jueves, 20 de enero de 2011

Que hacer en México? POR UNA PARIDAD REALISTA *



Excésior, Financiera, 20 de febrero de 1995.

Primera de dos partes

En este momento una de las preguntas más recurrentes que podemos oír puede ser: "como vamos a retomar nuestro crecimiento", teniendo enfrente esta nueva crisis general del sistema monetario, llamado por algunos, el “error de diciembre” y que como hemos visto ha sido largamente gestado, después de poco mas de 30 años.

Sin duda, a partir del llamado "Boom Petrolero" entre 1979 y 1982, que determinó la crisis de liquidez más grande y reciente presentada por los países desarrollados, desde la gran depresión de 1929-1933, caracterizada por la elevación de las tasas de interés, a nivel internacional a los más altos niveles de la historia reciente, en México, hemos presenciado una revitalización de la discusión del desarrollo y del crecimiento a partir de la crítica desde la izquierda y de la derecha, al nuevo liberalismo económico conocido como "neoliberalismo".

Por lo anterior, creemos necesario tomar una posición frente a esta discusión, a fin de ponderar esta y otras expresiones muy en boga en el mundo y en nuestro país como puedan ser no sólo el "neoliberalismo", sino también, el "neo keynesianismo, el neo-socialismo o el neo-populismo o protosocialismo de gran gusto en Mesoamérica o bien la visión neo-imperial, de que nos hablara Samuel P. Huntington de la U. de Chicago en su ensayo del verano de 1993, intitulado el "Choque de las Civilizaciones", como reacción a la caída del bloque socialista y el muro de Berlín, frente a los conflictos interétnicos e interculturales que se presentan en estos últimos años, como el de Bosnia- Herzegobina, Chechenia-Rusia o bien el de Chiapas-México, conflictos contextualizados en la regresión del poder, a la caída del Social Imperialismo de la URSS, regresión del poder solo comparable con la del siglo V, a la caída del Imperio Romano de Occidente y el surgimiento de las luchas tribales y el feudalismo en la temprana edad media.

ANTECEDENTES:

El padre del liberalismo económico fue Adam Smith, economista inglés, quien en 1776, publicara su obra fundamental "Sobre el Origen y Naturaleza de la Riqueza de las Naciones". A Adam Smith le tocó estudiar el mercantilismo, lo cual hizo desde su escritorio, en alguna aduana del Reino Unido; detectó, como los precios de los metales subieron a partir del descubrimiento de América hasta 1668, como lo han observado entre otros Earl J. Hamilton, Fernand Braudel, Pierre Chaunú y Pierre Vilar, sin embargo, dichos precios descendieron entre 1668 y 1750 como resultado de la sobreoferta del ciclo minero de Brasil, Potosí, en la actual Bolivia y la entonces Nueva España, con la fiebre de oro californiano.

Poco más tarde, tocó a Carlos Marx publicar entre 1844, sus primeros escritos hasta 1883, fecha en que murió, en el cual reveló que las relaciones económicas en el modo de producción capitalista observaban un crecimiento desproporcional entre las utilidades y los costos o bien entre la productividad del capital y las remuneraciones a los trabajadores; además, criticó en Der Grundrisse (1858), el "equilibrio automático" que planteaba la teoría de la oferta y la demanda planteada por Adam Smith, y pronosticó la "crisis general del modo de producción capitalista", cuando en realidad lo único razonablemente previsible, desde la actual perspectiva histórica, debía de haber sido, como lo fue, la crisis general del liberalismo económico, como idea dominante de gobierno y de la realidad económica, ocurrida en forma señalada entre 1929 y 1933, con la gran depresión.

En 1936, y como resultado de la llamada "gran depresión", John Maynard Keynes publicó la Teoría General de la Moneda, el Interés y el Empleo, que sirviera de base a esa generación en el "mundo capitalista", para salvar una crisis de sobreproducción por subconsumo y subempleo, en medio de una "guerra arancelaria", que reflejó la primera reacción de defensa de los nacionalismos afectados por la crisis, antes de la segunda guerra mundial, en que se desató un conflicto abierto, que hoy se continúa por los mercados, como antes lo fuera por las mujeres, después por las tierras y más recientemente por los "mares territoriales".

Diría Gastón Bothoul, “si quieres ver a los alemanes contentos, míralos preparando una guerra”, se dará pleno empleo, sinergia, innovaciones, crecimiento económico, proyecto, líder, deporte, vigor y belleza, expansión y botín, no el espanto inercial del aburrimiento de la molicie citadina en una depresión.

En la primera gran crisis de la guerra fría entre el "bloque capitalista y el socialista" de los años de 1957 y 1963, los estudios monetarios fueron copiosos y surgieron nuestros grandes "monetaristas" como Milton Friedman, Robert Triffin, Herbert G. Grubel de la corriente U.S.A., así como el gran afluente de los "estructuralistas" franceses y la Escuela de los Anales que surgiese desde los años 30.

En 1973, se dio una nueva crisis de liquidez en el mundo, en ese año sucedieron muchas, muchas cosas, que todos los que vivimos por esos años podremos recordar fácilmente, nos toca hoy interpretarlos a la luz de los problemas y cambios contemporáneos; enlistaremos algunos de los acontecimientos para acotar esta experiencia, porque nos parece fundamental:

Primeramente habría que observar que la inflación pasó entre 1972 y 1973, tanto en México como en EE.UU. de 5.5% a 21.30% y de 3.40% a 8.70% respectivamente. Por su parte la tasa de interés PRIME y LIBOR, prácticamente se duplican al pasar de 4.30% a 8.06% y de 4.99% a 9.53% respectivamente, sin embargo, el costo porcentual promedio (CPP) en México, apenas reacciona subiendo un punto, al pasar de 8.50% al 9.50% "El que nada debe, nada teme"... No tener temor de Dios es malo, pero no reaccionar cuando suben los intereses es más malo.

A principios de 1973, Nicolai Breshnev en su calidad de Presidente de la URSS, viajó a los Estados Unidos, aprovechando el "open house" o "barata", que se le ofrecía en los EE.UU. con motivo de la política de "subvaluación" del dólar con respecto al rublo, con lo cual se inauguraban las relaciones comerciales entre "la economía de mercado y la centralmente planificada", mediante la cual Estados Unidos supo salir de grandes stoks de productos acumulados por su vigorosa clase media. El dólar, se había vuelto "inconvertible" al oro, como reacción al gran volumen de reservas de que disponían los Estados Unidos, que hacía inoperante el viejo patrón oro, también empujó el abandono de este patrón de paridades fijas, la política "mercantilista y liberal" del General Charles de Gaulle impulsada desde el verano del 68. Las reacciones en América Latina, al aumento de las tasas de interés y a la incertidumbre del momento fueron entre otras, la crisis de pagos en México y el golpe de estado en Chile y más tarde de Argentina. Igualmente en 1973, se extendió el nuevo sistema de "flotación monetaria", inaugurado en 1971, por el dólar estadounidense, hacia la "serpiente monetaria europea", sistema de paridades flotantes, al cual más tarde, de manera tímida, llegaría México, con la memorable devaluación en agosto de 1976.

En 1973, y ligado a toda esta transformación, se reunieron en Ginebra, Suiza "los 7" países más ricos del planeta y se terminaron de sepultar los acuerdos de Bretton Woods de 1944, respecto a las paridades fijas, al mismo tiempo que se sentaron las bases para la creación en 1974, del Banco Mundial.

Todo ello, en medio de una gran presión hacia las economías más industrializadas, por la existencia de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que había provocado el alza en los precios de los energéticos, paralelamente se desarrolló la organización del "Grupo de los 7" países más industrializados del mundo, que en 1991, produjeron el 67.6% del PIB mundial, con apenas el 12.2% de la población total de 200 países, lo que representa, un ingreso per cápita de 21,874 dólares anuales; mientras que en países como México, el promedio de ingreso es de tan solo 2,874 U.S.D. según cifras del Word Bank Atlas 1992.

Para 1974, el oro ha dejado de ser la base fundamental del sistema monetario internacional. Herberth H. Grubel destacó en 1965, en un ensayo intitulado los "Estados Unidos como Banquero Mundial" (CEMLA), que el 70% de las reservas de oro del mundo occidental las tenían los Estados Unidos, Gastón Bothoul diría que el oro fue finalmente parte del "botín de guerra", del triunfador de la segunda guerra mundial, agregaríamos hoy, del fin de la guerra fría.

Igualmente para 1974, los Estados Unidos y los organismos financieros internacionales continúan ofreciendo bienes y servicios "financieros" a México, sin el carácter "atado" que los caracterizara desde 1961. Para ese año, al igual que el "paquete Clinton" de 1995, por más de 50,000 millones de dólares, las reservas del oro negro son a la "sociedad neoliberal " lo que a la sociedad tradicional "mercantilista y liberal", son las reservas de oro.

Por ello la valoración de la "moneda signo": peso y nuevo peso, han estado sobrevaluadas en relación con la productividad per cápita nacional de México; el poder adquisitivo entonces, ha estado en estos últimos años, 20 por lo menos, basado más en las "reservas de petróleo" que en cualquier otro tipo de parámetro; tipo de cambio, determinado por el mercado, de una sociedad más próxima a la sociedad de castas como en la India (no como la de los Habsburgo de la colonia), que a la clase media de, the american way of life.

Nos parece fundamental este "diagnóstico", pues de otra manera podemos seguir profiriendo ataques e injurias sin ton ni son, como si fuera y la realidad nos dice que lo es, una "cena de negros".

La sobrevaluación monetaria del peso y del nuevo peso mexicano, ha generado entre 1956 y 1994, un déficit acumulado en cuenta corriente de alrededor de 150,000 millones de U.S.D., cifra muy cercana a nuestra actual deuda consolidada (interna y externa), así como a la valoración que en algún momento se ha hecho en 1995, de las instalaciones de PEMEX.

De continuar con una moneda sobrevaluada que implica un dólar barato, la demanda de dólares va a ser tal, que va a continuar apoyando el aumento de los tipos de interés y con ello se van a incrementar los pagos no sólo del servicio de la deuda hacia el exterior, sino también, a los intereses que pagan nuestros pequeños y medianos empresarios, con lo cual la generación del empleo y las condiciones de la recuperación van a quedar en entredicho. Salir de la crisis tiene como prerrequisito la disminución de las tasas de interés.

Una política de paridad realista o de subvaluación monetaria, implica un dólar más caro, un tipo de cambio tal para el nuevo peso mexicano que en la actualidad podría ser superior a los 7 N.P x 1 dólar lo que permitirá disminuir la demanda de dólares, con ello coadyuvar a bajar la tasa de interés del PRIME (U.S.A.), y disminuir el oneroso servicio de la deuda mexicana.

