miércoles, 12 de enero de 2011

LECTURA DEL CAMBIO 1994. CAMBIO CON RUPTURA y DEVALUACIÓN


Excélsior, Financiera, 2 de enero de 1995.

"El drama monetario, no ha creado la crisis. La señala, la sitúa y la fecha. Es en todo caso, un buen instrumento para estudiarla".

Pierre Vilar
Oro y Moneda en la historia 1450 1920

Los eventos vistos en su perspectiva histórica, siempre ofrecen una lectura diferente que si lo vemos muy de cerca, con nuestras simpatías y antipatías, con nuestro clientelismo o nuestras posibles apetencias, también pinta mucho en nuestro estado de ánimo frente a una devaluación, si nuestro ahorro está en moneda nacional o en dólares, si está en activo circulante (dinero), o si está en activo fijo (inventarios, muebles e inmuebles), si tenemos trabajo o no tenemos trabajo, si están nuestros amigos en el poder o estamos en la oposición (o todo lo contrario), si somos turistas green gos o nacionales, si lo que importamos ya pasó la aduana o está en tránsito, etcétera, etcétera.

Nada tan peligroso en economía y en política como un "imparcial", aquel que no es sencible, que no toma partido, peor si no lo hace a la hora de la hora, léase a la hora de la revuelta, ésto nos dice Nicolas Maquiavelo, el del poder por el poder, el gran maese quien quedó en calidad de desempleado a los 43 años, después de haber sido desde los 27 años, el 2o secretario de la cancillería de Florencia. Sin duda, dejó de serlo, no por falta de talento, fué simplemente que cambió bruscamente la composición de la clase política de Florencia, con la toma de Constantinopla por los Turcos y ello permitió el arribo de los Medicis al Poder, rancia clase de "banqueros" de origen griego que no procedían de la burguesía local como el maese Maquiavelo.

Sucedió así que perdimos al 2o secretario de la Cancillería de Florencia y ganamos al autor del Príncipe, obra maestra que ha dividido la historia de la política y "del poder por el poder" en antes y después de Maquiavelo. Si éste hombre, hubiese pertenecido a la República Mexicana, le hubiera denominado a su obra El Jefe, no El Príncipe, ya que "en las repúblicas no hay príncipes" (Ernesto Zedillo)... Maquiavelo escribió el Príncipe y se lo dedicó "al magnifico Lorenzo" (de Medicis), con un doble propósito: que lo leyese, influir en él y que lo empleara, dos cosas que el magnífico Lorenzo no hizo.

El reciente enfrentamiento de pretensiones y desaires entre los representantes del poder judicial (MRM), y del poder legislativo (MAMU), con motivo del asesinato del Secretario General del PRI, José Francisco Ruíz Massieu pareciera en opinión de Mario Ruíz Massieu, que generó obstáculos a la investigación del asesinato de su hermano, el ex Secretario General del PRI y con ello algún tipo de resentimiento... Si no, como entender el reclamo de que "se cuidaron mas las formas que los propósitos" judiciales. Vale la pena precisar al respecto, que si hay algo importante en política es el cuidado de las formas, más entre poderes que se quieren magnificar y balancear en un sistema de pesos y contrapesos. Sabemos que la Procuraduría General de la República forma parte de la estructura orgánica del Poder Ejecutivo, pero ello no le quita su carácter judicial.

Otra lectura, la que se refiere a la ruptura dentro del "grupo compacto" o "grupo tofico" por aquello de mmm... que ricos, hoy desinstalado del poder en el seno del Partido Revolucionario Institucional, (PRI); ello representa por supuesto, un problema político, un problema de relevo generacional, de clases políticas, de poder, un problema de honores sentidos y honores pretendidos, dignidades y vanidades cuyo reconocimiento social, estuvo a debate público y, cuyo fiel de la balanza, en su oportunidad, se inclinó hacia el poder legislativo, con la defenza de María de los Angeles.

Si algo caracteriza al año de 1994, que está por concluir, el del estallido guerrillero de Chiapas, el del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el de la sucesión presidencial, el de la muerte de José Francisco, el del fin del sueño de la modernidad; es una gran inestabilidad política, continuada con una profunda depresión económica, inestabilidad que puede durar más de lo razonablemente declarado y esperado. Para ponderar al actual período de inestabilidad política, podemos tomar como referencia al año de 1928, año del asesinato del también sonorense General Alvaro Obregón, a manos de un magnicida de corte cristero de Matehuala S.L.P, avecindado por algún tiempo en Nuevo León, José de León Toral. Pués bien, muy a pesar de que en 1929, se fundara el Partido Nacional Revolucionario, que pretendió pragmáticamente aglutinar a todas las fuerzas revolucionarias en una sola organización, el caso fué, que ni con esa superorganización política, se pudo evitar que la desestabilización generada en medio de la "gran depresión' (fenómeno mundial), con la muerte del "Caudillo" Alvaro Obregón, durara alrededor de seis años, período que se dió en llamar "el maximato".

