enjuague de manos" al que se refiere Glaucón a Sócrates en el Libro II de la República o de lo Justo en los Diálogos de Platón, quién le dice a Sócrates: "El justo, dicen tal cual yo le he descrito, será martirizado con hierros candentes, le sacarán los ojos, le darán latigazos con puntas, le crucificarán y por último le pondrán una corona de espinas, para enseñarle que "no debe de afanarse en ser justo, sino solo, en parecerlo" o bien el bíblico y memorable Poncio Pilatos, quién de manera literal, se lavó las manos...

 
Por lo tanto me parece que ampararse, con la voz engolada y exaltada de algunos contertulios proclives a los discursos propios de la lógica del período 1962-1982, (léase AMLO) http://www.youtube.com/watch?v=291J9VDCZQY 
que proponen implícitamente un desarrollo a crédito, subsidiado, dependiente y enfermizo, argumentando  que "México es un país republicano, por lo que tiene bases legales para superar su atraso en ese sistema, en libertad" para hacer "Cambios Radicales" (Muños Ledo)… me parece un mito completo y redondo. Que es perfectible la república, sin duda, debe de serlo o bien, debería de serle...Lamentablemente, no hay ni esperanza de que pudiesen cambiar las cosas y mejorarse. 

 
Por su parte la Constitución Mexicana, o Carta Magna de 1917, se le ha cargado la paternidad a Venustiano Carranza; nada más falso, él mismo decía en los días aciagos de la Soberana Convención, que “con esta Constitución él no podría gobernar”. Varios Constitucionalistas notables como Luis Vicente Cabrera Lobato, de Zacatlán, Puebla, hacendario, internacionalista y legislador, creador del concepto del “ejido”, no pensaba que fuera una forma de tenencia eterna; esto hay que decírselo, recordárselo  a muchos “luchadores sociales” progresistas, que no le consideran así. (a más de 50 años de su franca y total decadencia)  

 
Por que hay que decirlo, los “Derechos Agrarios”, de  1917 (individuales - Luis Cabrera) o de 1936 (colectivo- Lázaro Cárdenas) tienen de origen náhuatl, ninguno, o bien, tanto como de mexica puede tener la imagen beatificada de Juan Diego, genuino "cambia forma" quien, conforme a la pintura de Miguel Cabrera, pintor novo hispano, le desprende de la imágen de Hernán Cortes, ahora como beato, conquistador redivivo, imágen seleccionada para el agotado mestizaje mexicano. 

 

La actual Constitución es la directamente culpable del atraso económico y recurrente estancamiento del crecimiento de México, así como, de buena parte de los paradigmas culturales que determinan un consumo subsidiado y endeudado ad perpetuam por el Estado. Al menos la tendencia al endeudameinto y quiebra recurrente de muchas de las entidades federativas le confirma. 
 
 
Los Artículos 3° y 27°, requieren de precisiones y modificaciones que de no realizarse, el país no tiene viabilidad socioeconómica ni política. Por ello, pensar que la Planeación y la Administración Pública son instrumentos que hacen falta implementar para sacar al país del atraso, debe de considerarse como parte del “pensamiento mágico “que envuelve la cultura nacional.

 
Por que? Bien, recordemos que el General Porfirio Díaz Mori, quién dicho sea de paso, de haber muerto antes de salir en mayo 25 de 1911, invitado por los agentes generales de una linea transatlantica, Cristlieb & Rübke, gratuitamente al mejor camarote del buque Ypiranga de la Hamburg-Amerika, que le aguardaba en Veracruz, hacia Francia; de haber fallecido quizás, entre los meses de enero y febrero de 1911, seguramente hubiera pasado a la memoria colectiva,  como el más grande personaje, un gigante de la América Latina del siglo XIX. Él decía una sentencia de manera machacadamente frecuente: “poca política y mucha administración”, con esta sentencia Porfirio Díaz reflejaba, con independencia de sus claros propósitos; que el, consideraba a la Administración Pública, como un espacio técnico “neutro” donde la política no tenía cabida.


Nada más alejado de la realidad que ello, nos dice Alejandro Carrillo Castro, hijo de un ex gobernador de Sonora, Alejandro Carrillo Marcor; quién fuera, Director General de estudios Administrativos de la Presidencia de la República a finales del sexenio de Luis Echeverría Álvarez 1970-1976 e impulsor de la Reforma Administrativa del sexenio de José López Portillo y Pacheco 1976-1982. Él acota simplemente, que “la administración pública, es la política en acción”, y como no va a ser así, si es justamente la administración del tesoro público, de la cosa pública, de lo que se trata, quienes le operan, están ahí, "no exactamente por sus habilidades y destrezas, como dirían los griegos", sino como ha dicho Ibn Jaldún en el siglo XIV. “por la posición social que la sociedad a la que pertenecen, les desea conferir”.


 
Con la Planeación sucede, exactamente lo mismo que con la Administración Pública; amén de que, diferentes significados le ubican mejor: originalmente con Leonardo Davinci, "planear" era hacer trazos de planos en el papel; tambien, se usa para expresar, vuelo de aeroplano sin motor, "planea"; más adelante, se entendió como "preveer el futuro y  las acciones que se desprendan de la evaluación del presente", de manera realista y objetiva; más adelante, se entendió como "la concreción a futuro  de una imagen deseable de alcanzar", y desprender el mediano  el corto plazo, a partir de ciertas condicionantes  constitucionales, que en nestro caso, son causantes directas del deterioro social y que perviven como "conquistas históricas"... Ello hace a la planeación mexicana, más política que realista, más enunciativa que ejecutiva; más procedimiento orientador que realizador. Por la experiencia histórica, la planeación en México ha sido un acto protocolario de la coyuntura política, con hallazgos no serios, no deseados, como inconvenientes; con pésimos resultados globales para abatir la pobreza, la desigualdad social, la marginación, como el desempleo y el estancamiento recurrente de la economía, con una tendencia crónica al endudamiento público de las entidades federadas.

 
Sus exaltadores, hacen parecer a la "Planeación" como un “espacio técnico neutro”, que se basa en "números, indicadores, evaluaciones, previsiones, proyectos, ciclos, estacionalidades, etc., etc.", Instrumentos y herramientas útiles; hay quienes opinan que “el problema de la economía nacional es por que la Ley General de Planeación, no tiene un Reglamento, que le norme”; consideran por ello, que con la creación, redacción o establecimiento del Reglamente de la Ley de Planeación y con la operación "vinculante" del Comité Nacional Consultivo de la Planeación, (me suena a soviet) este país, funcionaria mejor. Quizás, no lo pongo en duda, si la democracia funcionara y existieran otras bases jurídicas; sin embargo, no se resolvería con ello, en "piloto automático", las inconsistencias económicas que perviven en la Constitución, por lo que planear, a partir de pifias como la del 3° Constitucional o estructuras a-capitalistas anacrónicas como lo es el ejido, que sobrevive en prácticamente la mitad del territorio nacional. Por lo que la tendencia crónica al endeudamiento de las entidades federativas, que hoy se trata de acotar sin éxito, como al recurrente estancamiento economico nacional, permanecerán y se acentuarán.
 
Por todo lo anterior, estas palabras, suenan hoy más huecas, ineficaces e inconsistentes que ayer. Por ello, planear en estas condiciones, es como volar sin motor.


Es cuanto.