Disponer, junto con una política de paridad realista, que refleje la situación promedio del país, de un "presupuesto de divisas" es sano, pues en principio permite racionalizar el uso de algo que compromete al conjunto de la sociedad y beneficia a algunos cuantos. Esto por supuesto, no es liberal ni lo puede ser, como tampoco los Estados Unidos, frene a Japón, pueden ser totalmente librecambistas, ya que los fuertes contrastes culturales en México lo impiden total y completamente. Esto, lo deben entender frente a esta nueva crisis, incluso los mexicanos neoliberales.

En la actualidad México y con él, los países dependientes, subdesarrollados, requieren de sistemas monetarios que permitan mantener un equilibrio en la cuenta comercial, ergo de los valores de bienes y servicios que se exportan con los valores que se importan, no es volver a políticas proteccionistas, de principios de siglo, es simplemente, poder ser más selectivos dentro de la globalización.

De otra manera, el fuerte desequilibrio comercial, frenará el equilibrio del desarrollo interno de la economía, como cualquier régimen colonial, lo que paradójicamente resulta tan asfixiante como los largos años de proteccionismo mexicano; así como el azúcar impide el desarrollo molecular de la miel; o bien como el agua, condensa aceleradamente al cristal de roca, licuado al calor del crisol y lo convierte en vidrio; el déficit permanente en la balanza comercial, desestimula e inhibe el desarrollo económico nacional.

Creemos, que si la moneda fija su paridad como proporción de la(s) productividad(es) per cápita(s) promedio de cada nación, ello puede ofrecer un mecanismo de definición de tipo de cambio cuasi automático, para disponer de una paridad realista, lo que quiere decir con cifras de 1991, mantener el peso con una distancia de 8 cuerpos frente a las monedas del Grupo de los 7, y mantener la distancia considerando la diferencia de inflaciones, ello sin desmedro de la utilización de aranceles, cuando ello sea conveniente, lógico y sano; son medidas que operándose articuladamente, nos permitirán recuperar el paso en el desarrollo y en el empleo de los mexicanos con gran seguridad.

QUE HACER EN MÉXICO?
POR UNA PARIDAD REALISTA

Excéslsior, FInanciera, 21 de febrero de 1995

Segunda de dos partes


Las cuestiones monetarias pasan por arduas, complejas y a veces se les considera hasta misteriosas, más cuando la gente no se ocupa habitualmente de ellas, sin embargo, creemos como Jacques Khan, que ellas son mucho menos de lo que habitualmente se cree.

La balanza de pagos, la cuenta comercial y de servicios (importaciones y exportaciones), la cuenta corriente, la deuda pública, el servicio de la deuda, las tasas de interés, son realmente conceptos muy simples y comprensibles en sus principios. Dejar creer que la política monetaria es solo del dominio de algunos "iniciados", le hace bien a los asuntos que popularmente se les llama la "fuerza del dinero", la cual no es un mito, sino una realidad frente a la cual, no solo no es agradable dejarse "blofear", sino que es posible y necesario aclarar.

Comentar tal tipo de cuestiones, es el principal y modesto objetivo del presente ensayo, a fin de ofrecer una orientación adicional a las que hemos oído y con terror observado, de hacia donde se dirige la economía mexicana, después de más de 20 años (1974-1995), de tener el peso y el nuevo peso, una capacidad adquisitiva frente al dólar, soportada más por la garantía de las reservas petroleras para los créditos externos, que por cualquier otro tipo de parámetro, ligado a nuestra productividad de bienes y servicios, constituyendo así el nuevo peso mexicano la figura de una divisa débil y sobrevaluada, navegando en un mar muy picado (mercado global), con un equipo muy sencillo y sin brújula, frente a divisas con una fuerte productividad agrícola e industrial y stocks exportables, habituados a una intensa competencia, con paridades subvaluadas.

En el corto plazo, la política de subvaluación en países como México, más que para "aumentar nuestras exportaciones", lo cual es y será importante, se concibe como una forma práctica para poder discriminar nuestras importaciones mas agresivamente y defender el empleo, con ello estimular el mercado nacional.

En la actualidad, la tasa de interés es muy alta, derivado de la gran demanda de dólares, demanda que no consideramos inelástica, o sea, no creemos que a cualquier precio se vayan a demandar el mismo número de bienes extranjeros; en el caso de México, desde nuestro punto de vista, a esta fecha, aún se encuentra sobrevaluado el peso, la manifestación más clara de ello a pesar de la mejoría en balanza comercial y el aumento en el nivel de las reservas, se encuentra en el persistente déficit en cuenta corriente desde 1946, apenas terminada la segunda guerra, se inicio ese pertinaz comportamiento, para proyectarse a lo largo de la segunda mitad del siglo XX; solo entre 1956 y 1994, se estima conservadoramente un déficit acumulado de 150,000 millones de dólares, nada más en los últimos 6 años, se dinamizó su comportamiento por el triple efecto del endeudamiento, sobrevaluación y globalización, representando con ello la impresionante suma estimada de 105,000 millones de dólares, proyectándose un déficit de casi 15,000 millones de dólares para 1995; ello contradice toda política de desarrollo equilibrado "self-sustained", así como la viabilidad del proyecto de país soberano.

Las crisis de liquidez, han sido recurrentes en este siglo, por lo menos podríamos referirnos a la de 1905, 1917, 1929-1933, la de 1954, la de 1961, 1973, 1982 y 1994. En la actualidad la crisis internacional de liquidez ha aumentado las tasas de interés y se ha devaluado el peso, a partir del 20 de diciembre. A los ojos de mucha gente el encarecimiento del dólar, ha corrido parejo al aumento de los intereses, complicando la operación de muchos proyectos apalancados en dólares. En realidad, es el crecimiento del tipo de cambio, el que viene corriendo rezagado, o más bien reaccionando respecto al incremento en las tasas de interés y requeriría el nuevo peso de una mayor devaluación y cuidar de mantener un tipo de cambio subvaluado, para presionar hacia la baja a los intereses internacionales y con ello a los nacionales, encausando en la senda de la recuperación a nuestro desarrollo; creemos que ello, no representa nada que no sea superable con el ingenio, habilidades y los recursos de los mexicanos.

La disminución en la inflación es un efecto deseable, que se puede alcanzar de dos maneras: una artificial y "Konjunkturlos" como pudo ser con el peso sobrevaluado entre 1989-1994, y otra con el peso ligeramente subvaluado y tendiendo los precios nacionales a guardar una distancia de las cotizaciones internacionales, a fin de ganar mercados más amplios, para aquellos productos que en esas condiciones podamos ofrecer al mercado, como se desprende del programa económico 1995-2000.

En la medida en que el peso tenga una paridad realista, que en el corto plazo podría ser por lo menos entre 7 y 10 pesos x 1 dólar, se desencadenaría automáticamente una política nacionalista que entre otros aspectos, impulsaría los siguientes efectos deseados:

ALGUNOS EFECTOS (POSITIVOS) EN MÉXICO DE UNA POLÍTICA DE SUBVALUACION

• Hacer que los mexicanos recobren la fe en su país.
• Disminución de la dependencia tecnológica externa indiscriminada.
• Dejaría de ser el dólar, una “divisa barata”.
• Disminuiría la demanda efectiva del dólar, racionalizando y programando su uso, quizás apoyado en un presupuesto de divisas.
• Se podría plantear alcanzar un equilibrio en la balanza de cuenta corriente.
• Tendería a disminuir la necesidad de créditos externos.
• Tendería a disminuir la tasa de interés internacional o precio del dinero y con ella el servicio de la deuda.
• La disminución de los pagos al exterior por intereses, disminuiría la presión de reducción del consumo para exportar y así obtener dólares para pagar.
• Las reservas de divisas extranjeras recuperarían una buena cantidad de dólares atesorados en el mercado doméstico, así como la repatriación de dólares de las grandes cuentas en el extranjero, pués a ese tipo de cambio se darían por bien pagados los compradores de última hora, los especuladores y los ahorradores inquietos.
• Se recuperaría la confianza en nuestro país, pués ello es más razonable que pedir dólares prestados.
• Podríamos volver a tener espacio para esquemas que permitieran alcanzar políticas de apoyo a nuestros procesos industriales de exportación, y que tengan enfrente aumentar el empleo, sin que necesariamente se cayera en el abuso de la para estatalización a crédito e ineficiente como la observada entre 1955-1987.

Como se puede apreciar, de entrada, una política monetaria de subvaluación se convierte en un factor estratégico para la viabilidad del proyecto de desarrollo nacional, auto sostenido y soberano. Véase como han manejado sus monedas todos los países desarrollados y los de gran despegue como China.

La muy conocida maestra Ifigenia Martínez, al dar su opinión sobre una política de subvaluación, el 9 de febrero de 1995, frente a un nutrido auditorio en el Colegio Nacional de Economistas, sobre Deuda y Petróleo, comentó lacónicamente que "eso sería subsidiar a los extranjeros con nuestras exportaciones", agregó sin embargo, que por supuesto debería de haber un presupuesto de divisas que fijara prioridades y que lo ideal sería un tipo de cambio tal que permitiese que el saldo de la cuenta comercial y de servicios factoriales, sea superavitaria o bien salga en punto de equilibrio, lo que quiere decir que nuestras exportaciones logren financiar nuestras importaciones.

Nos parece que en realidad la maestra Ifigenia Martínez y los que ésto escribimos estamos muy cerca, en cuanto a propósitos, en lo que guardaríamos distancia sería en los medios e instrumentos; ella pondera únicamente lo que podríamos llamar los costos de una política de subvaluación, ya que en los términos en que ella lo ha mencionado, sería tanto como "subsidiar a los extranjeros con nuestras exportaciones", motivo por lo cual la descalifica. Habría que agregar los beneficios, cuestión de enfoques.

Como lo mencionamos en su oportunidad, la política de subvaluación persigue no solo aumentar nuestras exportaciones, en la medida que los stocks lo posibiliten, y nuestra especialización, defina nuestro liderazgo por producto, sino persigue fundamentalmente, frenar la dependencia externa e impulsar el empleo nacional y el mercado interno y con ello, hacer viable el proyecto nacional soberano. Por otro lado, la globalización establece precios internacionales, para los productos en el mercado exterior, por lo que con una política monetaria realista y competitiva o bien de subvaluación, solo se verían beneficiados directamente los extranjeros que se trasladarán al país a consumir bienes y servicios, como sería fundamentalmente el turismo. Ya que, la cotización internacional de las exportaciones no petroleras como los productos agroindustriales, pesqueros, los textiles, metalmecánica, equipos de cómputo, etcétera, tendrían a su favor en estas condiciones, un precio internacional como mera referencia, con el cual podríamos distanciarnos o acercarnos para competir en caso de que fuese necesario. Para nosotros, es prioritario que el país tenga vialidad como proyecto auto sostenido y soberano en el futuro inmediato, aunque tenga como uno de sus costos, subsidiar al extranjero que visite el país, con los beneficios que le pueda dar la industria turística..