El "maximato" considerado de 1928 a 1934, se caracterizó al igual que la primera mitad criolla del siglo XIX, por una gran inestabilidad política, los presidentes en México, no duraron en promedio ni dos años, fueron los casos del tamaulipeco Emilio Portes Gil, el michoacano Pascual Ortíz Rubio y el sonorense Abelardo Rodríguez.


Los ajustes cambiarios 1976 1994

Una mirada rápida a las devaluaciones de 1976, 1982 1988 y 1994 nos hace reconocer un común denominador: los ajustes monetarios siempre han coincidido con variaciones importantes en las reservas de divisas del Banco de México. Es, en ese momento, en que los distintos gobiernos, sean españoles o latinoamericanos, que toman la dolorosa decisión de devaluar la moneda, pués ya no le pueden apostar a nada. En agosto de 1976, en que se abandona la paridad de $12.50 x 1 dólar, coincidió casi con el fin del sexenio y muy a pesar de que nos habíamos "sacado la lotería" del aumento de los precios del petróleo, no se pudo evitar más, la tardía devaluación, en boca de no pocos analistas, debería de haberse dado desde el inicio del Plan de Acción Inmediata en 1962, o ya muy tarde en 1974, por lo que no se pudo corregir el déficit en cuenta corriente que desde 1955, se venía observando ininterrumpidamente en el país, algo inevitable entre dos economías como la de los EE.UU. y los Estados Unidos Mexicanos.

En 1976, la variación negativa en las reservas del BANXICO fué de 333 millones de dólares, el déficit acumulado en cuenta corriente del sexenio 70 76, fué de 14,537 millones de dólares. La inflación en los EE.UU. en ese año fué de 4.9% y en México de 27.2%

En 1982, el aceleramiento de la flotación y más tarde la devaluación es también, el momento de una variación negativa muy fuerte en la reserva de divisas del Banco de México, ahora de 3184.7 millones de dólares; el déficit acumulado de la cuenta corriente era de 42,060 millones de dólares, pero ahora coincidía con una catástrofe nacional, se caían los precios del petróleo y de nuestras materias primas y productos de exportación por sobreoferta, la economía estaba altamente petrolizada y el endeudamiento público era verdaderamente alarmante, casi se había duplicado en un año, al pasar de 39.8%, del PIB en 1981, a 65.39% en 1982, la crisis fiscal del "estado propietario, estado hipotecado", hacía irremediable abandonar las estrategias propias del desarrollo estabilizador, tomadas desde 1955 y reforzadas con crédito entre López Mateos y López Portillo (1962 1982). En 1982, la inflación en México era cercana al 100 anual y en los EE.UU. de tan solo 3.8%.

Para 1987, la estrategia de lo que parecería una "guerra de devaluaciones" se agotaba, la globalización y el comercio internacional obligaban a nuevas estrategias, además el continuo deslizamiento del peso llevó a la tasa de interés nacional, conocida como Costo Porcentual Promedio de Capitación (CPP), a 104.29%, el más alto de la historia, la tasa de inflación a 159.2%, la mayor de la historia. Por su parte en los Estados Unidos, la inflación anual reportada para ese mismo año, apenas era de 4.4%. La relación de deuda pública federal/PIB, había llegado al 90% del PIB, el más alto de la historia, junto con el de 1986. El programa inmediato de reordenación económica (PIRE) en 1983, fué considerado de emergencia nacional y aunque conservadora, la política de “descentralización de la vida nacional”, contenida en el PND 82 88, permitió que el sistema se fuese orientando hacia la privatización.

Las devaluaciones de 1987 y 1988, obedecen ya a la nueva estrategia macro del Pacto I, en el año de 1988, obedeció al creciente deficit del Gobierno Federal y a la variación negativa en las reservas del BANXICO, que fué de 7127 millones de dólares, si bien el saldo de la cuenta corriente acumulada en este sexenio era positiva por más de 9000 millones; el año de 1986, fué negativa en 1,770 millones de dólares y en 1988, de -2,922 millones de dólares. El tipo de cambio promedio había pasado de 637.95 viejos pesos por 1 dollar en 1986, a 2287.1 en 1988, o sea 258 %, promedio en dos años. México entró al GATT, con un peso subvaluado, lo que le permitió obtebner cifras positivas record, en las cuentas del exterior.

El error de diciembre?

La estrategia seguida entre 1988 y 1994, de bajar la inflación a menos de un dígito y bajar el endeudamiento como proporción del PIB fué un buen propósito, propio de un retoño del desarrollo estabilizador, sin embargo, la diferencia con las devaluaciones, a que venimos haciendo referencia, es que justamente ésta devaluación de diciembre de 1994, es la que ha sido como resultante de la variación negativa en las reservas del BANXICO más grande en la historia del país, superior a los 15,000 millones de dólares por relación, a diciembre de 1993, producto de una fuerte sobrevaluación de la moneda por 5 años, combinada con una apertura comercial generalizada, que provocaron en el sexenio, un déficit acumulado en cuenta corriente de alrededor de 105,000 millones de dólares, hecho que golpeó a los productores nacionales, sujetos a tasas de interés altas, que si bien pudieron ser atractivas para un modelo donde las inversiones directas extranjeras sustituían a la colocación de deuda pública federal en el fondeo de divisas del BANXICO, determinaron la mayor crisis historica de la economía real, que se proyecta en el país a partir de la devaluación de diciembre de 1994.

