miércoles, 12 de enero de 2011

UNAM. 1970-1999. ALREDEDOR DEL FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO.

Referencias y Contexto Histórico

Excélsior, Financiera, 12 de marzo de 1990.

A Salvador Martínez de la Roca (a) "El Pino"

Para México, el fin de la Segunda Guerra Mundial ya se ha dicho, "tuvo saldos positivos para el desarrollo económico y las finanzas públicas", el auge de los negocios y de la sociedad civil sustituyeron a los gobiernos militares, que parecía nunca iban a terminar.

Las inversiones directas extranjeras y los elevados aranceles de la época, no sólo permitían un alto nivel de empleo, aquellos tiempos, sino una participación del salario en la composición del PIB de los más altos alcanzados antes de los años 70s, ya que entre 1950 y 1955, fue de 33% y entre 1970 y 1981, promedió 37.9%, en cambio de 1982-1985, la participación de los sueldos en la formación del PIB representó 25%.

La UNAM, era el proyecto educativo de la Revolución Mexicana emprendida por Aridoamérica, que para entonces, representaba la obra alemanista, las tendencias de los que ahí estudiaban era liberal, la dirección, política y humanística, el Poli por su parte era de filiación cardenista en su origen y por ello producto de la Revolución Mesoamericana, con la idea de la educación socialista y con tendencia de vanguardia en el campo de la industria y el desarrollo tecnológico, que reflejaban las apetencias y necesidades más sentidas de ambos movimientos.

En el año de 1952, la "colaboración" por concepto de inscripción en la UNAM era de $200.00 al año, ello significaba 25%, del costo per cápita que entonces era de $800 y, aproximadamente la sexta parte de un salario mínimo anual, que por aquel entonces promediaba $1,222.75 anuales.

En la segunda mitad de los años ´50, ya se empezaba a reflejar en América, cierto estancamiento en el crecimiento económico (desempleo) y deterioro en los salarios, éstos representaban 31.9% del PIB entre 1956 y 1961.

La Guerra de Corea, el inicio de la reunificación asiática después de alrededor de 150 años de luchas intestinas, el "take off" japonés y alemán, el desarrollo de Mercomún Europeo, así como el gran despliegue del poderío soviético (Sputnik), determinaban el repliegue de la exportación de capitales de EU, ligado al plan Marshall, así como problemas sociales y sindicales en México; revoluciones en Centroamérica y golpes militares en el resto del subcontinente americano.

Estados Unidos al exportar excedentes financieros a mediados de los años ´60 hacia América Latina, permitieron, por un lado, a) impedir que generaran en su casa ineficiencia e inflación, b) que la empresa estadounidense se pudiese expandir aún más hacia esta parte del subcontinente c) El más importante, frenar la expansión soviética presente ya en el continente americano. 1961, fue el año de la crisis de los misiles soviéticos colocados en dirección hacia los EEUU.  Gustavo Díaz Ordaz, como secretario de gobernación vivió esa crisis estando en la isla de Cuba.

En 1969, el presidente estadounidense decía que "el mundo está presenciando la época de mayor desarrollo que jamás en la historia de la humanidad se había visto". Muchos estudiantes, intelectuales y políticos mexicanos pensaron que había llegado el momento de distribuir la riqueza y alcanzar los beneficios gloriosos, que la humanidad había previsto per secula seculorum...

Sin embargo, no mucho tiempo después, se presentaba súbitamente algo parecido al fin, la sociedad industrial, sus agremiados y dependientes, veíamos con preocupación el agotamiento de las reservas petroleras y que la aparición de la llamada "atonía" de 1971, que se proyectaba en ese año, con una tendencia ascendente en la oferta de créditos, ligados a partir de 1974, a las reservas del petróleo, era asimétrica con  el comportamiento del PIB; pese a ello, se continuó sin cobrar lo necesario en muchos bienes y servicios públicos como la luz, el servicio ferroviario, las líneas aéreas estatales, el servicio telefónico, etcétera, entre ellos añadiríamos los servicios de la UNAM, a pesar de que, la proporción de los sueldos en el PIB, aumentaban como no lo hiciera ni en la mejor época del Milagro Mexicano.

Los créditos de la ALPRO, las relativamente "bajas tasas de interés" del PRIME de los años 60 (4.77%) y los 70 (6.74%), están en la base del financiamiento de la gran intervención del Estado de la vida económica de México, tanto en el aumento de empresas paraestatales, como en el desarrollo de obras y servicios públicos, también explican el crecimiento de los salarios y el rezago en la recuperación de los créditos destinados a producir bienes y servicios por el Gobierno Federal, amén de una reducida carga fiscal por el mantenimiento de "bases especiales de tributación y el régimen de causantes menores" con todo ello, podemos hoy llegar a la conclusión de que la política económica de John Maynard Keynes no es mala, pero a crédito, autoritarismo, centralismo, opresión a la clase media y con operaciones con tarifas subsidiadas indiscriminadamente resulta pésimo. La policía económica del Nacionalsocialismo en Alemania, en alguna manera fue keynesiana.

Recuerdo, por que le pagué, que en 1970, se aumentó la cuota de inscripción de la UNAM a $250.00 anuales, se había aumentado 25%, sin embargo, ya en ese momento esa cuota apenas representaba el 4% del costo per-capita de los alumnos de la UNAM y tan sólo 2.84% de un salario mínimo anual. Se sentaban bases de la masificación después del 68, con el desarrollo de los CCH y las ENEPS. Que pasó por la cabeza de Gustavo Díaz Ordaz al permitir la masificación de la UNAM?...

Nada más en la UNAM, la inscripción general en 1950, era de 24,054 alumnos y en 1970, de 107,056, la inscripción crecía 345% y la participación de las cuotas perdía más de 80% en importancia al pasar de casi 25% a tan sólo 4.0% del presupuesto.

El "boom" petrolero, permitió no sólo la mayor explosión demográfica de la historia de México, crecimiento sólo comparable con el crecimiento medio anual de la industria (maquiladora) automotriz, también estimuló el desbordamiento de la Ciudad de México y auspició el mayor rezago relativo al campo, a pesar del SAM, así mismo provocó el mayor deterioro en los años 80, que conoce la Universidad desde 1950.

En la actualidad, frente a una tasa de interés muy alta, la más elevada desde 1960, en términos reales, aunada a la gran masificación y deterioro de la UNAM, la permanencia de la "no selección" y "la cuasi gratuidad o no colaboración" de los que desean estudiar ahí, no tiene ningún fundamento más allá de una inercia descontextualizada, propia de la cultura de subsistencia de Mesoamérica.

Aquellas voces que señalan el 8% del PIB, con destino a la educación que indica la UNESCO, lo entienden como que debe ser entera y directamente financiado por la Tesorería de la Federación o de donde sea, menos colaborar los que ahí estudian. Se refiere a universidades como las de Estados Unidos, Taiwan, Corea, Francia, la URSS, Cuba, etc., como si fuesen comparables los países, las líneas aéreas, las legislaciones, la productividad, el déficit fiscal, la geografía, la cultura; como si tuviésemos los mismos niveles de generación de excedentes, el mismo nivel de endeudamiento, de posibilidades de ahorro, de autoritarismo, etc. creo que la mejor referencia, para evaluarnos somos nosotros mismos.

El deterioro académico en el Sistema Nacional de Educación es una realidad, no reconocerlo da pauta a atribuir absurdos para luego discutirlos victoriosamente y adoptar posiciones de "pase automático", llevando los excesos de la "autonomía" a lugares solo conocidos en el tercer mundo, algo que no existe en ninguna mediana universidad, de ningún mediano país, de ningún mediano mundo.

Una cuota se entiende como un prorrateo de algo fijo y proporcional a algo (Acad. costos), que además se explica por sus propósitos.

Para 1990, la inscripción es de 270,181 alumnos, y el presupuesto $1'245,512.4 millones de pesos, de lo que resulta un costo per cápita de 4.6 millones de pesos por alumno, al año.

Por supuesto que el 25% del costo, ya no sería una referencia en una universidad pública por los gastos de extensión universitaria, centros de investigación y otras inversiones ajenas a la docencia, que no existían en los años 50; de otra forma la cuota anual de la UNAM podría ser de $1'150,000.00 anual por alumno, que por supuesto puede ser considerada onerosa para el grueso de la sociedad mexicana.

Al llegar aquí, es donde se hace necesario destacar que la educación es una prioridad de la Política de Gobierno de México y debe modernizarse, actualizarse.

En la definición de las colegiaturas es necesario considerar que los salarios han perdido en los últimos años, participación en su contribución al PIB, al pasar de 33.5% a 25%; si en 1952, representa la cuota de $200, 1/6 del salario mínimo anual, la colaboración de la UNAM en 1990, no podría hoy ser mayor de 1/8 de salario mínimo anual. Aplicar como cuota al costo per capita, de un proyecto considerado público, ergo con cargo a los impuestos, no sería adecuado, además la cuota, finalmente en una universidad pública, no persigue estrictamente objetivos fiscales, sino parafiscales que ayuden dentro de un movimiento de masas a mejorar la actitud y la aptitud de los que ahí lleguen, buscando satisfacer con excelencia las necesidades del país.

Si estas referencias se toman en cuenta y considerando que en 1990, un salario mínimo es alrededor de $3'679,200.00 anuales la colaboración por inscripción en la UNAM deberían andar en alrededor de $450,000.00 por año, (en 1991, se le quitaron 3 ceros a la moneda) lo cual tomando en cuenta: que la mayoría son del D.F., y en teoría mayores de 18 años, no parece fuera de proporciones (de kinder no son).

Acabar con el "pase automático", actualizar las cuotas y otorgar becas-crédito para los estudiantes que lo requieran, se presentan como instrumentos, tradicionales y adecuados para poder administrar con eficiencia y eficacia el sistema educativo y los propósitos que lo alimentan.

Si el Congreso Universitario del CEU, lo único que sube de nivel son los gritos, y no los argumentos, la presente generación, presenciará el gran desplome de ese centro educativo, otrora la máxima casa de estudios. Al tiempo hablaremos.


NEOLIBERALISMO Y REVOLUCIÓN.
LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, CENTRO DEL DEBATE.