No sabemos, aunque podemos tener algunas suposiciones, por que existe entre algunos colegas del Partido de la Revolución Democrática, (no todos) la tendencia a observar, mencionar, subrayar los costos de una política de subvaluación y al mismo tiempo no ponderar los beneficios, así se dice lacónicamente que eso implicaría “subsidiar a los otros”, como si ello no fuera deliberado para proteger nuestro empleo y un costo para ampliar nuestros mercados. "Lenin diría un salto para atrás y dos para adelante". En otras ocasiones, cuando la discusión se orienta sobre los rezagos sociales y los índices de marginación a nivel nacional, el discurso de algunos militantes de la llamada izquierda "histórica", magnífica las necesidades de atención insatisfechas, léase subsidios a ciertas comunidades en forma realmente irresponsable, se refieren habitualmente a vivienda, educación, alimentación, salud, energía eléctrica, etcétera, como grito de guerra, “todo para todos”, sin considerar, los fuertes contrastes culturales-económicos nacionales también de tipo "histórico", ni los costos y posibilidades reales del monto de los subsidios. La figura puede ser próxima a ese tipo de conductores que cambian de carril, sin sacar la mano ni poner la direccional, los cuales se sorprenden cuando tienen algún percance con algún otro carro que rebasaba en ese mismo momento y terminan gritándole: "que no ve". El desdén, la soberbia y la ingenuidad, se pasean habitualmente por todas estas figuras.

Palabras finales:

"El castigo de aquellos que rechazan ocuparse de los asuntos públicos, es que los asuntos públicos caigan en manos de personas menos virtuosas que ellos". (Platón)

“La inevitable política"
Gastón Bouthoul

Creemos que la inteligencia y el apoyo que puedan brindar los mexicanos en la comprensión de los problemas nacionales, tomará un papel relevante en la salida de la actual crisis, confiamos en que traten de informarse, quizás primero con el ánimo de comprender más que con el de recomendar, ello en si ya será muy importante, porque para orientar a terceros, se tiene primero que estar orientado.

Consideramos que la sociedad, se debe preparar para entender claramente que pasa con nuestra política monetaria, ya que deberá haber consenso en las medidas que finalmente se pongan en práctica para estabilizar el proyecto de desarrollo nacional y paliar la crisis económica, neutralizar los efectos de la decadencia política, que estamos presenciando; ayudando a superar la crisis social que tenemos frente a nosotros. Hemos sido una generación beneficiada como ninguna otra en la historia del país, con la sobrevaluación de la moneda, de la cual "las mayorías" somos responsables por no haber ni siquiera intentado participar en la comprensión de los fenómenos y nos hemos dejado arrastrar, sentados en la ilusión de un país próspero, aunque dependiente, entretenidos con un confort efímero que obedece a la ley del mínimo esfuerzo, con proposiciones de apertura como el TLC, sin comprender bien sus bondades y nuestras limitaciones; lo hemos avalado de manera ingenua, pensando en que había gente más versada e interesada que nosotros mismos, en obtener buenos resultados para su industria y su comercio, creemos que debemos corregir esa actitud por el bien nuestro y de nuestra patria. Tenemos el deber de corregir el presente, para brindar un mejor futuro a nuestros hijos, del cual nosotros somos los directamente responsables.




--------------------------------------------------------------------------------------* Este artículo fue publicado conjuntamente con José Luis Genel García. Economista de la UNAM y de la Universidad de Chicago

LA SOBREVALUACION, PROBLEMA NACIONAL


Excélsior, Financiera, 6 de febrero de 1995.

A, Samuel Ramos, Julian Pitt Rivers, Julio Caro Baroja y Milton Friedman

PRIMERA DE DOS PARTES

"Podría decirme, por favor, qué camino debo seguir"? Preguntó Alicia.
"Eso depende en gran parte, de
Donde quieras ir", respondió el Gato.


En este artículo, me propongo exponer como la sobrevaluación de los mexicanos y de su moneda es un problema de carácter histórico, de tipo estructural, que ha resultado del apoyo preponderante de intereses económicos externos en la psicología de los mexicanos en su vida cotidiana, que le han hecho creer en muchos mitos, incluyendo el del mexicano tipo. Creo que si los mexicanos no nos replanteamos de manera seria e inteligente, este problema y optamos por un reconocimiento de nuestra realidad y a partir de ello diseñar una estrategia de desarrollo, que contemple la subvaluación monetaria, que nos brinde facilidades para poder incursionar en la globalización, realizando adquisiciones del exterior de manera más selectiva, para poder abatir el gran desempleo existente en el país y retomar así nuestra participación en el comercio internacional con mayor equidad, donde, como los buenos equipos de foot bal, vayamos de atrás para adelante.

De otra forma, la dependencia tecnológica va a ser tan grande y con ella la deuda va a crecer tanto, que cualquier día nos puede pasar que llegue "el Jefe" e informar al pueblo de México de dos noticias, una buena y una mala: la buena, que ya no debemos nada, la mala que tenemos 72 hrs para desalojar el territorio...

La sobrevaloración de la moneda está en alguna forma ligada a la valoración de personalidades y patrones culturales, ello lo podemos proponer con el apoyo de los ensayos que sobre este tema, han hecho muchas gentes tanto en España como en México, podemos por ejemplo recordar el ensayo clásico de Samuel Ramos allá por 1935, del Perfil del Hombre y la Cultura en México, referente al complejo de inferioridad del mexicano, o bien el publicado alrededor de 1968, por Julián Pitt Rivers y Julio Caro Baroja sobre "El Concepto del Honor en la Sociedad Mediterránea y así mostrar como los factores geográfico-culturales y antropológicos condicionan y explican no solo la decadencia española del siglo XVI-XVII, sino también la cultura de subsistencia en Mesoamérica y relacionarlos con la sobrevaloración de las monedas.

Ejemplo de ello, en México, en los términos de Samuel Ramos, puede ser el de aquellos criollos que dominaron la escena en la independencia de México, a principios del siglo XIX; es de hacerse notar, que casi todos estos personajes se sintieron e hicieron política, como dijera Napoleón "jugando a los hombres", desde Felix María Fernández (a) Guadalupe Victoria, de Durango (como Doroteo Arango), hasta Antonio López de Santa Ana, pasando por Agustín de Iturbide. Ello en resumidas cuentas le costó al país, la mitad del Territorio Nacional en la guerra del 47, con los Estados Unidos, apenas 24 años después de los Tratados de Córdova en 1823, que formalizaban la independencia de España.

Desde el punto de vista de G. Peristiany, J. Pitt Rivers y J. Caro Baroja, el concepto del honor y de la dignidad "gótica", afecta las posibilidades de participar en las cuestiones prácticas de la vida económica, en los términos de las categorías de la sociología norteamericana, mejor conocidas como "la clase media", caracterizada por ser la clase que “organiza y produce para el mercado excedentes de bienes y de servicios”. Así tenemos, que para la sociedad española, el descubrimiento de América, no solo permitió que la Corona en México pasara por una "fase oriental", como lo ha observado Enrique Semo, al utilizar los repartimientos de mano de obra precolombinos, para las obras de utilidad pública de la época, como pudieron ser las iglesias, edificios, caminos y obras hidráulicas, sino que la misma sociedad española, se conectó a los valores propios de una sociedad precapitalista mesoamericana, despótico tributaria, donde los valores propios de una sociedad de castas, del tipo de la India, se mezclaron con ciertos valores éticos feudales de la concepción de razas y castas propia de la Casa de los Habsburgo, valores que contextualizan la decadencia española del seiscientos y del setecientos.

Para la segunda mitad del siglo XIX, la minería mexicana, la ganadería y los recursos naturales permitieron mantener la creencia colonial de que México era y seguía siendo "el cuerno de la abundancia"; la sobrevaluación de las riquezas nacionales (verde que te quiero verde), dio pábulo a que la sociedad mexicana en el porfiriato, llevara al país al punto del estallido revolucionario, pues terminaron los mexicanos sin entender (el conflicto de intereses entre los EEUU y los ingleses), ni soportar lo contrastante de la fanfarronería de la clase política, representada por los llamados liberales "científicos", jacobinos, siguiendo la moda inspirada en la revolución industrial de los "comunistas científicos" y la sociedad que representaban, así como la medianía de una burguesía limitada y proyectada por la cultura de subsistencia de Mesoamérica, ello frente al extraordinario paisaje mexicano y la profundización persistente de conflictos entre clases sociales que habían heredado elementos propios de las castas y problemas raciales de la colonia, más con los Habsburgo en el XVI y XVII que con los borbones en el XVIII, dicho sea de paso.

Los colonizadores ingleses, no se tropezaron con metales y mano de obra explotable, como los españoles, sin embargo, se encontraron en el noreste de los EUA, con la zona templada húmeda más grande del mundo, ubicada junto con la del sureste de Canadá; zona que dispone de los mejores bosques, la mejor ganadería, la mejor pesca, las más grandes y extraordinarias reservas hidráulicas y minera, así como contar con una colonización de ex-ciervos que venían huyendo del rey, no representándolo como en la Nueva España, y que constituyeron posteriormente rancheros y empresarios emprendedores, población sin grandes pretensiones culturales, pero sin embargo, provista de una mentalidad práctica generadora de cambio tecnológico, socialmente bien vista en aridoamérica y que Alexis de Toqueville advirtiera y describiera claramente en su ensayo sobre la Democracia en América, del primer tercio del siglo XIX, que de alguna manera caracteriza los valores de la llamada "clase media", por la sociología norteamericana, que ha llevado a los Estados Unidos de Norteamérica a ser la potencia más importante económicamente del mundo en el siglo XX, más aún con el derrumbe de la Unión Soviética.

La sobrevaluación del peso, ha sido el reflejo del mantenimiento a lo largo de poco más de treinta años, de la percepción mítica de una sociedad como la mexicana, como de sus inagotables riquezas "naturales", sus posibilidades de compra e intercambios, así como, sus esfuerzos para mantener el empleo y el desarrollo auto sostenido, por ello la crisis mexicana de 1994 y el relevo político subsecuente, bien puede ser comparada con la crisis española que determinó, el relevo de los Habsburgo por los Borbones en el 1700.

En el caso del mercantilismo español, nos ha dicho Earl J Hamilton, en su extraordinario estudio sobre el Florecimiento del Capitalismo, publicado por primera vez en 1928, por la Revista de Occidente, en él se señala como la afluencia de metales preciosos de la Nueva España, determinó en España una mentalidad ficticia en la percepción de su realidad económica y determinó que la hegemonía española no pudiese mantenerse, en lo fundamental por el aumento en sus costos de producción; lo que más tarde, determinó un rezago en su desarrollo económico por relación a los países vecinos, que no tenían ese monopolio, ni tuvieron el impacto del aumento de precios en los costos de su desarrollo manufacturero y artesanal, que venía siendo impulsado en España por el incremento sustancial de la afluencia de metales preciosos de la América Hispana a la Península Ibérica.