En resumen, la indignación nacional por la devaluación entre el 60 y el 7O%, es por supuesto porque el inadecuado tratamiento del tipo de cambio, ya que el modelo implicó, practicamente su anclaje y dependencia de los flujos de capital especulativo del exterior.

Sin embargo, y como lo hemos observado, las devaluaciones recientes 1o) nunca se han dado por variaciones negativas en la cuenta corriente de la balanza de pagos, sino por variaciones negativas en la reserva del BANXICO, o sea cuando ya no hay más remedio, 2o) han tenido siempre un manejo político, por que generalmente han sido o a finales o a principios de sexenio. Ruíz Cortines como Miguel Alemán lo hacían dos años después de haber tomado posesión en 1948 y 1954 respectivamente, cuando entonces las presiones por variaciones en las reservas no acumulaban más de 100 millones de dólares, además las diferencias inflacionarias entre los dos países no eran entonces muy significativas.

Si analizamos con estos elementos, la devaluación de diciembre de 1994, notaremos que se dió, no solo cuando se acelera la disminución en las reservas, sino casualmente algunos días después del 1o de diciembre, en que ya había tomado posesión el nuevo Presidente de la República Ernesto Zedillo, politicamente antes hubiera sido una medida difícil de tomar en términos electorales, por las particulares condiciones que el proceso nacional que arranca desde 1983, había llevado al país, lo que a su vez gravitó mucho en las decisiones, recuérdese la atmósfera de las reformas constitucionales, la propia muerte de Luis Donaldo Colosio, coincidió con el aumento en las tasas de interés norteamericanas, a 8.5%, arriba del 8% que estaban ofreciendo los Tesobonos mexicanos; el nivel de desempleo, igualmente hubiera alterado un modelo creativo e innovador para el medio mexicano, que pretendió ingenuamente estabilizar, transformar, modernizar e impulsar la administración pública del país, sobrevaluando la moneda, en un medio sociopolítico explosivo caracterizado por un alto nivel de endeudamiento y una fuerte oposición inicial del Partido Acción Nacional y permanentemente del Partido de la Revolución Democrática.

La devaluación, finalmente, representó una medida necesaria y dolorosa, que realiza final e inevitablemente, el ajuste al consumo, pospuesto con la sobrevaluación, aquí sí, de manera automática, ya que el consumo de la población mayoritaria de un país, dependiente y aún endeudado, cuyo 63% de la población en 1990, genera o dispone de un ingreso menor a los dos salarios mínimos, donde el salario mínimo representa en diciembre de 1994, alrededor de 2.61 dólares a precios corrientes y apenas 1.63 a dólares constantes de 1981; en un país con fuertes contrastes culturales, que aún no se moderniza en su modus operandi cotidiano, ejemplos hay muchos (Art 3º y 27 de la Constitución).

Mencionemos al menos que el Sistema Ferroviario Nacional, presenta un atraso muy grande, ya que su fuerza tractiva, equipo de arrastre y operaciones están en 1994, peor que en los años 60, el rezago en su financiamiento es un mal endémico desde 1965. De manera contrastante los espigones marítimos se han desarrollado recientemente como "barbas hacia el litoral", de la Cuenca del Pacífico, y en el Sector Salud, la cama por cada 1000 habitantes sigue siendo el mismo indicador desde 1980, la educación superior, después de andar en tasas de crecimiento anual alrededor del 19.2 % entre 1960 1980, ha descendido a tan solo 1.6% entre 1988 1994 y la básica ha decrecido al -2.5% anual.

La reflexión, que no puedo dejar de hacer, es la conveniencia de un país que aspira a la democracia, cuya estabilidad macroeconómica y microeconómica depende del nivel de divisas extranjeras de que dispone su banca central, de que se analice en el Congreso de la Unión, en la Comisión correspondiente, que la Ley que otorga la autonomía del Banco de México, no sea nada mas en su calidad de banco emisor de circulante monetario, sino también para asegurar al pueblo de México, un sistema de ajuste automático de paridades cambiarias flotantes, independiente totalmente de los aspectos políticos, que considere precios, tasas de interés y reservas de divisas y que informe regular y publicamente del nivel que guardan las reservas, la cuenta comercial, así como los factores que inciden en su comportamiento..

De otra manera, si el excelentismo Banxico y su burocracia dorada, no lo pueden ofrecer, entonces tendríamos que proponer que fuesen revisadas las bondades políticas y los inconvenientes económicos de que sea publicada, diariamente y de manera transparente el nivel de reservas del Banco de México, junto con la evolución del índice de precios en los EE.UU. y de México, ya que tanto la familia y con ella la sociedad, representan en última instancia, al más antiguo de los legisladores, particularmente en la definición de medidas preventivas para saber como defenderse.

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