A Eliécer Morales Aragón

14 de febrero de 1992.

Sin duda, la fecha en que aparecen algunas instituciones, es muy útil para interpretar su significado o razón de ser, así por ejemplo la Universidad de Paris, nació en la época de las cruzadas en el siglo XIII, y en alguna forma, dicha Universidad, dada su localización geográfica, sigue manteniéndose en una suerte de cruzada europea. La Universidad Nacional Autónoma de México, vió la luz, por segunda ocasión, el 22 de septiembre de 1910, como respuesta del H. Congreso de la Unión a la iniciativa presentada por el Maestro Justo Sierra, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes para la creación del Departamento Universitario. Hasta ahí, podríamos decir que fue un proyecto del porfirismo, sin embargo, en la práctica se convirtió en el proyecto cultural de la Revolución Mexicana. Sin duda, Salvador Allende en 1971, cuando visitó México dijo a unos estudiantes, que “las revoluciones no pasan por las universidades”. En realidad creemos que Salvador Allende no conocía bien a México, país donde la Universidad, se considera habitualmente como el último bastión y retaguardia de la Revolución.

Otro tanto, se podría decir de la Facultad de Economía que vió la luz en los aciagos días de la depresión en 1929, bajo el gobierno de Emilio Portes Gil, y de alguna forma, la Facultad de Economía sigue perfilando su concepción fundamental, bajo la perspectiva de los problemas de distribución del ingreso propios de 1929, algo así como de las arengas estratégicas de Tomas Garrido Canaval en 1924, Lázaro Cárdenas del Río en 1936, Fidel Castro Ruz en 1962, o el Subcomandante Marcos en 1994, no es inútil observar, que todos ellos reflejan, acéptenlo o no, la preocupación tradicional y muy católica del mesoamericano medio.

Según la ley de la Universidad Nacional Autónoma de México del 10 de julio de 1920, promulgada el 23 del mismo mes, durante la delicada transición del gobierno de Adolfo De la Huerta, la UNAM se propuso tener por fines:"Impartir la educación superior y organizar la investigación científica, principalmente la de las condiciones y problemas nacionales, para formar profesionistas y técnicos útiles a la sociedad, llegar a expresar en sus modalidades más altas, la cultura nacional para ayudar a la integración del pueblo mexicano.

Será también, fin esencial de la Universidad, llevar las enseñanzas que se imparten en las escuelas, por medio de la extensión universitaria, a quienes no están en posibilidades de asistir a las escuelas superiores, poniendo la Universidad al servicio del pueblo". No sonaba mal, estaba en el ánimo aspiracioncita de la época, que no contaba con un sistema universitarios en los estados de la republica.

Existe un viejo principio jurídico que reza: "La suerte de lo principal corre lo secundario", lo anterior viene al caso, en tanto que los objetivos que persigue la UNAM, fueron definidos e interpretados bajo ciertas circunstancias, bajo el influjo de ciertas ideas dominantes sobre la realidad económica y social que sostuvieron modelos de desarrollo denominados "hacia dentro", hoy abandonados por casi todos los países por inoperantes para la dinámica de la globalización frente al desafío asiático.

La crisis financiera y de productividad de los modelos de desarrollo "hacia dentro" ha generado, y no al revés, el surgimiento del neoliberalismo como respuesta a la crisis y al mismo tiempo como teoría dominante, sobre la realidad económica de la globalización, en el estado actual de desarrollo de las relaciones de producción capitalista.

Ante este panorama, la discusión de los programas de la UNAM, las carreras, los servicios que brinda, los programas de extensión universitaria, las inversiones, los sueldos de los trabajadores, y las cuotas de los servicios que brinda la institución son cuestiones que forman parte de un todo, el cual a su vez obedece a las posibilidades económicas de la sociedad, no nada más a los buenos deseos.

Reducir la discusión, entre las autoridades universitarias y las agrupaciones de personal académico y administrativo, a la correlación del comportamiento de las cuotas versus los sueldos, se presenta como insuficiente para superar el estancamiento que presenta la institución hoy en día, pues permanecen desproporciones entre la oferta de servicios nominal y la demanda real, que afectan la eficiencia y a la eficacia de todo el sistema.

Las Leyes

De acuerdo con la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos la educación primaria es hasta este momento la única que se considera obligatoria (Art. 3, Frac. VI), en 1917, era hasta 4º año., Consecuentemente toda la educación que imparta el Estado (faltó precisar "en ese nivel"), debe ser gratuita (Frac. VII). Posteriormente se adiciona como obligatorio el nivel prescolar y hasta la instrucción secundaria.

De aquí parte, buena parte del conflicto, ya que se ha extendido el tratamiento propio de la primaria y deseable para preescolar y secundaria, a la educación media y superior, entendiéndose que la educación universitaria debe ser gratuita y para todo el que la solicite, (como la tierra, remember Art. 27 Constitucional), ya que la imparte el Estado a través de un órgano descentralizado que depende del mismo, ciento por ciento de su financiamiento, si bien autónomo en sus lineamientos internos...

Por lo anterior, parece necesario, que el planteamiento de la revisión y actualización de los ingresos y los egresos de la UNAM en este orden de ideas, se presente como un proceso dependiente, que permita formular y definir objetivos, claros, positivos y vigentes que no permitan ambigüedades y que provoquen el derroche y la ineficiencia de recursos públicos que hoy presenciamos.


Los Objetivos

Igualmente en dicha revisión, se debe evaluar la conveniencia o no de que los objetivos y propósitos de la universidad, permanezcan en los mismos términos en que se concibieron en 1920, ya que mantener su persecución inercialmente, genera inconsistencias o bien incongruencias con la realidad y contexto actual, por lo que se hace necesario una evaluación en cuanto a la interpretación y cumplimiento de objetivos, definición de metas y establecimiento de estrategias, que permitan cumplir con eficiencia y eficacia los propósitos, para lo cual será necesario, la revisión de políticas, normas y reglamentos institucionales, con el fin de optimizar los recursos escasos sin perder el rumbo y, finalmente su adecuación a las posibilidades y necesidades de la economía en el contexto actual, creo que una aproximación a lo anterior fué el ensayo "Fortaleza y Debilidad de la Universidad", del ex rector de la UNAM, Jorge Carpizo.

El Rompimiento

De antemano, era previsible que frente a ese documento, dicho proceso conduciría a un redimensionamiento del portafolios de servicios y actividades en el sistema universitario y con ello el nivel de empleo existente, motivado por una matrícula que se expandió en los años setenta a una tasa media anual de crecimiento cercana a 12% y para los años ochenta, se contrajo a una tasa media anual de decremento del 2%, ello se agravó, por que las labores de "extensión universitaria", se sobredimensionaron al concebirse éstas no sólo para atender a quienes no están en posibilidades de asistir a las escuelas, sino ya, como una forma de operación de la Universidad en todos los ramos posibles.

La extensión universitaria, en la práctica se convirtió en le modus operandi de todos los procesos de la UNAM al considerar a los programas normales de formación académica, investigación y difusión como parte de los programas de extensión universitaria; la fractura del sistema se dió y permanece la herida abierta. Los intereses que se han afectado después de 4 ó 5 generaciones son claros, están a la vista y explican y condicionan de suyo, por qué, el asunto de los salarios y las cuotas están empantanados.

Los argumentos propios del modelo de desarrollo hacia dentro, consistentes en que todos los que lo deseen podrán ingresar al sistema, que se mantenga el pase automático establecido en los años ´70, (en opinión de varios analistas como una estrategia del Díazordacismo, para debilitar a la Universidad,) y que la falta de recursos no sea motivo para que no ingresen"; todo lo anterior, como resultado de la ambigüedad existente en las disposiciones legales en vigor, pues representan el proyecto educativo de la revolución mexicana, no de la revolución francesa, sino de una revolución campesinista y tradicionalista, que data justamente del arranque en este país del modelo de desarrollo "hacia dentro", y ha llevado a los interesados en ambos bandos enfrentados en el seno de la UNAM, a proponer ideas brillantes pero inútiles por no tener real consenso por un lado, ni legitimidad por el otro, convirtiendo la discusión en un lienzo propio de "la nave de los locos" del Bosco, con ello desgastándose en exceso todo el sistema con propuestas que resultan contradictorias entre sí, entonces inviables, política, económica y socialmente, plena de conflictos con la pretensión de superarlos en congresos universitarios y sondeos democráticos, con posiciones de consigna, que no permiten aproximarse a la superación real de los problemas que enfrenta las Universidades del país.

Las Cuotas

Ya se ha dicho en varias ocasiones que, actualizar las cuotas no necesariamente se debe entender como aumentar cuotas; la universidad es una institución elitista, aún cuando no se cobre nada; las cuotas de la UNAM deberían de concebirse como la noción del crédito bancario de Samuelson, dicho de otra forma debe concebirse no como el "plato fuerte", sino como "el postre", en un convivió de amigos. La cuota constituye en sí misma una doble imagen, por un lado puede ser parte fundamental del proceso educativo de una sociedad moderna: pagar, colaborar y ser solidario con la universidad es o debe considerarse parte de la enseñanza superior, representa el mínimo de disciplina. La peor disciplina, es la que no hay; por el otro lado, la cuota baja, representa la demanda de un subsidio hacia los grupos mayoritarios de una sociedad de subsistencia y tradicionalista, demanda aspiracionista, planteada siempre en términos de fuerza, que no de argumentos.

En una entrega, publicada en esta misma sección el 12 de marzo de 1990, sobre el financiamiento universitario, sus referencias y contexto histórico, se señaló que las cuotas han pasado de representar 27%, del costo percapita en 1951, a .005% en 1990; también se mencionó que 1951, no fué un mal año para los salarios pues representaron 33.5%, de la contribución a la formación del PIB, entre 1978 y 1981, con el "boom" de los precios de las materias primas y productos de exportación, el promedio de la contribución, de los salarios fué el más alto de toda la historia 38.9%, bordeando mas del 40% en 1981, mientras que entre 1982 y 1985, en el inicio de la llamada "década perdida", se desplomó su participación, promediando apenas 25%, dicha contribución al PIB.