Los metales que llegaban a España, seguían su camino, no sólo hacia los países vecinos, sino aún más allá, rumbo a Turquía, Damasco, Irán, Rusia y terminarán comprando prácticamente todos los gobelinos de países como Francia, por ello el oro de la Nueva España, más tardaba en llegar, que en irse nuevamente, como les pasa a los dólares que le llegan a México por la exportación de sus "riquezas naturales"...

Desde este punto de vista, la sobrevaluación monetaria del peso, en estas condiciones de atraso tecnológico ha potenciado al país hacia la dependencia tecnológico- financiera y de alimentos, ha sido el gran obstáculo de México, prácticamente desde 1946, año en que terminó la guerra, pues desde entonces el desarrollo económico de México ha mantenido un déficit en su balanza comercial con el exterior, ello acelerado desde 1962 y magnificado entre 1988-1994, con la administración Salinas.

La vieja deuda con los EE.UU, que se venía negociando desde 1923; se redujo en 1942, en 80%, terminando  el bloqueo económico impuesto a México por los Estados Unidos, con motivo de la expropiación petrolera de 1938; así,  pretextando la alianza en la 2a Guerra Mundial de ese año, sólo se le añadiría, la que contratará Miguel Alemán, para el Programa Hidráulico de 1946-1952.

En 1962, pese a todo se había terminado de pagar la vieja deuda, por las reclamaciones de los norteamericanos por "la revolución",  deuda  que se venía negociando desde la época de Carranza y con Obregón en 1923 ("Acuerdos de Bucareli". Con la crisis del 29, se optó por decretar la "suspensión de pagos" entre 1928-1933", periodo que se caracterizó no sólo por una gran inestabilidad económica, sino también política, conocido como el "maximato".

La sobrevaluación de la moneda a que nos referimos no es un fenómeno coyuntural propio nada más del lapso 1988-94, de la administración Salinas como se ha dicho, afirmamos que es un fenómeno histórico, cultural y estructural, que ha sido generado por los valores de subsistencia de las comunidades de Mesoamérica y facilitado, apoyado y estimulado desde el exterior por los intereses comerciales y financieros, desde la entrada en operación de la llamada "Alianza para el Progreso" (ALPRO) que surgiese como una estrategia de expansión Norteamericana, en medio de la crisis de la guerra fría (1957- 1963), para proyectar la transnacionalización de su economía sobre la América Latina, a través de la exportación vía créditos, de los saldos en dólares de que disponían los Estados Unidos, liberados al frenarse la exportación hacia Asia y Europa y, que si los invertía en su país, sin crecer, iba a generar ineficiencia e inflación, si se los da a sus hijos para el fin de semana, iban a ser malos hijos, por ello, decide mejor ofrecerlos a los países latinoamericanos a "bajas tasas de interés", con lo cual al mismo tiempo y como subproducto, combatirá al comunismo, presente ya en la Isla de Cuba, país que por cierto, forma parte del ecosistema conocido como Mesoamérica.

Esta última observación en relación a Cuba, parte de su posición y similitud geográfica, de paisaje, biodiversidad, historia, problemas económicos, actitudes, ideología, creencias y discurso encendido, entre los cuales podríamos comparar, por ejemplo el de algunos “tabasqueños” como Tomás Garrido Canabal, michoacanos como Lázaro Cárdenas del Río y a partir de 1994, con los dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, nutrido de elementos quichés del Estado de Chiapas.

El crecimiento de la dependencia en partes y refacciones de artículos ensamblados y manufacturados en México, heredado de la "sustitución de importaciones", en la posguerra, ha crecido en México substancialmente, a partir del rezago tecnológico apoyado por la sobrevaluación de nuestra moneda, de manera colateral, con la instalación de la industria automotriz y la estatización de la industria eléctrica, así como con la promoción del aumento de los salarios y el consumo, practicas de filiación capitalista, en una sociedad predominantemente de subsistencia; aumento del consumo, apoyado con la penetración de la tarjeta de crédito o dinero plástico desde los años ´60, la cual en una sociedad como la mexicana, no se ha sabido utilizar de manera inteligente y responsable.

Para corroborar, el gran significado de esta época, de ésta coyuntura, basta observar las estadísticas de infraestructura del transporte y la población del país, en lo que va del siglo, podrá descubrirse que el año de 1960, se convierte en un parte aguas histórico en el desarrollo del siglo XX.

Si a estos hechos, le añadimos la sobrevaluación observada en la moneda a partir de 1962, en que ya era Secretario de Hacienda Antonio Ortíz Mena, podemos afirmar sin ninguna reserva, que dicha sobrevaluación se ha magnificado desde 1974 hasta 1982, y sobre todo de 1988-1994, hechos a los cuales los mexicanos le debemos a finales del siglo XX, prácticamente la mayoría de los grandes problemas nacionales, entre los más relevantes, sin duda, se encuentran, el déficit acumulado en cuenta corriente de 1962-1994, que suma alrededor de 150 mil millones de dólares, así como el impresionante nivel de desempleo abierto que se presenta en el año de 1995, en las principales zonas urbanas; nada más entre 1988 y 1994, se estima el déficit acumulado de cuenta corriente en 105 mil millones de dólares, cifra muy cercana al monto de la deuda consolidada por BANXICO en algún momento entre 1994 y 1995. Este comentario, se hace, muy a pesar de que no este de acuerdo con ello Miguel Mancera Aguayo, Gobernador de la magnífica, selecta y exclusiva burocracia dorada, enclave de "nuestra" Banca Central, conocida como el Banco de México, S.A.

De manera indirecta, o lateral, se le debe atribuir a la sobrevaluación de la moneda, una contribución importante en el crecimiento demográfico del país, que ha llevado a la población a pasar de 35 millones en 1960, a alrededor de 87 en 1995. Nada más, la densidad demográfica en el Distrito Federal para 1991, es de alrededor de 5500 habitantes por km. cuadrado, indíce muy superior a los 750 hab/km2 de Bangladesh, el país más densamente poblado de la tierra; igualmente, se le debe atribuir a la sobrevaluación, que la deuda, pasara de casi 0.15% del Producto Interno Bruto en 1962, a más del 100% (según el BANXICO), entre 1986 y 1987; que uno de los rezagos mas importantes del país, sea el problema hidráulico y el patético desempleo; que la importación de maíz y frijol para consumo nacional haya pasado de 0.188% en 1961, a 24% en 1980, que la agricultura desde 1965, inicie la dramática descapitalización que hoy le conocemos, que tengamos en 1991, un producto por habitante de apenas 2,870 dólares, que representa casi la doceava parte del de Suiza, poco menos de la novena de la de Japón, alrededor de la octava del de Alemania, los Estados Unidos y Canadá y poco menos de la cuarta parte del de España.

Tendríamos que añadir, que la sobrevaluación de la moneda ha colaborando entusiastamente, al freno de nuestras exportaciones al exterior, estimulando junto con los grandes contrastes culturales una concentración brutal de la riqueza, magnificada por la existencia de 24 supe millonarios a nivel mundial, frente a más del 62% de la población, según el XI censo de población y vivienda de 1990, disponga de un ingreso hasta de dos salarios mínimos y un muy alto nivel de desempleo abierto de 7.6%, en las principales ciudades de la República. Un periódico italiano frente a este panorama, se ha hecho sin rubor la siguiente pregunta "son mexicanos o humanos", más de uno no ha entendido la metáfora, ojalá éste ensayo ayude a comprenderla y a ubicar el tamaño del problema que tenemos los mexicanos a finales del siglo XX.

El fenómeno de la sobrevaluación de monedas y sobrevaloración de personas físicas y morales (movimientos sindicalistas, estudiantiles y políticos), estimularon y participaron en la presión de demandas hacia un tipo de Estado que reaccionó con el sobredimensionamiento del gasto social, gasto a crédito sin retorno del aparato Paraestatal en los años 60 y 70, hasta llegar a su clímax con la nacionalización en 1982, de la banca.

Los ajustes para el "desinfle de la economía" a partir de 1983-1987, se realizó justamente a partir de una política de "reordenamiento económico", que fué acompañada de una política de subvaluación monetaria, que permitió obtener un importante superávit comercial, acumulado en estos años en más de 52 mil millones de dólares, subvaluación que en resumidas cuentas, es lo que faltó considerar en el modelo de "cambio estructural", que discutiese Salinas desde una posición ventajosa, frente a Jesús Silva Herzog, quien fuese Secretario de Hacienda entre 1983-1988, período de la mejor política monetaria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, que permitió entrar al GATT, sin una moneda sobrevaluada y obtener resultados en las cuentas del exterior sin precedentes en toda la historia del país.

UNA ESTRATEGIA ALTERNA, CONVENCIONAL

LA SUBVALUACION MONETARIA

7 de febrero de 1995.

A Earl J. Hamilton, Piere Vilar y Milton Friedman.

SEGUNDA Y ÚLTIMA

La sobrevaluación monetaria, que se viene presentando en México en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, a finales del siglo XX, ya lo hemos señalado, es perfectamente comparable con la decadencia de la España musulmana del siglo XIII, o bien de la muy castellana y real Casa de Habsburgo del S. XVII; esa España, a la cual los metales de las Indias no la pudieron ayudar, en el intento de mantener la hegemonía, como lo han observado Hamilton en 1929, y más tarde Braudel, Pierre Vilar y J.H Elliot, (Escuela de los Anales) en virtud, de que los metales encarecieron costos y aumentaron precios, por lo que sus vecinos, que no sufrieron esa sobrevaluación en sus monedas, pudieron ser más competitivos y así entraron en un desarrollo industrial más estable, pudiéndoles vender no solo las cuentas y los espejos con los que intercambiaban en Indias, sino incluso, los gobelinos con que decoraron muchas casas y palacios, hasta prácticamente no dejar casi ninguno en la Francia borbona, quien con un sentido menos medieval (por aquello del "mas valer" que nos han comentado Pitt River y Caro Baroja y menos religioso por aquello de "cristiano viejo ser", propio del "concepto del honor en la sociedad mediterránea", y sin duda con un sentido más occidental, con ello griego y renacentista, ligado más a la producción de bienes y servicios para el mercado, propios de la clase media, que a los apetitos hegemónicos y sobrevaluados, de una cierta "aristocracia petrificada", que terminó empobrecida; por ello pudieron los borbones, desplazar desde principios de 1700, a los intereses de los Habsburgo de la "Casa de España".