En 1952, la cuota en la UNAM era de $200 pesos, representaba 1/6 del salario mínimo anual, 60 días de salarios mínimos)  y había facilidades para pagarlos en parcialidades, la caída de los sueldos dentro de su participación en el PIB, en los últimos diez años es una razón importante, para ponderar al hacer ajustes a la actualización de las cuotas pero no para pedir que se suprima, ya que no es ninguna solución.

El planteamiento, sugiere que las cuotas en la universidad pueden actualizarse utilizando la jurisprudencia de la propia UNAM sobre colegiaturas, o sea, que debería de ser 1/8 del mini salario anual, 40 días de salarios mínimos, ésta se propuso, podría ser una forma ponderada de actualizar tentativamente las cuotas, en un mundo donde el salario mínimo pierde representatividad, al grado que hasta el XI Censo de Población y vivienda de 1990, levantó cédulas de ingreso máximo de hasta "dos salarios mínimos".

Otro aspecto que, dicho lo anterior, es importante añadir se refiere a como regular el crecimiento de los programas de la UNAM, con el fin de que los ingresos propios, siempre representasen como mínimo 25%, del total de los egresos; relación que pudo presentarse en la primera mitad de la década de los cincuenta. De esta suerte, una negociación razonable de la sociedad con el Estado sería mantener el subsidio a la universidad nacional máximo en 75%, de su presupuesto, siempre y cuando se cumpla decorosamente, con los objetivos y metas que se propongan alcanzar.

Milton Friedman, el infatigable economista de Chicago, sugirió recientemente que se debería acabar con el corporativismo del Estado en materia educativa, que si bien el Estado podría seguir subsidiando la educación, lo podía hacer por medio del subsidio directo a los usuarios, ya sea vía descuentos, becas o bien dando deducibilidad parcial en las declaraciones fiscales.

Esto es el neoliberalismo, le dernier mot, quizás con este tipo de propuesta no sólo la universidad, sino todo el sistema educativo, podría ser más eficiente y eficaz, así como, crecer con mayor correspondencia con la prospectiva de la sociedad mexicana o imagen ideal posible de concebir, planteamiento completamente diferente de como se encuentra funcionando hoy en día.

El actual Rector de la UNAM, Capital de Mesoamérica, el José Sarukán Kermes, respondió a lo anterior como un buen neo-ceuista, argumentado "que la educación superior no es una mercancía" (das Kapital), sin embargo, con independencia del significado que pueda tener la educación para el Biólogo José Sarukán, tomaremos como referencia el sentido que tiene la educación en todo modelo de desarrollo de formación de capital, así como el que para efecto de cualquier sistema de cuentas nacionales, tienen los servicios de educación superior. Parecería que en la actualidad dicho servicio, tiene en las economías subdesarrolladas costos sociales y beneficios particulares y en las economías desarrolladas costos particulares y beneficios sociales.

Si bien, esta fuera de discusión, que el Estado tenga que subsidiar en la sociedad industrial la educación de la juventud, lo importante para esta propuesta ya no es el que, sino el ¿como? puede ser más eficaz y trascendente el esfuerzo de toda la obra educativa en uno de los países con la mayor deuda relativa del planeta.

La UNAM, no es el único organismo publico descentralizado, que tendrá que revisar su funcionamiento y operación desde sus objetivos mismos, ya que lo han hecho otras entidades que parecía muy complejo superar los obstáculos de su modernización como pudo ser entre otras Aeroméxico, Banrural, Agroasemex, Tabamex o el Inmecafé, por citar algunas entidades, que igualmente realizaron procesos de privatización y de redimencionamiento, donde fundamentalmente la discusión se centró en la vigencia o no de sus objetivos. Vale la pena, mencionar que uno de los problemas más serios de la política económica de la Revolución ha sido la recuperación, vía cuotas y tarifas, de los proyectos que se han emprendido, tanto para los proyectos públicos como para los privados, donde la Universidad no es la excepción y más bien víctima de tantos excesos.

La última reflexión de esta entrega, es la que se refiere a la incompatibilidad que se manifestó entre la Universidad Escolástica y el liberalismo (1775-1861), ya que ello es un antecedente de la aparente incompatibilidad entre el neoliberalismo y los objetivos de la Universidad Nacional Autónoma de México, en los términos desarrollados de 1920 a la fecha.

"La incompatibilidad entre el liberalismo y la Universidad Escolástica, se manifestó en la marcada decadencia de esta última, frente al florecimiento de los diversos planteles educativos fundados en el tiempo de Carlos III; como los que hoy han florecido después del ´68, como pueden ser el ITAM, el ITESM, la U. IBERO, la U. Anahuac, la U. Lasalle, etcétera; la supresión, de que fué objeto esta institución en 1833, por don Valentín Gómez Farías, sustituyéndola por una Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios de la Federación y seis establecimientos de estudios preparatorios, que la llevó a reaparecer penosamente con López de Santa Ana, para ser suprimida por el presidente Comonfort en 1857, a abrir nuevamente sus puertas en 1858, bajo el nombre de "Universidad Nacional y Pontificia", para ser clausurada en 1861, por el presidente Benito Juárez, nominalmente abierta por las fuerzas francesas de ocupación, para de nuevo en 1865, ser suspendida definitivamente la antigua Universidad. En 1868, fué fundada la "Escuela Nacional Preparatoria". (Fuentes para el Estudio de la Administración Pública Mexicana, José Mijares Palencia), que virtualmente sustituyó a la Universidad durante todo el porfiriato.

El Departamento Universitario, fué fundado en 1910, por Justo Sierra  y, se le agregó el carácter autónomo en 1929, en medio de una crisis política nacional muy seria, el desarrollo de la UNAM entre 1929 y 1992, se ha desenvuelto erráticamente, reflejando un comportamiento paralelo y correspondiente a los objetivos y a la dinámica del proyecto de "la revolución", un Estado de cosas y un modelo de desarrollo hacia dentro, hoy en franco agotamiento y en una crisis financiera que en más de un sentido se ha manifestado por lo menos desde 1974.

La "modernidad" retomada a partir de 1983, a raíz de la crisis del modelo de consumo e inversión /Estado de Bienestar) basado en el crédito externo (1962- 1982), ha logrado avances, sustanciales en el control del déficit de las finanzas públicas, al frenar el ritmo de crecimiento del endeudamiento externo e interno, reducir el tamaño del Estado propietario (Estado Hipotecado), modificar la constitución con un espíritu cultural mestizo de moderna amalgama plural entre mesoamérica y aridoamerica, actualizando las relaciones Iglesia Estado, modernizando las relaciones de propiedad de la tierra, sin embargo, la reglamentación de la educación pública es algo que todavía presenta requerimientos adicionales a la colectividad para el debate nacional, no participar en dicho debate, es arriesgarse a que hombres con menos virtudes y aptitudes se ocupen de asuntos que nos atañen a todos.


UNAM: OBJETIVOS Y CUOTAS
REDEFINICIÓN
A Carlos Imaz.

16 de marzo de 1992.

El problema de las cuotas de la UNAM ya tiene varios años de estarse planeando y debatiendo a nivel nacional. Para mucha gente las cuotas mínimas, no deberán existir, para otras deberán andar alrededor de uno y medios salarios mínimos o bien 40 días de salario mínimo, (en lugar de los 60 días originales en 1952) , lo que actualmente puede representar unos 625 mil pesos.

Lo anterior, es considerando que a principios de los años cincuenta, la cuota de 200 pesos representó 2 meses de salario mínimo  de esa época y en ese año la participación de los salarios en el PIB representó el 33.5%, ahora, se estima por el sistema de cuentas nacionales que los salarios representan alrededor de 25%. Desde este punto de vista, la cuota se podría ver reducida su proporción de 2 a 1.5 mini salarios, que es equivalente  a reducir de 60 a 40 días de salarios mínimos) ; lo que ha aumentado, en todo caso, es el salario mínimo.

Las cuotas, los salarios y el presupuesto universitario han sido intermitentemente temas polémicos, más o menos he seguido la discusión de cerca desde 1982, y me parece que es un error, un accidente histórico, aunque no deja de ser deseable por todo y para todos pretender alcanzar los niveles salariales y presupuestales de 1981, ya que son los más altos de la historia del país, pués en ese año los precios de las materias primas como el petróleo y los productos agrícolas y pesqueros más importantes como el café , el tabaco y el camarón, aún no sufrían el desplome que se iniciaría a mediados de 1982, junto con el precio del petróleo y la caída del turismo. Dicha pretensión, requeriría que los ingresos del país por esos y otros conceptos volvieran a ser como en ese año y no tener la competencia tan fuerte que presentan en la actualidad los mercados exteriores. Aquí como en muchos otros casos, se ve claramente que en Mesoamérica, no hay una mínima cultura financiera, hay economistas y financieros muy buenos, pero ello, es más por excepción, que la regla.

Los precios de los productos de exportación y el fuerte volúmen de créditos del exterior desde el inicio de los años 60, amén del repunte de la inversión extranjera, permitieron el auge del Estado de Bienestar, que la participación de los salarios en la conformación del producto bruto interno representara en 1981, el 40%, nunca antes en la historia del país se había llegado a esos niveles de salarios, el consumo creció a un ritmo superior de lo que creció el PIB de México, apoyados en lo fundamental en el crédito público y el uso de las tarjetas de crédito..

La noticia del aumento o no de las cuotas y su reglamentación es muy importante, ya informará el lunes 16 de marzo, la Comisión de Presupuesto al Consejo Universitario y éste a la opinión pública, cual fué el resultado del sondeo realizado en la comunidad universitaria, sin embargo, me parece oportuno señalar que el asunto de los objetivos de la UNAM, es un asunto que se va a poner paralelamente en el tapete de la discusión, a los más altos niveles de la administración pública. Y considero, que levantará, aún más polvo que el de las propias cuotas. Veamos por qué

En la redefinición de las relaciones entre el gobierno y la Universidad para precisar el financiamiento, necesariamente se tiene que plantear la vigencia de los objetivos establecidos en 1920, sobre todo si se pretende que participe el sector privado, así como considerar la colaboración financiera adicional de los ex-alumnos de dicha casa de estudios con la UNAM. Quizás pudiese darse esta contribución adicional, en el momento de la inscripción a la UNAM de los hijos de egresados a dicha casa de estudios.