Teniendo enfrente, los elementos históricos que "ilustran", contextualizan y caracterizan los efectos de la sobrevaluación de la moneda en las economías, uno no deja de admirar y de sonreír al escuchar opiniones que no toman en cuenta éste aspecto, en el "diagnóstico" de la crisis mexicana, su génesis, situación actual y perspectivas; he realmente quedado muy impresionado por la seriedad y "precisión", con la que se manejan las variables, pero sobre todo sorprendido por las explicaciones que se ofrecen a veces con un abierto sentido exculpador de cada protagonista; como dicen "cada quien llevando agua a su molino". Nada más, por citar algunos ejemplos, mencionaremos los siguientes:

Alan Greenspan, Presidente del Sistema Federal de Reserva Estadounidense (FED), declaró ante el Senado que "El alza de las tasas de interés, desde febrero de 1994, tuvieron un efecto marginal, solo un efecto muy débil, en la crisis mexicana". No consideró que las reservas en dólares que quedaban en México, estaban constituidas fundamentalmente por "hot money" ese "dinero caliente", cuya expresión utilizara el Profesor Triffin en 1961, en "el oro y la crisis del dólar", en tres sentidos: 1) dinero que pasa de una inversión a otra ante el más ligero cambio en los tipos de interés; 2) movimiento internacional de dinero para evitar la depreciación de la moneda de un país y 3) en general cualquier dinero "corrupto". Además, el alza en las tasas de interés en un país endeudado siempre trae consecuencias en su flujo de efectivo para el consumo y afecta consecuentemente el empleo. Los Tesobonos pagaban 8% en dólares, la tasa prime se fue a 8.50%, apenas medio punto arriba y, pareció aspiradora del "hot money".

NEWBRIDGE, "Empresa líder mundial en redes de telecomunicaciones", publicó un desplegado el 1o de febrero de 1995, en la sección financiera del Excélsior, anunciando a sus distribuidores, diciendo "para nosotros el dólar vale $ 4.50 *". Quiero creer que, a ese tipo de cambio, pueden seguir operando estas empresas arriba del punto de equilibrio, en el agradecido y seducido mercado mexicano", aparentemente más dócilmente que los polacos frente a los soviéticos.

Miguel Mancera, gobernador del Banco de México, realizó algunas declaraciones en el Wall Street Journal del 31 de enero, que fueron reproducidas por periódicos mexicanos, entre otras se consigna lo siguiente:

1.- "La política monetaria no fue expansionista, pues el dinero (masa monetaria), creció a un ritmo menor que el PIB". Ello, se contradice con las cifras de cierre del PIB en 1994, que reporta un crecimiento de 2.4% y la base monetaria 1993-1994 (dic-dic), pasó de 47.2 a 56.9 millones de nuevos pesos o sea, 20.6%, según cifras del propio BANXICO.

2.- "Que la Banca Central "esterilizó" el exceso de flujos de capital externo, para guardarlas como reservas monetarias, y disminuir así el impacto sobre la inflación interna. Dichas reservas no se pusieron a muy buen recaudo, pués con el aumento en las tasas de interés externas, se fueron...

3.- Que las "pérdidas" de las reservas durante 1994, estuvieron asociadas a hechos delictivos y acontecimientos políticos desafortunados. Sin duda, después de la muerte de Luis Donaldo Colosio en marzo, no antes. Curiosamente a partir del mes de abril empezaron a crecer las tasas de interés tanto a nivel mundial como a nivel nacional.

4.- "Que la existencia de un déficit en cuenta corriente, no es por si misma, prueba de sobrevaluación del tipo de cambio". Y presenta los casos de "Japón y de Estados Unidos como ejemplos".. No estoy totalmente de acuerdo con este axioma, como diría Rogelio Palafox, "Esto me lo sostienes y me lo pruebas". En principio, aquellas sociedades no se caracterizan por tener economías de subsistencia, en cambio en Mesoamérica es lo que más lo caracteriza.

Miguel Mancera, definitivamente, no ve en la subvaluación del peso mexicano, una forma sine qua non, de obtener superávit en cuenta comercial y corriente, creo que estamos con paradigmas, modelos, ejemplos que se colocan exactamente enfrente uno del otro.

Bill Clinton, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, dijo al finalizar su discurso: "La ayuda a México es esencial, para evitar que la crisis mexicana afecte a los empleos de miles de estadounidenses, de miles de millones de dólares en exportaciones, provoque el incremento de la inmigración ilegal, y se difunda la inestabilidad financiera a otras naciones del hemisferio". Es claro que quizás, la única condición del apoyo de Bill Clinton es que, "no se lleve adelante una política monetaria de subvaluación". very clever.

Senadores Phil Grahmm y Robert Dole del ala republicana, pretendientes a la presidencia de los EE.UU. en 1996, dicen que "el presidente Clinton no explicó con suficiencia al Congreso las bondades del paquete de ayuda". A estos amigos los expulsaron del PUP por extremistas. El PUP fue, aquel original Partido Único de P... nacido en Monterrey justo en los sesentas, casi coincidente con el despegue económico de esta entidad, cuyo fundador fue el muy ilustre Don Hermenegildo Torres.

Guillermo Ortíz Martínez, Secretario de Hacienda y Crédito Público, sostuvo: "Que el tipo de cambio (6.20), actualmente esta subvaluado, y que tomará su nivel apropiado y realista en cuanto se estabilicen los mercados financieros. Que la paridad de 4.50 x 1 dólar con que se construyó el Programa de emergencia económica, creemos es el más realista"... Sin embargo, mostró cautela al "no descartar la aplicación de un régimen cambiario de algún otro tipo y que será el mercado quien finalmente determine el nivel que pueda considerarse como sostenible en el mediano plazo". Sir James Stewart diría que "la economía política, se considera normalmente la forma de orientar la política económica", o bien como dirían en el juego del poker, "Como veo doy",

Steve Hanke, Profesor de Economía Aplicada de la Universidad John Hopkins, señaló que la "única manera" en la que el Presidente Zedillo resolverá la crisis financiera y sobre todo la de credibilidad internacional (añadiríamos y nacional), radica, en la inmediata sustitución del Banco de México por un "Consejo Monetario", con lo cual parecería que están de acuerdo instituciones como el Tesoro y el Congreso estadounidense, así como algunas cámaras nacionales. Dicho consejo, que en opinión en tono lacónico del señor (M)ancera sería como una "caja automática", es una institución monetaria independiente del gobierno, que asegura el pleno respaldo del sistema monetario, al no tener posibilidades de expander el sistema monetario, recordó que Milton Friedman lo contempla como una figura obligada y que John Maynard Keynes se refirió a ella, como una garantía de confiabilidad cambiaría. El objetivo en todo caso, debe ser que no se sobrevalúe la moneda. Natty boy, isen’it.


Palabras Finales:

"En este momento no tenemos tanta necesidad de teorías, como de experiencias, lo cual normalmente es la fuente de todas las teorías"

R.D. LAING.

Me parece que la subvaluación tiene una mecánica próxima al Jiu Ji Tsu y como filosofía está más próxima a México de lo que habitualmente se le reconoce. Podríamos decir que antes, de la expansión europea, del llamado mercantilismo, tanto Australia como América, particularmente Mesoamérica, eran sociedades más bien de tipo asiático, no se necesitan muchos elementos para constatar esta apreciación.

Cuando pensamos en los países que más producen, son los países que al mismo tiempo más venden y menores tasas de desempleo observan. Dónde está la clave en igualdad de condiciones? sin duda, en la oferta, en el precio de los productos, también en los servicios colaterales. Japón, Estados Unidos y Alemania, Sr. (M)ancera, son ejemplo de países con una política monetaria de subvaluación; la España de Franco mantuvo la peseta subvaluada y a los gallegos también, así fue como se recuperó España. Cuando entró a la CEE, disminuyó la subvaluación, "bajaron la guardia" y les subieron los costos, ya estando incluso dentro de la Comunidad Económica Europea, Felipe González tuvo que volver a devaluar... Hoy la paridad de la peseta respecto al nuevo peso y el dólar es de 5 y 25 pesetas respectivamente.

Las monedas se devalúan unas respecto a otras, si no hubiese más que una sola moneda, o bien si existiesen consejos monetarios "confiables", entonces se podría decir adiós a las devaluaciones y de paso a la inflación.

México, tiene más de treinta años de tener sobrevaluada su paridad, en la actualidad, parece que podría favorecerle mucho más una paridad de subvaluación entre 8 y 10 $ por 1 dólar y armar la estrategia de recuperación de la dignidad nacional a partir de esa premisa. Por supuesto, vigilando que ello no provoque la llamada "dolarización" en las operaciones del mercado interior.

No estoy de acuerdo con mantener una paridad que no considere la eficiencia relativa de la(s) economía(s). La paridad, las debe tomar en cuenta desde la definición misma del tipo de cambio, más las recomendaciones respecto a la balanza comercial y las reservas, así como considerar el diferencial en la inflación que se observe, mismo que un "consejo monetario", podría neutralizar perfectamente, amén de tomar en cuenta el comportamiento de las tasas de interés internacionales (prime y libor). Esta separación en el control monetario, es más importante, estratégica y democrática, que cualquier otra separación con “sana distancia” del Gobierno Federal, es de interés nacional y puede considerarse “razón de Estado”.

Una última reflexión, que me asalta cuando uno observa la gravedad de la crisis actual, se refiere a la actitud del conjunto social frente al comercio exterior, cuando uno estudia la conquista y colonización de la India por los británicos, uno puede constatar que ésta fue realizada con el apoyo de un ejército hindú; cuando uno repasa la conquista y colonización de México en el 1519-1521, es también apoyada por un ejército de "mesoamericanos", cuando uno voltea para la colonización del Japón en el 3er tercio del siglo XIX, también reconoce el apoyo de los Meidji a los occidentales y cuando uno observa la "ocupación de los Estados Unidos en México entre 1962 y 1995, uno puede comprobar que ha sido sin balas, a crédito, con el apoyo entusiasta de un ejército de mexicanos consumistas y una moneda sobrevaluada, soportada por un sistema de "dicta blanda", utilizando la expresión del poeta peruano Mario Vargas Llosa, si bien con el azoro de nuestros mas conspicuos poetas. What do you think about that?

No creo que haya "cláusulas secretas" en el paquete de ayuda; lo que podrían ser las condiciones comerciales, que no políticas, del "paquete CLINTON", en todo caso, me parece que están a la vista. En este momento, todo depende de donde deseemos ir, como diría el Gato de Cheshire.

https://ensayosalbertooliver.blogspot.com/2011/01/la-sobrevaluacion-problema-nacional.html

Epílogo.

Jesús Alberto Oliver Rodríguez.

 

Este epilogo es de un artículo en 2 partes, sobre la sobrevaluación y subvaluación monetaria que fue redactado y publicado en febrero de 1995, como resultado del llamado “error de diciembre” (1993) donde se expuso que la sobrevaluación monetaria es una tendencia histórica observada en en el mundo como en México ya en repetidas ocasiones por diferentes causas o motivos como en diferentes períodos de la historia, desde el mercantilismo español, que explica como lo ha expuesto claramente Earl J Hamilton en "El Tesoro Americano y la Revolución de los Precios", (Revista de Occidente 1929) que explica buena parte de la decadencia de la economia española y de como influyó la sobrevaluación de la moneda española, por relación a su economía con la de América.