Como se sabe, los actuales objetivos de la UNAM, fueron definidos en 1920, cuando no existía entre otras cosas, el uso generalizado del radio, la televisión, el teléfono, el cine sonoro, la fotocopiadora, el fax, la computadora personal, el internet etc., la universidad no era, pero parecía o se le consideraba el monopolio de la ciencia, la cultura y la tecnología; por su parte la sociedad mexicana no presentaba el grado de integración que hoy le conoceremos, apoyado por el desarrollo de los transportes, los medios electrónicos de comunicación masiva y el turismo. No existía, por que no se le pudo promover con anterioridad, el amplio desarrollo regional urbano, económico e institucional que hoy presenta el sector social y educativo, tanto privado como oficial. La generación de libros, publicaciones y revistas científicas tenían tirajes reducidos, poca difusión y menos usuarios en virtud de que todavía en 1940, el 70% de la población era analfabeta, la energía eléctrica aún no tenía el despliegue que le conocimos a partir de su nacionalización y el derroche de subsidios cuando "ya era nuestra, la industria eléctrica"; había en los casi dos millones de kilómetros cuadrados de la República Mexicana, alrededor de 10 millones de habitantes, el país no entraba aún, se ha dicho, "al siglo XX", Asia no había ganado la Guerra Fría y sobre todo casi no teníamos que ajustar nuestro consumo por el endeudamiento que hoy se tiene..

En esas condiciones José Vasconcelos y su generación tenían que ser ambiciosos, las pretensiones que se plantearon en los objetivos en aquel entonces correspondían no solo a un determinado gobierno, y a una determinada época, sino también a una determinada sociedad tradicional, las expectativas eran diferentes a partir de la visión de un mundo que para bien o mal han cambiado.

Hoy en día, en esta época de crisis de liquidez, y de gran aceleramiento de la historia, grandes masas demandan educación, en un mundo en donde la competencia parece estar en punto de saturación, no se pueden mantener inercialmente objetivos que datan de una época tan lejana y tan distinta como la que hemos señalado, atendiendo necesidades culturales, en forma tan onerosa como hasta ahora se ha venido haciendo, dando pábulo a no atender con suficiencia y excelencia las necesidades esenciales y prioritarias que la sociedad actual exige, de manera mínima, a una institución como la UNAM. La Universidad tiene que evolucionar lateralmente con la sociedad en la que actúa, no es correcto que mantenga una actitud propia de autistas, eventualmente sordos.

UNANIMIDAD EN LA UNAM
Nadie quedo contento

A Ángel de la Vega.

8 de julio de 1992.


En repetidas ocasiones desde 1990, para ser exactos desde marzo de 1990, me he pronunciado por este mismo medio y en este mismo espacio, como muchos otros universitarios interesados por este país, a favor de "actualizar las cuotas de la UNAM", simplemente eso, actualizar las cuotas que establecieron, entiendo desde 1946 en $200, lo cual, representaba 2.10 salarios mínimos mensuales de aquel tiempo. Época por cierto llena de esperanzas para esa generación de mexicanos, pués la guerra se había acabado y con ella un largo período dominado por gobiernos militares, donde se gobernaba por decreto presidencial. Modernidad y civilidad se presentaba como luces paralelas al término del conflicto armado.

Actualizar las cuotas de la UNAM, tomando los parámetros de 1950 y de 1990, siempre ha representado para mi una "regla de tres", donde 2.0 (salarios mínimos-cuotas) es a 33.5% (salario/PIB 1950), como "X" (salarios mínimos-cuotas), es a 25% (salarios /PIB 1990). Despejando "X", resulta que la cuota es de 1.5 salarios mínimos mensuales, igual a 40 días de salarios mínimos; que es menor a los 60 días de  de 1946, lo que se actualiza es el salario mínimo, que en 1946, pudo representar alrededor de $100 mensuales y en 1992, representa $417,000 mensuales. De este modo dos salarios mínimos entre 1950- 1955, a salarios actuales representarían $834,000 y 1.5 salarios mínimos actuales representan $625,000. Esa podría ser una propuesta social realista de la cuota anual actualizada, ponderando la caída de la participación de los salarios en la conformación del PIB.

Esta cuota por supuesto, sería general, al igual que la anterior, o sea, una sola cuota en toda la Universidad Nacional Autónoma de México, y sería para colaborar con la docencia, pués las labores de extensión universitaria, difusión e investigación deben ser considerados costos separados de la docencia y que deben ser apoyados con recuperaciones y subsidios del Estado. Ojalá en la revisión al Artículo 3° Constitucional, que se propone llevar al H. Congreso, se den precisiones al respecto, y se logre evitar ambigüedades en estos niveles medio y superior, si bien, ya se propuso y se aceptó que el nivel de secundaria sea obligatorio.

Donde esta la discusión?

Primero se convoca a que la comunidad universitaria se manifieste sobre la conveniencia o no de que se actualicen las cuotas, el resultado es que el 88% de los que participaron dicen si y 12% que no. Esto me parece un acierto y una sería derrota al CEU.

Posteriormente, se convoca a audiencias públicas a abundar sobre el si y sobre el no. Que en realidad, no es más que reforzar, ritualizar el sí , pero no se discute realmente el nuevo sistema de cuotas. Esto lo definen los asesores del rector con criterios demasiados alejados de la estructura social en la que están actuando, esto es, sin sondeo homólogo que al de cuota si, cuotas no. Esto resultó un desacierto y un signo de la gran liga de intereses del CEU y la burocracia universitaria.

El resultado, fue una propuesta abigarrada, que pretende discriminar a los que provienen de familias acomodadas, de las que no provienen de familias acomodadas por rango de ingresos familiares, como si no hubiese ya un complejo sistema de impuestos sobre la renta, que graba los ingresos del capital y del trabajo.

Cuando se piensa en impuestos especiales y en precios de bienes y servicios, estos deben ser de aplicación general; por poner un ejemplo, Cuando se planea el establecimiento de un impuesto especial a la producción, consumo o venta de primera mano de sal, no se le establece el impuesto especial a la venta de primera mano a la sal, dependiendo del destino final, esto es discriminando si es para la industria peletera, la industria química, la ganadería o el consumo humano dependiendo de los niveles de ingreso o rentabilidad de los consumidores.

El impuesto debe ser "general", ese es su principio fundamental, que todos los sujetos paguen igual o en forma proporcional al consumo, buscando la equidad y la simplificación de su administración. La Universidad ofrece servicios de educación. La Universidad no es la Secretaría de Hacienda, las cuotas no tienen en stricto sensu, un ánimo recaudatorio, en mi opinión, la propuesta del Rector resulta más papista que la del Papa, o bien más ceuísta que los ceuístas, quizás la búsqueda de la reelección explique su actual posición.

Con independencia de que se esté discutiendo la convivencia de revisar el artículo 3° Constitucional para facilitar el proceso de modernización de la Universidad Nacional Autónoma de México, creo que es muy importante ya no volver a plantear la discusión de cuotas si o cuotas no, eso ya se discutió y en buena lid, que no se olvide:  el 88%, de los votos dijeron si a las cuotas; el problema que no se ha debatido con igual profundidad y acierto: es que cuotas, a cuánto deben hacerse llegar, que parámetros se deben tomar en cuenta y como y cuando actualizar su monto?.

Supongamos, que ya estuviese modificada la Constitución y pasadas las elecciones, no solo de 1992, sino incluso las de 1994, que se suspenda el impasse que le ha dado al rector la Universidad, suspensión en donde "Nadie quedo contento", que seguiría? aprobar la propuesta Sarukhan-CEU, o replantear su instrumentación en forma propositiva, con toda la amplitud que sea necesaria, lo cual, por supuesto, sería un acierto, pues constituiría un acto democrático. Seguramente, hasta que termine este rectorado, se des empantanará este delicado aspecto.

Cuando se vuelva a poner en el tapete de la discusión este asunto, será necesario ponderar si la propuesta discriminatoria que el rector ofreció tiene realmente las características que requiere la modernidad que pretende darse a la UNAM, si es el instrumento ágil y adecuado que desea la atmósfera de igualdad y fraternidad, que debe de presentarse en toda Universidad.

Que paguen, los que puedan y que se otorguen becas-crédito para los que no puedan pagar de momento y listo, ello es más fácil y recaudaría lo mismo, al pagar una cuota baja la mayoría, y no una alta la minoría, no sería democrático y si muy complejo, el que al pagar cada servicio, el precio lo determinara el nivel de ingresos del consumidor.

Las donaciones voluntarias "adicionales", de personas físicas o morales pueden ser propuestas para ser deducidas de impuestos, como creo que ya lo son. Es importante subrayar, que para una Universidad como la Nacional, las cuotas deben ser consideradas, más como una aportación solidaria de los alumnos con las labores de docencia de la UNAM, a partir de la proporción de los salarios en el PIB, que una razón del crecimiento presupuestal de los siempre ambiciosos planes de la burocracia universitaria. En todo caso, los hijos de los ex-universitarios, serían los que deberían de pagar una sobre cuota.

Si llegara el caso, de que sube o baja la participación de los salarios en el PIB, sería un motivo bastante atendible, como para modificar automáticamente la cuota, entonces indexada al comportamiento de salario (s) mínimo (s) a pagar.

La propuesta de los Asesores del Rector, presenta un grado de complejidad que alentaría a la corrupción y la evasión de los usuarios, parecería que la Secretaría de Hacienda, no hace bien su papel en materia impositiva, lo cual con independencia de las opiniones al respecto, ello es función y "atribución", del Poder Ejecutivo Federal, a través de esa Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no de la Universidad por muy Nacional y Autónoma que ésta sea.


“Buen Negocio "
La Paz en la Universidad.

A José Sarukán Khermes

28 de enero de 1993.