En la actualidad en el caso de México el “sector externo” dada la diferencia de tasas de interés entre México y EEUU  influye en la generación del llamado en los años 70 del siglo XX, por el profesor Robert Triffin “Hot Money” y que en el actual periodo no parece ser la excepción por el creciente volumen de las remesas internacionales que han llegado a México atraido  por el diferencial de tasa de interés y el lavado de dinero del crimen organizado.  

Se me ha sugerido por los editores la actualización del ensayo al periodo que estamos viviendo, dada la presencia una vez más de una subvaluación del dólar, (como lo fue al término de los Acuerdos de Breton Woods), que dio como resultado el fin de paridades fijas y el nacimiento del sistema de paridades flotantes que arrancó en EEUU en 1971; entonces fue causa de que las economias centralmente planificadas  como la URSS, visitara por segunda ocasión en 1973, la 1a fue por Nikita Jroushchov en un "loco viaje a los EEUU", desde el inicio de la guerra fría a los EEUU, ya que prácticamente la economía de los EEUU se habia puesto “en barata”, es por supuesto un antecedente a considerar en el desarrollo de la globalización y hay que decirlo, la caida de la URSS en 1989 y el inicio de la modernización de China con Deng Xiaoping 10 años antes.

La subvaluación del dólar, se ha presentado a nivel mundial por diferentes  razones, una de ellas es la pandemia de COVID 2020, que ha afectado claramente a la paridad del peso dólar en 2021, abaratando el precio del dólar  y la apreciación del peso en México al punto de marcar el inicio de un proceso de sobrevaluación en México desde 2021, justo después de haber tenido un comportamiento de ajuste a lo largo de 20 años, entre 2000 ($9.45 x 1 dlr) y 2020 ($21.49 x 1 dlr), entre otros propósitos,  por el deseo de un “control de la inflación”, basada en un tipo de cambio que no  impulse, al costo de frenar las exportaciones, como fue el caso entre 1990-1994; en este sexenio, basado en un incremento sustancial de transferencias de una economía norteamericana en recuperación, que ha llevado al peso mexicano a mediados del presente mes de julio a una cotización de $ 16.72 x 1 Dlr. muy a a pesar de que ello sea en detrimento de la recuperación del  conjunto de la economía nacional y el empleo que permanece prácticamente en recesión y con una Tesoreria de la Federación muy agotada con  una inflación creciente pero con altas reservas de dólares.... 

El “Nearshoring” como las maquiladoras en 1960, no puede dejar de ser un fenómeno actual que refleja la necesidad de la expansión de las economías y la  de las empresas norteamericanas hacia la amplia frontera con México, como lo promueve el TLCAN en 1994 y el TMEC justo en 2021.        

El tipo de cambio desde 2021, ha sido sostenido por un “no sistema monetario”, sino más bien por un sistema monetario especulativo que se apoya por el repetidamente mencionado sustancial incremento de las remesas de norteamerica,  derivadas de diversos factores como puede ser el diferencial de tasas de interés entre EEUU y México,   sin dejar a un lado las transferencias implicitas del crimen organizado, como resultado de la resiliencia de la economía norteamericana rumbo a su recuperación, basada en la subvaluación del dólar a nivel internacional y que ha favorecido que sé diga de manera simplona y festiva  que en  México se tenga un “un peso fortachón”...

No se trata con el presente, soportar ninguna postura del nivel adecuado  del tipo de cambio o terminar dando recomendaciones al Banco de México o al de Pagos Internacionales. El único propósito es tratar de comprender con este análisis historico, qué está sucediendo en México con su tipo de cambio en el presente.

“Es más facil conocer el presente, comprendiendo el pasado”, que adivinar el futuro; habida cuenta de que "el que se mete a especular, puede ganar o bien puede perder".

En relación a los conceptos ideológicos que se manejan en la actual no puedo dejar de exponer una taxonomia de las posiciones observada:

Primeramente MORENA, el Partido del Trabajo y el Partido Verde,  son notablemente inveterados centralistas, están por un gobierno centralista con Políticas Públicas que mantenagan las cosas como están, recordando  La Ley Agraria de 1992, referente a mantener "El Derecho de Tanto", que impide patrimonializar y ampliar la capacidad de acción de los ejidatarios en el 52% del territorio Nacional (CEDRSSA 2015)  ejerciendo el pleno derecho de la propiedad de la tierra, en verdadero pié de "igualdad", como fue la izquierda francesa que postuló ese gran principio  en la gran revolución.  También pretenden mantener centralizada la producción de bienes y servicios, sin abrir la participación del sector privado en la participación del "riesgo en la inversión"  en la producción de energía electrica limpia y la industria petrolera.  Para ellos la dicotomia izquierda y derecha sobrevive en su retorica a pesar de que ha perdido totalmente el sentido que le dieron los intelectuales españoles anarquistas y comunistas refugiados en México, que le pusieron de moda 50 años en un país  analfabeto en más del 70% en 1940 y la caída de la Unión Sovietica en 1989.

Movimiento Ciudadano es un partido que ha propuesto un programa en Mexicolectivo, que mantiene posiciones filo centralistas en dicho programa de acción, que hace entender perfectamente su aproximación a MORENA y la utilización de una retórica ideologica muy semejante entre sus miembros.

En el FRENTE AMPLIO POR MEXICO, se presentan dos corrientes claramente identificables con las secuelas Muños Ledistas QPD y De la Madristas QPD. Consideramos que las posturas de Beatriz Paredes Rangel, forma parte del grupo Muñozledista, que en alguna forma es y ha sido filo centralista y ha estado desde siempre contra las politicas que descentralicen del Presupuesto de Egresos de la Federación de la producción de bienes y servicios, aligerando la carga a la Tesoreria de la Federación a fin de cumplir con las responsabilidades en Educación y Salud.  

Por otra parte hay 2 candidatos que implicitamente en sus proclamas, mitines, entrevistas, declaraciones, etc,  estan por políticas públicas descentralizadoras que pongan en actividad a todas las fuerzas productivas y cambie el paisaje de la economía de un mundo estàtico de bajo crecimiento económico por otro, que ofrezca la perspectiva de "El Mejor Mexico Posible", por supuesto que me refiero a la senadora Berta Xochitl Gálvez Ruiz y al Lic. Enrique Octavio de la Madrid Cordero. Cualquiera de los dos representan el cambio que México requiere desde por lo menos hace 60 años, México esta pendiente del proceso.


Anexo 1) 


 

 

$ x Dolar

anual

Deficit de Cuenta 

 Expor-Import

 

 

Crecimiento del PIB %

T. de Interés México.

CETES

Julio

Tasa PRIME

EEUU

Julio.

Remesas

MDD

2017

18.90

-20,807

2.1

6.10

4.25

30,600

2018

19.23

-22,587

2.2

7.14

5.00

33,000

2019

19.25

-4,238

-0.2

7.90

4.50

36.048

2020***

21.49

  20,571            

-8.0

6.68

3.25

40,000

2021

20.28

-25,934.6

4.7

5.50

3.25

51,586

2022

20.12

-41,459.6

3.1

9.00

5.50

58.510

2023

17.94

-14,282*

   3.7**

11.11

8.50

30,238**

  Fuente: Banxico, INEGI.

 *El saldo corriente al mes de mayo de 2023, proyectado a diciembre puede llegar el déficit a -34,276.8 millones de dólares, globalizando en 6 años 2018-2023:  un déficit estimado en alrededor de US 70,000 millones de dólares.

**al 1er semestre

*** El histórico superavit del año 2020, se debe a una “desaceleración multifactorial en las importaciones, enmarcado por la pandemia internacional” del COVID. Casualmente la subvaluación del dólar, se refleja en México desde 2021, con un tipo de cambio descentente.

.

   


TIPO DE CAMBIO. Lección de Mercado.


Excélsior, Financiera, 30 de enero de 1995




A mis hijas Valentina y Jimena quienes dentro de algunos años se sentirán orgullosas o seguramente sonreirán al descubrir la tentativa aventurada de su padre de predecir la historia y modificar su curso.




Se han dado a conocer al público en general, al pueblo de México que el Congreso "retoma" la facultad constitucional de legislar. Legislar por supuesto sobre el endeudamiento del pueblo de México a través de la potestad del Gobierno Federal. Qué pena, recuerdo claramente la legislación sobre la deuda de 1975, ojalá se hubiese cumplido, ahí está la legislación para volver a ella cuantas veces sea necesario, no estaríamos, de haberse cumplido con el espíritu de la Ley y con la Ley, como nos encontramos en este momento. Hay cosas que se presentan como brillantes pero inútiles au même temps.



Igualmente, se ha anunciado que dentro de muy poco tiempo, se va a definir el tipo de cambio de México. Esto es, el poder adquisitivo de la moneda Mexicana en un mundo pleno de "disparidad de poderes adquisitivos". Por ello, creemos que es oportuno retomar la noción de "moneda corriente", cuya tarifa depende del Estado, y la "moneda internacionalmente valida entre grandes comerciantes, y entre los propios Estados". No es inútil, realizar algunos comentarios al respecto en este momento.



El "Jefe", puede hacer muchas cosas, puede incluso emitir moneda y decir cuánto vale, falta que el mercado se lo crea, y ver a quien conviene más, si al mercado interno o al mercado externo.



Se ha dicho retomando, a Rudiger Dornbush que la paridad debe de tomar en cuenta el diferencial de precios entre los Estados Unidos y México, por ello se dice que la paridad podría ser entre 3.5 y 4.5 nuevos pesos por 1 dollar. Con ese tipo de cambio, los dólares que nos van a prestar, van a tardar más en llegar que en irse de nuevo, recordando la rapidez con que se desplazaba el oro de las indias hacia los países del exterior de la península ibérica ( países donde el metal tenía un mejor precio), al llegar a la España endeudada por la guerra contra los "infieles".



No my little child, la tasa de interés, se define como el "precio del dinero", o bien, como se le ha denominado por J.M. Keynes como el "premio a la no liquidez". A partir de ello, creo que en el sistema que está por definirse y que va a regir la forma de vida de los mexicanos en los próximos 10 o 15 años debería de incluirse en la ponderación del tipo de cambio, no solo el diferencial de tasas de inflación, sino también la diferencia entre los precios del dinero, el saldo en la cuenta comercial y el volumen de divisas en la reserva.



Por otro lado, si se considera la “productividad relativa promedio” de México (esto es producto entre población total) para 1991, era de 0.724, lo que es equivalente más o menos a la de la de Campeche 0.75 o la de Veracruz 0.72. En cambio la productividad relativa de Suiza es de 8.486, la de Japón de 6.774 y la de los EE.UU. de 5.679. Son países con los cuales tenemos relaciones comerciales importantes y que, nuestro tipo de cambio debe o debería, de reflejar no solo la diferencia de precios de inflación, la situación de los intereses PRIME, LIBOR y el volumen de reservas, sino que también debería de reflejar en la base el diferencial productivo, léase excedentario. Desde éste punto de vista, el peso mexicano debería de estar en 11.76, frente al franco Suizo, 9.43 frente al yen y 7.87 frente al dólar de los EE.UU. Recordar, que es la producción lo que genera comercio y el comercio lo que crea la moneda, no la moneda al comercio.



Si lo viésemos desde el punto de vista de la capacidad adquisitiva que tenía el salario mínimo de 1973, en dólares de 1981, era de 1.13 dólares/día. El tipo de cambio era 12.50 x 1 dólar y el salario mínimo de $33.23 diarios. Si tomásemos como referencia el consumo interno de 1973, por ser un año aún, ajeno al aumento en el consumo 1974-1981, que ocasionara vorágine petrolera iniciada en 1974; entonces, el dólar podría colocarse alrededor de $10 x 1 dólar y así encarecer el uso de la divisa en virtud de que no tenemos divisas, y son diferentes las divisas propias que las divisas que nos prestan. Si a ello se añade que el 63.2%, de la población no tiene un ingreso superior a los dos salarios mínimos y que es virtualmente ajena al uso de los dólares. No parece justo, endeudarnos en dólares todos y darlos baratos a algunos, pués se benefician algunos cuantos con el subsidio, cuando toda la población es solidaria con el costo real del financiamiento del déficit en cuenta corriente, más los intereses del servicio de la deuda.



El sistema se vino abajo por varios motivos, el primero es la extremada dependencia económica y tecnológica del exterior, exacerbada desde los años 60 y por la sobrevaluación de la moneda, aunada al alza del precio del dinero internacional a corto plazo (léase TESOBONOS) y, como ya lo habíamos observado por una reducción de las coberturas de largo plazo; igual que en 1973-74 en medio del inicio de la coyuntura petrolera se presentó la "crisis fiscal" en Chile, Argentina y Brasil, "crisis de pagos en México; todos ellos, Socios del club de la Alianza para el Progreso; en México, en esa época apareció el movimiento de Genaro Vázquez, preludiando la devaluación de 1976; igualmente en 1981-82, se volvió a hablar de la liga 23 de septiembre, entonces se dio la crisis monetaria en toda la América Latina, incluso le pegó a la moneda chilena, ahora nuevamente después del descenso de las tasas de interés, entre 1989 y 1993, México enfrenta en 1994 una nueva crisis de liquidez largamente gestada entre 1962 y 1994, son más de 30 años de "vacas gordas, a crédito, sobrevaluación monetaria (excepto 1982-1988) y precios subsidiados".



La globalización, presiona nuevamente la crisis del "nuevo peso mexicano", como una pieza más de la crisis de liquidez de carácter mundial, que estamos presenciando, donde la repercusión social y política se deja ver claramente en México, entre la economía de subsistencia y la modernidad excedentaria, entre Mesoamérica y árido América, con los rictus de dolor de la muerte del sonorense Luis Donaldo Colosio, la rivalidad de Manuel Camacho Solís vs Joseph Marie Córdova Montoya, el asesinato de José Francisco Ruíz Massieu y todo ello palpitando en una suerte de guerra de castas en Mesoamérica, primero en la Selva Chiapaneca, después su contagio a Tabasco, orientándose sobre Guerrero, entidades que generalmente envían sus contingentes de maestros al Distrito Federal, para las distintas marchas magisteriales. Esta situación nos hace recordar aquella sentencia de Karl Marx que dice "los que están más alejados del capital, son los que más fácilmente se le revelan". Frente a eso hay que reconocer, que por lo menos, nos enseñó cómo defendernos.


No se omite mencionar, por último, que tener una moneda subvaluada o bien léase "barata" es conveniente para la actividad y empleo nacional, recordemos, cuando en 1873, la magia de la caída de la plata detonó el crecimiento del comercio exterior, el crecimiento del PIB, como de la recaudación, al punto que con José Ives Limantour en 1895, ya se había logrado el equilibrio presupuestal, a pesar de la realización de la gran obra telegráfica del porfiriato, obra que se hizo con recursos fiscales a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Si bien dicha caída de precios, junto con la del cobre, preludiaron el conflicto laboral de la ASARCO en Cananea en 1905,  la devaluación del peso y los sucesivos conflictos armados que se sucedieron.




Sin duda le tocó a Antonio Ortiz Mena, a partir de 1961, apoyado en el Crédito Público y la magia de los argumentos de Víctor L Urquidi, sobre "la capacidad de absorción de proyectos de inversión de la economía mexicana", que México pudo incorporarse a la más integral dependencia financiera del exterior, que jamás hubo conocido el país y que sigue caracterizando a nuestro país. A partir de entonces, podemos afirmar, el país perdió su soberanía económica y desde 1965, alimentaria. Hoy no tan fácil podemos tomar decisiones sobre nuestro tipo de cambio, dada la transnacionalización y la excesiva dependencia del exterior de insumos para la exportación.
 


La magia de la mega devaluación del peso, con Miguel De la Madrid entre 1982-1988, también generó muy buenos resultados con el exterior, promoviendo, en este caso, la exportación, (no así el crecimiento) con cargo al aumento en los stocks exportables que se lograron con  base a  la caída en el consumo doméstico.  En 1986, en que México ingresó al GATT y se abrió al comercio exterior, las cuentas con el exterior fueron favorables, ya que lo hizo con un peso subvaluado. En cambio la sobrevaluación (léase hechicería) del peso de su sucesor Carlos Salinas, entre 1990-1994, generó al entrar así al TLC, no solo la anulación del superávit, sino la generación del mayor déficit comercial en toda la historia del país;  quizás, junto con el cálculo, estimación o previsión  del crecimiento del PIB en el Plan Nacional de Desarrollo 1988-1994, "entre 3 y 5%", cifras de la cual se colgaron todos los proyectos carreteros... constituyeron los mayores errores de política económica del régimen.




Lo anterior, se constituye en una auténtica lección de mercado.  Salut 
 

PROGRAMA ECONÓMICO 1995. PARIDAD POLÍTICA O PARIDAD TÉCNICA


Excélsior, Financiera, 9 de enero de 1995.

A la memoria, grata memoria de Rodrígo Calvillo.

"Como todo científico de la historia, sabe que sus análisis objetivos, sea cual fuere el grado de perfección que puedan alcanzar, no proporcionan sino el diagnóstico, jamás la terapéutica, de ahí que toda su obra esté atravesada por un profundo escepticismo". La pregunta que se hacía Jaldún era precisamente como evitar la decadencia del Islam en el siglo XIV...

La filosofía de la decadencia en Ibn Jaldún.

Elías Trabulse

Aestas alturas, parece que hay consenso en el diagnóstico de la devaluación, “1994 es un año en que se sobregiró el Gobierno en el corto plazo, cuando las coberturas de largo plazo se redujeron".

En la formulación de este diagnóstico, la participación ciudadana fue copiosa, las opiniones en los distintos medios, abundante, han realizado aportaciones los partidos, las cámaras, las asociaciones, el sector público, el social y el privado habiendo firmado el 3 de enero de 1995, con la presencia del Doctor Ernesto Zedillo el Acuerdo de Unidad Para Superar la Emergencia Económica (AUSEE), en donde claramente se habla del examen de la situación existente.

Sin embargo, entre otras cosas, se menciona en la primera parte del documento un asunto que interesa comentar: "que la reducción del déficit en cuenta corriente tiene dos formas... “una ordenada que permita restaurar en breve plazo la estabilidad y el crecimiento y otra desordenada que pospondría por mucho tiempo las posibilidades de mejoría". Continuo.

El día 4 de enero, se dieron a conocer los pronósticos de la economía nacional, realizados por el Banco de México, a partir de los cuales la Secretaría de Hacienda elaboró el programa económico para 1995.

Entre los elementos que se han dado a conocer el día 5 de enero, en que se escriben estas líneas y que interesa comentar son:

• "Que cuando culmine el ejercicio de 1995, el déficit en cuenta corriente, será de 14 mil millones de dólares. (4.2% del PIB) y no los casi 28 mil millones (estimados al cierre de 1994), que representa 8% del PIB."

Me pregunto, qué no debería de salida, pretender disminuirse aún más el déficit en cuenta corriente?

• "Para financiar este déficit, se calcula se dispondrá de 14 mil millones de dólares así: 8 mil millones provenientes de inversión directa extranjera, 5 mil millones de endeudamiento público neto y 1 mil millones de repatriación de capitales".

• La tasa de cambio promedio, en todo 1995, será de 4.50 x 1 dólar norteamericano, "si bien en el futuro inmediato, quiero entender los próximos 4 meses, puede mostrar una pronunciada volatilidad".

• Al final del análisis, la SHCP, informó que se buscará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para obtener recursos que de acuerdo con algunas fuentes serían por lo menos de 13 mil millones de dólares. Con ello, el agua revuelta se asentará, se desinflará "la volatilidad" (especulación) y podremos avanzar nuevamente, pues existen bases firmes para poder hacerlo.

Tengo mis reservas respecto a estos propósitos, con éste tipo de cambio y pasaré a exponer mis observaciones, con las bondades que ofrece la experiencia histórica de los últimos 40 años, con el ánimo de compartirlas a través de éste amable espacio.

Primeramente, he de señalar que el déficit en cuenta corriente ha sido la manera natural de comportarse de la economía mexicana entre 1951 y 1982 y de 1988 a 1994, excepción hecha del año 1955, en que se observó un pequeño superávit de 1.7 millones de dólares, como resultado de la devaluación de 1953-1954, que estabilizó el dólar en $12.50 x 1 dólar entre 1954 y 1976 (22 años). Vale la pena recordar que el coeficiente de endeudamiento de la federación, como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) en 1954, era de tan solo 1.29%. También vale la pena subrayar que la devaluación de 1954, tuvo un impacto en la contracción del déficit de cuenta corriente de apenas un año, a pesar de que prácticamente no había diferencia entre el nivel de inflación de los green-gos y los mexicanos, lo que quiere decir que era atribuible al diferente tipo de desarrollo, así como a una cierta sobrevaluación del peso..

En 1962, se realizó el Plan de Acción Inmediata, por medio del cual, reiniciamos nuestra carrera como deudores activos y verdaderamente entramos al desafío del siglo XX, caracterizado por la presencia en el mercado mundial de las mercancías y productos provenientes de Asia, después de siglo y medio de prácticamente no participar en él. Volver los ojos a ese momento, de manera crítica y referencial es muy útil, consideremos que a pesar de que los dólares que empezamos a utilizar no eran "propios", sino prestados, los continuamos dando a 12.50 x 1 dólar, como si fuesen dólares propios, o sea muy baratos.