Hace no mucho tiempo, un secretario de agricultura Carlos Hank González,  decía, "la paz en el campo es un buen negocio", ello quería decir, que no importaba mucho la suma y resta de las subvenciones, ni siquiera el origen y el destino, tampoco la eficacia relativa del sistema, menos aún si había o no sobreproducción agrícola o excedentes y exportaciones, si el volumen de empleo e inversión era el adecuado, si se recuperaba o no la cartera vencida, si la tasa demográfica crecía y la de la producción decrecía, la sentencia le parecía tan perfecta, que le provocaba una dificultad muy grande, esconder una perenne y amplia sonrisa frente a cualquier interlocutor, con ánimo de inquisidor. Sin embargo, y como hemos podido comprobar, no hay nada inamovible en la república frente a los desafíos de la globalización y, a pesar de los amagos de guerra, de voltear la espalda, de no responder si había sangre, así como del voto "histórico" en contra de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática, al artículo 27 Constitucional, éste se modificó (de manera ineficaz) por así convenir a la lógica de los tiempos y al de las mayorías de este país.

Con las cuotas de la Universidad Nacional Autónoma de México, esta pasando una cosa semejante, pues parece que los elementos tradicionales (fundamentalistas), están reorganizándose después de la modificación al Artículo 3o Constitucional, votada por todos los partidos con una unanimidad histórica, para atacar por todos lados, a fin de que no les muevan esa forma de tenencia de la tierra, perdón, a fin de que no les cobren ni un "peso nuevo" (PENE), a los estudiantes de educación superior, aunque de acuerdo con la ley electoral, sean la gran mayoría de ellos, mayores de edad...

De acuerdo a la propuesta del Rector José Sarukán Khermes, se cobraría cuota nada más al 10% de la población universitaria al resto no, ello para nosotros no resolverá la problemática que presenta la Universidad, pero refleja la forma como se ve el problema, desde una Rectoría, neo-ceuísta, ergo, en el seno de la burocracia de la UNAM.

De acuerdo con muchas otras voces, se debería de actualizar la cuota a aproximadamente 1 1/2 salario mínimo anualizado, lo cual podría representar alrededor de un 10%, de todo el presupuesto de la UNAM (no nada más docencia). Si así fuese el caso, lo recaudable sería alrededor de 250 millones de nuevos pesos más o menos, y por supuesto todo un mecanismo de apoyo a la excelencia universitaria (léase examen de admisión como en cualquier prepa de mediana calidad, si no trae promedio de 8). No se sorprenda, queridísimo lector de encontrarse con algún universitario que desee referirse a la Universidad como un enclave de orgulloso origen medieval, de personas ajenas a todo mal del siglo y sus modernidades, separada desde el 68, de la "oprobiosa clase política mexicana" y de la "odiosa clase media", así como de la "estúpida burguesía", que le advierta en tono tan amenazante, grave e impostado como pueda hacerlo, con volver a la máxima casa de estudios una "simple", fabrica de profesionistas imbéciles como comentara en algún momento Eliezer Morales Aragón y que por supuesto, concluya diciéndole: no archi maestro, sólo se trata de 250 millones de nuevos pesos, considere usted que ahora, es en la UNAM donde "la paz es un buen negocio".


LA REBELIÓN DE LOS PARIAS.
LA UNAM Y EL DIALOGO.

"En estricto sentido los estudiantes son una
suerte de parias (Solón Sabre) o de delincuentes
(Juan Carlos León), hasta que no demuestren lo contrario"

El ex-rector, José Sarukán Khermes en una más, de sus desafortunadas intervenciones en el asunto de las cuotas, divulgada el día 14 del presente, en la cual declaró que "sería un error, si en estos momentos las autoridades universitarias derogaran el Reglamento General de Pagos, por que consideró, sería como darle la razón a quienes no tienen interlocutores, sostuvo que el conflicto universitario requiere la salida del dialogo con base en argumentos y no a partir de posturas irascibles, donde no hay con quien hablar". Que se diga claramente: El asunto es del Congreso de la Unión, no de la UNAM.

En este comentario del ex-rector Sarukán, hay mucha tela de donde cortar, ya que continua con una serie histórica de desaciertos y contradicciones, incluyendo que sea justamente él, quien haga este comentario, ya que en el tiempo de su rectorado, terminó actuando con posturas neo ceuistas, negociando su reelección posponiendo la actualización de cuotas, a pesar de que en las encuestas de 1992, el 88% de los encuestados apoyaban la actualización de las mismas. Así José Sarukán, pospuso la actualización del Reglamento de Pagos. Recuerdo un comentario al respecto, publicado el 28-I-93, en estas mismas paginas, titulado, "La Paz en la Universidad es un Buen Negocio", quizás algunos de los lectores se recuerden de él. Ahora que no esta José Sarukán en la rectoría, dice que sería "un error derogarlo". Que tal.

Luego dice, "sería como darle la razón a quienes no tienen interlocutores". En este comentario, por cierto ambiguo, el ex - rector Sarukán, parece no ver la cantidad de "interlocutores" que están en contra del Reglamento de Pagos y que tienen parada la Universidad, representa, en más de un sentido, una gran ceguera.

Luego se refiere a que: "la salida del dialogo es con base en argumentos y no a partir de posturas irascibles, donde no hay con quien hablar". Aquí hay que comentar que, las posturas irascibles, (se refiere a los paristas) se desprenden de interlocutores que tienen base jurídica, a partir de las ambigüedades del Artículo 3° Constitucional, Fracción IV, donde dice claramente que: "Toda la educación que imparta el Estado será gratuita", que revelan, ninguna novedad en ello, que nuestro Congreso de la Unión no es lo eficaz que debería ser en su función legislativa, a fin de evitar el desgaste social. No quiere actuar...

En lo personal, el de la letra siempre ha estado a favor de la actualización de cuotas, pero sobre todo por una Constitución clara y con los reglamentos adecuados; me parece que hay grandes coincidencias con propuestas anteriores expuestas en estas páginas el 14-II-92 y el 16-III-92, ya que 40 días de salario mínimo al año, es razonable, a partir de la proporción de los salarios / PIB, que se observó en 1950, de 33.5%, cuando $200 representaba 60 días de salario mínimo. En la actualidad esta proporción se estima ha caído a 22.3%, de acuerdo con la metodología seguida por el INEGI hasta 1993, de ahí que 40 días sea una propuesta de actualización ponderada y razonable, más aún, si se exenta a las familias cuyos ingresos no rebasan los 4 salarios mínimos mensuales. Me parece una propuesta, repito, con la que hay una gran coincidencia y es muy consistente con la necesidad de actualizar cuotas y modernizar el funcionamiento de la máxima casa de estudios.

Sin embargo, más allá de los buenos propósitos, de lo razonable de la propuesta del Reglamento General de Pagos aprobado por el Congreso Universitario, de que existan grandes coincidencias con la propia posición del de la letra, no puedo dejar de reconocer, de respetar, de observar que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, mantiene ambigüedades que impiden la aplicación directa, liza y llana de este acuerdo en la UNAM y permiten curiosamente que tanto el Consejo Universitario como los paristas tengan razón en sus propuestas y proclamas. Si yo fuese uno de los parístas que están en contra del Reglamento de Pagos, no me bajarían del caballo con todo y dialogo con el Rector o con una Comisión, ya que dentro de los argumentos entraría una amplia discusión sobre el Estado, Universidad, Autonomía, Órganos Autónomos y Constitución, con lo que la base de la contradicción afloraría en el "dialogo", permitiendo la permanencia incólume que ofrece la ambigüedad de la fracción IV del Artículo 3° Constitucional.

Por lo anterior, en mesoamerica land, se presenta una cuestión realmente interesante: La Constitución esta bien?, los paristas no?, La Constitución es ambigua, el paro procede?. Correcto, lo que se ve no se juzga, se ven ganas de poder, también de joder. O no?

No hay nada que me guste más, que hacer bien, las cosas que tengo que hacer.

Me parece que el dialogo entre la UNAM y los paristas, en el remoto caso de que se llegue a dar, va a resultar un esfuerzo "brillante pero inútil", con un gran desgaste, ya que se van a enfrentar posiciones irreconciliables, como pueden ser: fundamentalismo-populista contra modernizadoras, así como, aquellos que oponen la noción de "derechos de educación", a la noción de "prestación de servicios" en niveles de educación "no obligatorios"; por lo que, a partir de esa confrontación se ve difícil, lograr acuerdos y levantar la huelga. Me parece que el verdadero diálogo, puede darse al interior de la Comisión de Educación del H. Congreso de la Unión, donde es el hábitat natural de los partidos, como del conjunto de la sociedad civil, no nada mas rectoría vs paristas.

Para levantar la huelga el rector Barnés, puede tomar como estrategia, como ya lo hemos sugerido en estas páginas, el 27-IV-99, derogar o suspender temporalmente la aplicación de la aplicación de nuevas cuotas, aprobado en el Reglamento General de Pagos de marzo de 1999, por el H. Congreso Universitario, y someter a su consideración, así como al Acuerdo del Consejo General de Huelga (CGH), ya que hay que decirlo, son instancias con las que habrá de negociar:

Que dicha actualización de cuotas, de proceder, entre en aplicación, siempre y cuando, El Congreso de la Unión, elimine las ambigüedades a la Carta Fundamental y en su caso, realice las adecuaciones necesarias a la Ley General de Educación Pública existente, a fin de reglamentar la procedencia y proporciones del subsidio, con lo cual se cubrirán las laguna existentes, relativas al apoyo del Estado a la educación media y superior, que creemos personalmente debe ser del orden del 75%, siempre y cuando, se actualicen los objetivos de la UNAM, definidos en la Ley Orgánica de 1944, hace más de medio siglo, a fin de definir bajo que condiciones se otorgará.

Creemos firmemente, que de esta manera, se podrá 1° levantar la huelga, 2° llevar la discusión al Congreso de la Unión, relativa a que tipo de Universidad requiere la sociedad mexicana, conforme a la idea de sus mejores luces y 3° terminar con el desgaste social generada por esta ambigüedad, que afecta al campus desde hace ya muchos años pero sobre todo a  a la sociedad mexicana.



Excélsior, Sección Financiera jueves 22-4-99

UNAM
Que Hacer?