Por dólares propios, debemos entender los dólares que generan nuestras exportaciones. La distinción es válida, frente a los dólares prestados, ello se puede extrapolar con los recursos de crédito y los fiscales, ya que lo que es propio hacer con los recursos fiscales, no es dable hacerlo con los recursos de crédito y viceversa, lo que es propio hacer con los recursos de crédito, no lo es, con los recursos fiscales..

No haber devaluado en 1962, por problemas o aspectos de índole política propios del contexto de la crisis de la guerra fría (1958-1963), colaboró por lo menos en un 40% desde el punto de vista del déficit en cuenta corriente, en la devaluación de 1976. La moraleja es, que no establecer una banda de flotación adecuada o bien devaluar a tiempo, genera un escalón más pesado en algún momento. La autonomía del Banco de México en materia cambiaria, se convierte en un aspecto de seguridad nacional, debemos apoyar la total autonomía de esta institución, como mejor convenga para orientar la toma de decisiones oportuna, por el bien de la República y de nuestros hijos; estamos condenados a no bajar la guardia. Hoy está en la Presidencia de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, pudo haber sido Diego Fernández de Cevallos o Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, la realidad económica que estamos enfrentando sería la misma, está determinada, condicionada y explicada más por el pasado reciente que por el presente.

En agosto de 1976, con un coeficiente de endeudamiento como proporción del PIB cercano al 40%, se dio una devaluación de alrededor del 80%, del valor del peso frente al dólar USA, como resultado de una variación negativa, en la reserva de divisas de apenas 333 millones de dólares en ese mismo año y un déficit acumulado en cuenta corriente entre 1970 y 1976, de 14,537 millones de dólares. La devaluación, no tornó superavitario el saldo de la cuenta corriente de México, ni siquiera un año, como pudo ser la de 1954, por lo que, el déficit en cuenta corriente continuó hasta 1982, siendo financiado por un endeudamiento muy alto, se había triplicado el déficit de cuenta corriente, en relación con la administración de Luis Echeverría, para acumular con José López Portillo entre 1976-1982, 42,060 millones de dólares.

De 1956 a 1982, son 27 años de continuo, período donde la balanza de pagos refleja déficit acumulado en cuenta corriente por 63 mil 425 millones de dólares, que representa apenas el 60%, del déficit acumulado en 6 años, entre 1989 y 1994, por 105 mil millones de dólares.

1973, es un año clave en la estadística de las finanzas públicas, no puede pasar desapercibido que el salario mínimo de $33.23 diarios, representaba 2.33 dólares corrientes y 1.13 dólares constantes de 1981. A partir de este año, en que ya era urgente un ajuste en el tipo de cambio, "las finanzas públicas se dijo se llevaban en Palacio Nacional", salía Hugo B. Margain y entraba José López Portillo a la SHCP, un año más y todo cambiaría en la matriz de la economía y la demografía nacional, por el aumento de los precios internacionales del petróleo y la aparición en el sureste de México, en boca de los green-gos de "los yacimientos más grandes del mundo, más grandes que los del Golfo Pérsico". En esa época se acuño la frase, "todo en Chiapas es México", hoy frente a la crisis en esa región y la presencia de un movimiento de tipo "protocomunista", se puede apuntar que "todo en Mesoamérica es Chiapas".

La devaluación de 1982-1983, y la subsecuentes devaluaciones que hicieron pasar de $24.51 en 1981, a $2,287 x dólar en 1988, en la administración de Miguel de la Madrid Hurtado, representó una devaluación de aproximadamente 93 "veces" el valor de base, y permitió a esa administración pasar a la historia como el único sexenio con saldos positivos, acumulados en el sexenio en cuenta comercial, superior a los 52 mil millones de dólares y en la cuenta corriente por más de 9 mil millones de dólares, si bien, muchas inercias impidieron bajar el coeficiente de endeudamiento, ya que entre 1986 y 1987, llegó a ser el mayor de la historia del país, alrededor del 90%, como proporción del PIB (dólares constantes).

En el sexenio que acaba de terminar, el de la administración de Carlos Salinas de Gortari, el dólar pasó de $2,287 a 3.55 nuevos pesos; apenas se devalúo 55%, "media vez"; en estos años, la apertura comercial que se llevó adelante, permitió acumular en el sexenio un déficit al cierre en cuenta corriente de 105 mil millones de dólares, sin duda el más grande déficit de toda la historia nacional, 60% del acumulado entre 1950 y 1994.

Por su parte, los salarios como proporción del PIB, lograron pasar de 25% del PIB a 27% del PIB, el salario mínimo pudo aumentar al pasar de 3.68 a 4.45 dólares corrientes y fluctúo entre 2.72 y 2.81 dólares constantes, cerrando más o menos como el nivel de 1983, a dólares de 1981. Me parece que la sobrevaluación del peso entre otros aspectos, trató de evitar el dramatismo del ajuste en el consumo, pero simplemente lo estaba posponiendo; con ello el futuro será muy dramático, ya que con la globalización y el nivel de dependencia tecnológica y de financiamiento, hay muy poco espacio para evitar la caída en el consumo y, la economía de suyo, no ha sido, ni es, generadora de un gran ahorro..

La diferencia en los niveles de endeudamiento entre el año de 1994 y el de 1983, es que en 1983, representaba poco más de 90 mil millones de dólares y significaba el 80% del PIB y en 1994, la deuda total consolidada es estimada al mes de agosto en 123 mil millones de dólares que representa 35% del PIB. La sobrevaluación del peso ha permitido que el volúmen del PIB medido en dólares sea tal, que el coeficiente de endeudamiento como proporción del PIB, disminuya en casi la mitad, siendo estimado al cierre de 1994, cercano al 35%, sin embargo, con la devaluación de diciembre de 1994 y la caída del producto estimada en -7% para 1995, es muy probable que para el cierre de 1995, el coeficiente de endeudamiento como proporción del PIB, suba de nuevo.

La aplicación de los ingresos federales, por la privatización de más de 1000 empresas paraestatales, nos da un margen de maniobra de entrada, si bien poco ayudó en términos relativos al desendeudamiento global, impidió que la inercia de la deuda siguiera creciendo impulsada por la operación deficitaria de la mayoría de las paraestatales, lo que permite mantener un relativo optimismo, a pesar de la crisis que se nos presenta a principios de 1995, caracterizada fundamentalmente por una reducción en los flujos de la cuenta de capital del exterior en 1994, por relación a 1993, de poco más de 21 mil millones de dólares; la disminución en la inversión extranjera “en el mercado de valores” en 1994, en alrededor de 6,500 millones de dólares; la disminución en la reservas del BANXICO en -15,365 millones de dólares, todo ello como resultado del aumento en la tasa PRIME de 6%, en 1993 a 8.5% en 1994, 1/2 punto arriba del 8% que ofrecían los apetecibles TESOBONOS mexicanos. La fuga de capitales especulativos fue inmediata, parecía la banca internacional, una suerte de aspiradora de dólares.

El aumento de las tasas de interés prime y libor, a partir de abril de 1994, (después de la muerte de Colosio) reflejan una crisis de liquidez internacional, lo que se traduce en mayor competencia, por la captación de capitales, competencia que puede continuar en el mediano plazo y que puede provocar un ambiente más especulativo, por los rendimientos negativos en los depósitos preestablecidos en México, como el observado entre 1973 y 1991, en que el Costo Porcentual Promedio anual de captación bancaria (CPP), fué predominante menor que la tasa de inflación diciembre-diciembre en esos años.

La tasa libor, prácticamente se duplicó en 1994, al pasar de 3.19% a 6.0% y la tasa PRIME subió de 6 a 8.50%, medio punto por arriba de los atractivos tesobonos, documentos que ofrecían un rendimiento en dólares del 8% anual en 1994.

Palabras finales:

Por lo anterior, creemos que frente al nivel de déficit en la cuenta corriente, el fuerte flujo de divisas por el pago de intereses, el bajo nivel de reservas "propias" (+ - 6 mil millones de dólares en enero de 1995 SHCP) los vencimientos de tesobonos (pagaderos en dólares con una tasa de interés del 8%) colocados en 1994, por alrededor de 29 mil millones de dólares, que debe pagar el Banco Central en el muy corto plazo, hacen que el tipo de cambio promedio anual anunciado en el Programa Económico de 1995, de 4.5 x 1 dollar, puede ser solo considerado como una medida presupuestal, quizás hasta un buen deseo. Considero, que es necesario reconocer que las divisas que nos presentan son divisas caras y que no les podemos dar el trato de venderlas como si fuesen propias, considerando el nivel de endeudamiento y competitividad que presenta el país en la actualidad, en un contexto en que la influencia más acusada en el comercio internacional desde 1976, es de Asia, la de Deng Xiao Ping, no la de Mao Tse Tung.

Por ello, creemos seriamente que el tipo de cambio pudiera situarse, como límite de esa "volatilidad" previsible para los próximos 4 meses a que se ha hecho referencia, en alrededor de 8 ó 10 x 1 dólar, lo cual llevaría al salario mínimo anunciado de 15.80 a representar entre 1.57 dólares corrientes y 1 dólar de 1981, cercano a la proporción histórica de 1973, año aún distante de la vorágine del "boom petrolero". Igualmente un tipo de cambio como ese, que no tiene que ver con el esquema de devaluación del 30% que se comenta, podría eventualmente apoyar la reducción del déficit en cuenta corriente y ajustar el consumo a un nivel más conservador, propio de esta época, sobre todo, a no vender barato un dólar que no es propio, que nos lo ha prestado el Fondo Monetario Internacional, los EE.UU. o Canadá, que no ha sido generado en stricto sensu, por nuestras exportaciones petroleras, metalmecánicas, de servicios turísticos o bien del sector primario exportador incluyendo las remisiones de los braceros.

Por supuesto, que si llegase a devaluarse aún más el peso, estamos convencidos que se tendría que darse un trato solidario a los empresarios nacionales apalancados en esta moneda como ya se hizo entre 1982 y 1987, por el actual Presidente de la República Doctor Ernesto Zedillo Ponce de León, por medio del entonces Fideicomiso de Cobertura de Riesgos Cambiarios (FICORCA). Creo que del fin de la segunda guerra mundial a nuestros días, la experiencia monetaria de 1983-1987, en la administración de Miguel de la Madrid, período de formación y experiencia para muchos economistas mexicanos, contiene aspectos que pueden ser recuperables. Quizás sea oportuno recordar que a los primeros días de la gestión de Miguel de la Madrid, mucha gente ya lo quería echar para abajo y resultó ser un gran presidente, le deseamos lo mismo a Ernesto Zedillo. Buena suerte.