                                                         
La propuesta del Reglamento General de Pagos de la UNAM, aprobada por el Consejo Universitario no solo es muy buena, ha sido muy razonada, pensando siempre en las voces disidentes y teniendo enfrente las necesidades de educación de una sociedad plural y contrastante; representa la síntesis y colofón de una discusión dentro y fuera de la UNAM, de hace por lo menos unos veinte años, que ha pasado por el Congreso de la Unión con la modificación al Artículo 3° Constitucional en 1992, donde por unanimidad histórica, se elevó a rango constitucional la obligatoriedad (y gratuidad) de la educación primaria y secundaria que imparte el Estado. Lo que sucede es que en el Congreso, cada fracción parlamentaria, se quedó con su propia idea de la modificación a la Constitución. De hecho el conflicto que aparentemente se solucionó en el Congreso, es en la práctica, nuevamente, el origen del paro en la Universidad. La ambigüedad, permaneció.

No es algo que no se haya discutido amplia e intensamente, como dicen sus detractores, lo que sucede es que poco a poco, la tendencia que representan estos grupos ha venido perdiendo terreno, así como, quedando desprestigiada, por lo que reaccionan de manera violenta, han perdido la fuerza que dan los argumentos, por lo que cada día se le ve, con más malos ojos dentro y fuera del ámbito universitario; por ejemplo, hoy vienen conformando la vanguardia de las filas del Partido de la Revolución Democrática, hecho que se puede apreciar con la integración de miembros como Salvador Martínez della Rocca (a) el Pino, a la cabeza de la Delegación Tlalpan, y Carlos Imaz al frente del CEN del PRD en D.F., quienes junto con los miembros de las antiguas juventudes del Partido Comunista, como Pablo Gómez y Álvarez, actual Presidente Interino del CEN del PRD Nacional; de esta forma, el PRD, actúa en el conflicto universitario históricamente, donde participan activamente extramuros, para mantener objetivos de movilización entre sus simpatizantes, en esa casa de estudios, así como el necesario protagonismo político frente a la sucesión del 2000.

Del sector de los postgraduados de Lecumberri de la hoy demodé generación del "68", incluyendo a Adolfo Guilly, son la mayoría de los que hoy, continúan representando, impulsando, abrigando, apoyando con dinero y bendiciendo a la facción parista de la UNAM, que se opone al nuevo Reglamento General de Pagos.

Así las cosas, algo que caracteriza a la facción parista, es que lo que menos le importa es la Universidad y mucho menos el País. Están tan auto complacidos, enfrascados y obsesionados por la creencia de que la Constitución se refiere expresamente a que "toda la educación (debió decir OBLIGATORIA) que imparta el Estado será gratuita", y lo extrapolan en sus peroratas y catilinarias a la Educación Superior que imparte la Universidad, organismo autónomo desde 1929, que ha requerido y requiere para cumplir con sus objetivos, no solo de financiamiento, sino también de educación y desarrollo, de la contribución de los participantes en el sistema educativo, sin por ello, relevar al Estado del compromiso de contribuir en su financiamiento, pero la fracción parista en sus argumentos, considera que debe ser liza y llanamente, sin absolutamente ningún compromiso, ningún acuerdo, nada que acote o altere su visión autista (sorda) del mundo y de las instituciones. Es lo que podríamos llamar la visión neo estalinista de la burocracia universitaria mesoamericana. Le quieren vender chiles a la Clemente Jacks y cobrarle impuestos a la SHCP. Que tal. Para variar, confunde Carlos Imaz, cedros blancos con "cerdos blancos" (chahuistle maestro) y toros con vacas, de cualquier manera al ordeñar se desengañarán.

Para corroborar lo anterior, baste observar que las cuotas de las universidades de Aridoamerica como Baja California, Sonora, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí, lo han podido actualizar sus reglamentos de pagos sin mayor problema. En cambio, en la UNAM una de las más importantes capitales de Mesoamerica, sin lugar a dudas, se presentan aspectos culturales y sin duda económicos, que impiden cobrar cuotas adecuadas, ya no digamos por la educación superior, sino, ni siquiera por algún estacionamiento en un parque público, como pudo ser el caso del Bosque del Pedregal en Tlalpan, donde los paseantes habituales, estuvieron a punto de linchar al delegado Martínez della Rocca del PRD, si llevaba adelante la recaudación de la contribución de UN PESO por vehículos; no, de los paseantes, para brindar mejor mantenimiento al Parque. Lástimaaa Margarito.

Desde este punto de vista, el problema del Reglamento de Cuotas de la Universidad, entre la visión de Aridoamerica y Mesoamerica, no es muy diferente del enfrentamiento cultural que se da entre los Yankees y los confederados en el S.XIX; en los Balcanes, entre los pequeños grupos ligados a turcos (otomanos) y alemanes (austríacos), o bien las luchas intestinas que se presentan en China, entre las invasiones napoleónicas del S.XIX y la Gran Revolución Cultural Proletaria 1956-1966 de Mao Tse Tung, que arranca en la segunda mitad de los años 30, con la gran marcha, seguida de "El Gran Salto Adelante" que cobrara entre 27 y 40 millones de sacrificios humanos, o bien en Chiapas y la visión neocolonial y proto moderna del Sub Marcos en los albores del Siglo XXI. Representa un problema cultural de tribus, creencias, paradigmas y hoy de partidos políticos.

La figura de los paristas en la UNAM, se parece a aquel barco, en donde se presenta un motín en el centro de capacitación de máquinas pretextando los amotinados más salarios y mejor comida "para todos" (principio igualitario, común al EZLN y al CEU), sin importarles nada que se encuentre más allá de sus propios y personales intereses, no les preocupa, como va la venta de boletos, si hay carga; como están los costos del avituallamiento, el número de personal que se requiere capacitar; si hay deudas que pagar, si los vencimientos están enfrente, si hay escalas que realizar para dejar carga y levantar pasaje; si hay tripulación para velas y para direccionar el barco; si hay suficiencia o falta dinero para sueldos de instructores y tripulación; tampoco reparan en los gastos y costos del mantenimiento y conservación del casco, maquinas, comedor, dormitorios, plagas de roedores, etc. tampoco piensan en la atmósfera social y los impactos en la salud que el motín genera por la paralización de actividades, en realidad representa una guerra con toda la barba, pero escondida en la ingenuidad y generosidad de los estudiantes, donde los amotinados, están dispuestos a desgastar y quemar el barco, si ello es necesario para prevalecer en sus posiciones.

Se considera, que es en el Congreso de la Unión, donde convergen los partidos, donde se debe revisar este asunto y hacer las precisiones que se consideren necesarias para mejorar la divulgación del espíritu del Legislador en la redacción de la Ley Fundamental, ya que hoy nuevamente esta en el debate público su interpretación, con motivo de la aprobación del nuevo Reglamento de Pagos de la UNAM; creemos que de alguna manera, la legislatura del Congreso en 1992, es responsable parcial del desgaste a que esta llegando la sociedad por este problema, ya que la redacción del Artículo 3° Constitucional si bien esta redactado para la visión occidental de los letrados ab iûris iussum, no lo es así para la vox popular no letrada de Mesoamerica, pensaron en ello?. De cualquier manera, la evidencia es que la acción de los legisladores no se considera eficaz para evitar el desgaste de la sociedad, función que justifica su existencia y sus remuneraciones. No podrá hacer algo el Órgano Superior de Fiscalización de la Contaduría Mayor de Hacienda con esta Comisión…


"Son las pasiones, no los intereses, los
que conducen el destino de la humanidad".

Alain

Por último, creo que desde el punto de vista económico, la propuesta de actualización de cuotas aprobada por el Consejo Universitario, es congruente con la actual situación económica, y el necesario proyecto de modernización de la UNAM, por lo que consideramos deberá prevalecer.

Deseamos mencionar, que dicha propuesta guarda grandes coincidencias con la que hemos presentado en estas páginas desde principios de la presente década y que hoy reproducimos actualizada a 1999, por lo que transmitimos a través de este espacio el refrendo de nuestro apoyo y de nuestro compromiso al Consejo Universitario, al Rector de la Universidad Dr. Francisco Barnés de Castro, así como a la comunidad universitaria que comprende los beneficios de dicha propuesta.

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Propuesta de Parámetros para Cuotas 1999.

PROMEDIO % SALARIOS MINIMOS PROPUESTA DE COLEGIATURA
PARTICIPACION SALARIAL 1/ POR COLEGIATURA ANUAL A SALARIOS MINIMOS PIB (DÍAS PROMEDIO) DE 1999


1950-1955 33.50%  60 días (real)       2,067.0
1958-1961 32.00 % 57.3 días **         1,974.0
1962-1967 29.75%  53.1 días **         1,829.0
1970-1975 36.50 % 65.4 días **         2,253.0
1978-1981 38.90 % 69.6 días **         2,398.0
1982-1985 25.00%  45 días **            1,550.0
1985-1989 26.84%  48 días **            1,654.0
1992 27.30 %          48.9 días **         1,685.0
1993 28.50%           51 días **            1,757.0
1995 25.00%           45 días **            1,550.0
1998 25.00%           45 días **            1,550.0
1999 * 22.33%       40 días RGP/UNAM 1,378.0

NOTA: Salario Mínimo Diario Promedio 1999: $ 34.45 X 30 = $ 1,033.5 (Mensual)
1/ Sistema Nacional de Cuentas Nacionales (INEGI) No incluye otras aportaciones.
* Estimado.
** Proporcional al comportamiento de salarios / PIB

Excélsior, Martes 27 de Abril de 1999

UNAM Que Hacer?
El Art. 3° Constitucional.

"Aquellos que no avancen cuando deben avanzar
Y aquellos que no retrocedan cuando deban retroceder
Todos, serán degollados".

Tsun Tsu
El Arte de la Guerra.


En la actualidad, en las condiciones en que se encuentra la discusión entre: actualización de cuotas y paristas, vale la pena hacer un alto y ver o reconocer que es lo que puede estar obstaculizando que se pueda avanzar legítimamente en tan buenos propósitos. Pareciese que en dicha discusión lo de menos ha sido y es, si las cuotas se actualizan a 40 o 60 días de salario mínimo, como en 1950; si van o no a pagar quienes tienen y no quienes no tienen, la discusión ha estado y esta centrada en que si es o no es gratuita la Educación que imparte el Estado, ya que se encuentra en una fracción suelta, la IV del Art. 3° Constitucional.

Me parece que hoy como en 1986 con Jorge Carpizo y en 1992 con José Sarukan, los papás de los paristas, los paristas, sus "fans" y demás "borregada"… han dado muestras "dignas" de que no les da la gana pagar nada y tan tan…; que le hagan como quieran y ensoberbecidos y regodeados, han convencido, sino no a la mayoría, a un buen número de cuates del corte de "los de siempre", que tomen las calles y las instalaciones para presionar a fin de que no se aplique el Reglamento General de Pagos, aprobado por el H. Congreso Universitario.

Lo anterior, no es para sorprender a nadie, si en la biología existiese la democracia que propone el PRD, las sargas ya hubieran expulsado a las flores.

En 1992, tanto el de la letra, como más el 88% de los estudiantes, según la encuesta realizada a principios de 1992, por José Sarukan, entonces Rector de la UNAM, (en busca de la reelección), consideramos que la actualización de las cuotas era benéfica para el funcionamiento de la UNAM, lástima que no se aclaró a que cuotas se refería la encuesta, imposible hacerlo, que monto?. Sin embargo, igual que en la época de Jorge Carpizo McGregor, los paristas impidieron la modernización con argumentos parecidos, increpando y desafiando, que si querían cobrar tendrían que modificar la Constitución.

Lo curioso es que los argumentos que han venido esgrimiendo y que continúan esgrimiendo tanto los nuevos paristas como los viejos, son los mismos y, el Congreso en 1992, al modificar el Art. 3° Constitucional elevando a rango constitucional, la obligatoriedad de la Secundaria, dejó que permaneciera suelto aquel párrafo de la sección IV, que dice a la letra: "toda la educación que imparta el Estado será gratuita". Ahí reside toda la acertividad y "grandilocuencia" de los ceuistas y demás retoños contemporáneos, hay que reconocer que pueden hacer fracasar nuevamente la modernización de la UNAM, parada ya la tienen. Siempre debería de haber dicho Toda la educación OBLIGATORIA, que imparta el Estado será gratuita ¡ Pero, la Constitución, es propia de un país aspiracionista, la realidad alcanzará a la norma algún día…

Me parece que tenemos que ser más inteligentes que ellos o simplemente, el país se detendrá en una larga huelga que no llevará solución a ningún lado y las mayorías que están en contra del paro, saldrán perjudicadas.

La Constitución es clara, pero también me parece que como buena parte de las leyes mexicanas, puede resultar ambigua, sobre todo si nos ponemos a discutir latu sensu sobre el Estado…

Por ejemplo, el Artículo 27 Constitucional, a pesar de que "era muy clara su redacción", requirió antes y después de la modificación en 1991, una Ley que la Reglamentara, un Reglamento. Por ello se expidió la Ley Agraria en 1992, que en los hechos neutralizó la modificación a la ley fundamental.

Me parece que estamos frente a un problema en el que el H. Congreso de la Unión, tiene una tarea pendiente, que definirá no-solo como entender, lo "principal" preescolar, primaria y secundaria, (básica) sino que, basándose en un viejo principio jurídico, también definirá "lo secundario".

Una huelga prolongada en los términos actuales, me parece puede no ser la mejor solución, ya que esto no se debe resolver a través de un enfrentamiento entre el Rector (quien quiera que éste sea) y los paristas, con plantones, marchas y sonoros soliloquios.

El Doctor Bárnes de Castro, no tiene por que cargar con la responsabilidad de la actual situación en la UNAM, cuando existen instancias responsables, antes que él, que deberán tomar cartas en el asunto. Por supuesto me refiero al H. Congreso de la Unión, hábitat natural de los partidos políticos, aparentemente enfrentados en el conflicto, así como el H. Congreso Universitario, instancias que deberán actuar, proponiendo que: el Reglamento aprobado por el Congreso, entre en vigor, en la medida que el H. Congreso de la Unión, resuelva las ambigüedades de la Carta Fundamental y expida el Reglamento al Art. 3° Constitucional.

De esta forma, se terminará una controversia histórica, de la cual nuevamente hacen uso los paristas y que procederá en la medida que dicho Reglamento, sea congruente con las leyes principales que lo rigen: Constitución y Reglamento. Ese sería, en todo caso el fin de los paristas en la UNAM, al menos, por ese motivo.

El Rector Barnés de Castro, puede tomar como estrategia, suspender temporalmente la aplicación del Reglamento de Pagos, aprobado en marzo de 1999, por el H. Congreso Universitario, y someter a su consideración, que entre en aplicación, hasta que el Congreso de la Unión, elimine las ambigüedades a nuestra Carta Fundamental y emita el Reglamento respectivo al Artículo 3° Constitucional, que reglamente, no sólo la impartición de la educación obligatoria y gratuita (primaria y secundaria), sino que también deberá definir hasta que porcentaje deberá contar la UNAM, con el subsidio del Estado (75%) y bajo que condiciones. Así no será necesario que pierda el Dr Rector Barnés la salea y el buen humor y de paso se impida alcanzar el propósito de la sociedad mexicana de modernizar la UNAM, conforme a la idea de sus mejores luces.

De otro modo, la mayoría de la población, estará saliendo perjudicada, por una ruidosa, brincadora  y organizada minoría, que ha aprovechado y aprovecha esta ambigüedad para generar sus ánimos de grandeza y protagonismo, propia de los "cerdos blancos" de la Granja de G. Orwell.


UNAM, PARISTAS y ENCUESTAS
FINÁNZAS PÚBLICAS Y ELECCIONES DEL 2000


El pasado 4 y 6 de mayo, Patricia Ruiz Manjarrez, compañera de esta casa editorial, ha realizado la reseña de la última asamblea del Consejo Nacional de Huelga (CNH) quien lanzó el 19 de abril del presente, al paro en la UNAM; dicha reunión finalizó hasta altas horas de la madrugada del día 4 de mayo pasado en el auditorio “Che Guevara” de la Facultad de Filosofía de la UNAM

En ese reporte y en el del jueves 6 de mayo, reseñó entre otros puntos la exigencia al Gobierno Federal de destinar el 8% del PIB para Educación y de ese 2.5% a educación media y superior (que no es obligatoria), también resumió los 6 puntos acordados por el CNH para levantar el paro en la UNAM, lo anterior me parece muy revelador y lo enuncio a fin de poderlo comentar, a la luz de las encuestas del CEOP Centro de Estudios de la Opinión Pública publicadas por este mismo diario el día 5 de mayo, en su primera sección, donde se muestra que va en aumento el rechazo al reglamento de cuotas, pasando de 44% a 51%, lo anterior me parece motivo de gran preocupación, como de un análisis público, ya que existe una gran desinformación entre las personas que responden a dichas encuestas, hacia quien interesa, dirigir estos comentarios.

Las encuestas del CEOP, no revelan que las respuestas de adhesión al rechazo al Reglamento General de Pagos y apoyo a la huelga se presenta mayoritariamente entre la población más joven, con más bajo nivel de escolaridad y/o con menores ingresos, ya que cuando la población es de mayor edad, donde es superior el nivel de escolaridad y de ingresos; entonces, las respuestas se manifiestan a favor del Reglamento General de Pagos aprobado por el H. Consejo Universitario.

Uno de los argumentos observados con mayor frecuencia entre la población a favor del paro es el siguiente: "Si nuestros padres y/o los contribuyentes ya pagan en sus impuestos el apoyo a la educación que debe impartir el Estado, por que quieren cobrar de nuevo".

En realidad se descubre una gran ingenuidad en este argumento, que quizás llegue a preocupar en algún momento al Gobierno del Distrito Federal,(al Gobierno, no al Ingeniero Cárdenas, a él no le preocupa) sobre todo, cuando requiera actualizar las cuotas de los servicios públicos que brinda, como puede ser agua potable; servicio de agua potable en pipas; Transporte Colectivo Metro. Licencias de Conducir, etc. Terminará quejándose de que el Gobierno Federal esta maniatado por que no la Federación le impide aumentar el nivel de endeudamiento para darle gobernabilidad al D.F….

El servicio de educación preparatoria y superior que ofrece la UNAM, no es obligatorio conforme al Art. 3° de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y, como la mayoría de los servicios públicos, requiere de cuotas para poderse brindar, pues se constituye en un "ingreso no tributario", conforme lo define el Código Fiscal de la Federación como un "Derecho", como la remuneración que debe de cubrir el demandante, al solicitar un servicio público, que nada más puede brindar el Estado, como pueden ser pasaportes, licencias, concesiones, los diversos servicios públicos, etcétera, etcétera.

Los contribuyentes son todos los que de alguna u otra manera colaboran con el erario federal al financiamiento de los servicios públicos, quienes deben estar sumamente indignados de que los paristas estén generando tamaño perjuicio al erario nacional y además no quieran colaborar con un servicio que ellos están solicitando por su propio interés, en tanto que no se considera obligatorio.

Los 6 puntos a que ha llegado el CNH, rebasan con mucho el problema inicial que detonó el paro de la UNAM, como el (punto 1) abrogar el Reglamento General de Pagos de la UNAM, ya que ahora el CNH plantea, para levantar el paro, hechar hacia atrás otras reformas, aprobadas por el Consejo Universitario como puede ser (punto 2º) Derogación de Reformas Académicas de 1997, que reglamentan el pase automático; agregan el punto 3º La no-sanción a los participantes del movimiento contra cuotas; añaden el punto 4º la prolongación del semestre y la recuperación de clases; exigen punto 5º El dialogo público y directo con la rectoría y finalmente adicionan el punto 6º la ruptura de la UNAM con el Consejo Nacional de Evaluación También han mencionado la recuperación de antiguas canonjías como el pase automático y la permanencia indefinida en la Universidad, o sea, exigen derechos pero sin ninguna obligación.

Lo primero que deseo comentar es la propuesta exhibida en el seno del CNH de exigir “que sea destinado a la Educación el 8% del PIB". Sobre este punto se han hecho ya varios comentarios oportunamente, sin embargo, me parece no se han enmarcado lo suficiente dentro de las posibilidades reales, de que ese buen deseo, pudiera ser posible en un país, como México; el cual no sólo tiene en la actualidad una baja recaudación fiscal cercana al 10% en 1997, sino que además, se encuentra fuertemente endeudado, y que, dada la recaída de su economía en diciembre de 1994, por una sobrevaloración monetaria, ha tenido que redocumentar el 50% de sus vencimientos hacia el 2010 y aceptar compromisos internacionales por el apoyo multimillonario recibido, para atender sus vencimientos de corto plazo, no redocumentados,

A lo anterior, debemos añadir, que el PIB Nacional en dólares constantes de 1981 ha caído -7.6%, al pasar de 239,966.7 millones de dólares en 1981, a 221,755.88 millones de dólares en 1997, en tanto que la población ha crecido poco menos de 30 millones (44%), al pasar de 66.8 millones de habitantes en la República Mexicana en 1980 a estimada en 96.3 millones en 1998.

La "carga fiscal", que se define como la proporción de los impuestos al PIB, ha pasado de18.68% en 1983 (boom petrolero) a 10.17% en 1997, con lo cual se ha visto reducida en 8.51%, porcentaje superior al 8% del PIB para educación que plantea la presunción del CNH, reflejando así la opinión de los llamados en el "68" los enfermos, fósiles, más tarde los bultos, hoy el BUI, la RED, el SME, el STUNAM, los fans de los ceuístas históricos del 87, hoy en el PRD y demás yerbas constituidas en el "desgobierno" del D.F. Que lamentable. (Véase gráfica de carga fiscal y coeficiente de endeudamiento 1934-1997)

Considerando lo anterior, se hacen las siguientes reflexiones dirigidas particularmente a aquellos jóvenes o gente de bajos ingresos, que regularmente nutren las respuestas de adhesión a los paristas, quienes por cierto, conforme al Reglamento de Pagos, quedan excluidos de las cuotas anuales de 40 salarios mínimos, cuotas que de suyo son 20 salarios menores a los 60 salarios mínimos que se cobrara en 1950, cuando las mieles de la posguerra brindaba muchas facilidades a los 27000 alumnos de la UNAM, hoy en alrededor de los 270,000, que representa un crecimiento del 1000%, fuera de toda proporción, el cual, en las condiciones económicas actuales del país, resulta imposible sostener. Ahí se ha llegado por el efecto combinado de: la congelación de cuotas desde 1955 (un año después de la devaluación de 1954, que llevó el peso de $8.65 a $12.50 por un dólar) continuadas en el desarrollo estabilizador (ALM y GDO), y la creación del pase automático creado en 1971, en el Gobierno de Luis Echevarría Álvarez, bajo la Rectoría del sociólogo Pablo González Casanova contemporáneo del surguimiento del STUNAM, mantenido por López Portillo y sostenido desde 1983, por los movimientos contrarios a adecuar la UNAM a las condiciones sociales y económicas actuales, y que reaccionaron en 1986, contra la propuesta de modernización del Rector Jorge Carpizo, como en 1992, contra José Sarukán y en 1999, contra de la propuesta racional, ponderada y negociadora del actual Rector, Francisco Barnés de Castro.

Se dice que los contribuyentes, ya pagan impuestos para la educación, ergo, por la universidad y que el pago de cuotas (no son impuestos) implica duplicar pagos. Esta es una falacia que conviene aclarar muy bien: 1º la educación preparatoria y superior, no es obligatoria, es un servicio público que ofrece la UNAM a quien lo solicite, por el cual se puede y debe cobrar una cuota, para regular su crecimiento y apoyo a su desarrollo. Este planteamiento puede ser extensivo a otros servicios públicos como puede ser el servicio de agua potable y alcantarillado, el sistema de transporte colectivo METRO, el servicio público de pipas, etc. El cobro de cuotas o derechos es para apoyar el desarrollo de los servicios, dada la siempre insuficiente recaudación fiscal.

El Gobernador actual de la Ciudad, Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, debería de tomar en cuenta estos aspectos, antes de apoyar a los paristas de la UNAM y planear al mismo tiempo, el aumento a $3 del precio del boleto del METRO, ya que se le puede voltear el chirrión por el palito y tener problemas muy serios, siguiendo el mismo razonamiento de los paristas, a los que está apoyando... Quizás al Ingeniero no le interesa el Gobierno de la Ciudad, hoy muy claro, sino los votos de la sucesión presidencial hacia el 2000, de los jóvenes y las capas urbanas de bajos ingresos, a las cuales en opinión de Octavio Ianni, tanto su padre Lázaro Cárdenas del Río como Getulio Várgas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina, hicieron los protagonistas centrales del desarrollo del llamado populismo en América Latina, que favoreció el crecimiento arbitrario de las áreas urbanas con la movilización del campo a la ciudad, que hoy conocemos y lamentamos.

Dedicar un 8% del PIB a la educación en México, incluyendo la no obligatoria, como la preparatoria y la superior, sería tanto como monopolizar la recaudación y los subsidios, excluyendo al resto de las actividades que dependen de los hoy magros recursos fiscales (10.17% del PIB) como Administración Fiscal, Justicia, Poderes, Relaciones Exteriores, Partidos Políticos, Servicios de Agua Potable, Transporte, limpieza, transporte, Salud Pública, Desarrollo Económico, Turismo, Agricultura, Asuntos Agrarios, Energía, Luz, Desarrollo Social, Cultura, Apoyo a la Pobreza y Zonas Marginadas, etc., por eso están prohibidas las partidas de egresos condicionadas a un ingreso, ya que resulta inequitativo e injusto; es tanto como imponerle de salida, no solo al H. Congreso de la Unión un candado, sino también a los contribuyentes, y con ello al conjunto de la sociedad mexicana, una restricción que volvería rígida al conjunto de la Administración Pública y que en las condiciones en que se encuentra el país y los términos en que lo plantean los paristas no se justifica (véase cuadro de Gastos efectivos del Gobierno Federal, según el carácter político de la función 1910-1999)

En la actualidad, la mayoría de los encuestados, ve el asunto de la Universidad como algo que le es totalmente ajeno, como que es un asunto independiente, se dice "atañe a la Universidad", la cual es "autónoma" (del griego auto, propio y nomía, Ley) ello es una verdadera equivocación y una gran falacia, sobre todo desde el punto de vista del gasto, no se trata del Vaticano que es autónomo y tiene recursos propios; el gasto de una Universidad con alrededor de 270 mil alumnos y 30 mil investigadores, docentes, administrativos, intendentes vigilantes etc. constituyen necesariamente un gasto que se considera una prolongación de la política de fiscal y crediticia de la federación, ya que se realiza con cargo a los impuestos de todos y cada uno de los contribuyentes, los cuales deben estar indignados con los paristas, como con el partido de la Revolución Democrática (PRD), que alienta, apoya y solapa públicamente; aprovechando ese movimiento con fines electorales promoviendo el paro ante la ingenua población joven y aquella otra de bajos ingresos, que es tan ignorante, que no sabe que el reglamento General de Pagos, autorizado por el H. Congreso Universitario, aparte de ser legal la propuesta, se hizo pensando justamente en los que no pueden pagar dichas cuotas.

Por lo que respecta a la solicitud del 2° punto del Acuerdo para levantar el paro de abrogar el pase reglamentado en 1997, ello es verdaderamente piedrícola y arbitrario, solo comparable con pretender que todo el mundo juegue en el equipo de foot ball de la selección nacional aunque este baldado, ya no es un problema económico, es en realidad de concepción de que tipo de Universidad requiere y exige el conjunto de la sociedad mexicana, no es raro que el EZLN con estas propuestas, este al lado de los paristas, nos recuerda el "todo para todos" de sus proclamas.

El punto 6º relativo a la ruptura de la UNAM con el Consejo Nacional de Evaluación y la recuperación de antiguas canonjías como el pase automático y la permanencia indefinida en la Universidad, refleja una actitud que pretende exigencias, derechos, subsidios asegurados, etc., pero sin ninguna obligación, ello es propio de intereses totalmente ajenos a los universitarios.

Parece que estamos con una Universidad que tiene un problema bipolar afectivo, primero se presentan en la fase manía: eufóricos e irrefrenables ante el paro, con danzas, bloqueos, cantos, güelums, etc. para luego pasar a la fase: depresión, con llantos por diferentes motivos: como no hay calidad en instalaciones, ni en la enseñanza, y que tampoco encuentran trabajo y de eso, por supuesto culpan al neoliberalismo, al Gobierno Federal, a las Universidades privadas, al Banco Mundial, al BID, al Fobaproa, a todo el que se deje, etc, cuando en realidad, son este tipo de movimientos los que tienen a la Universidad y al país en la lona.

En fin, los contribuyentes deben estar de indignados con los paristas de la UNAM, así como con los partidos políticos que los secundan y ayudan el desgobierno del país desde la Ciudad de México. Si el CEOP, realizara una encuesta de los contribuyentes, probablemente corroboraría esta apreciación. A la hora de las elecciones en el 2000, deseo creer, que todo esto no le dará resultado al PRD. Veremos.


Congreso de la Unión o Congreso Universitario.
Derecho o Fundamentalismo.

"No somos uno ni cien, prensa
Vendida cuéntanos bien".

Marcha a favor del paro del 25-8-99.


Parece que la situación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentra en un punto sin retorno; en la marcha que pasó por Reforma y Lafragua el día 25 de agosto, iban contingentes zapatistas, electricistas, eperristas, barzonistas, normalistas y paristas moderados, ultras y megaultras, por lo menos era un contingente, "tres veces mayor", que el concentrado en el Auditorio Nacional, compuesto de profesores y alumnos antiparistas me informa mi compañero del Club del Académico, el Geógrafo Manuel Guerrero. Ello no es raro, en Mesoamérica, heredera de los despotismos tributarios,  se negocia habitualmente sobre la base de los argumentos del derecho de la fuerza, no sobre la base de la fuerza del derecho de los argumentos.

Tengo la íntima convicción que de mantenerse la Constitución y legislación universitaria como se encuentran en la actualidad, no tiene para cuando solucionarse el paro, adecuadamente, a menos que, el "Congreso de la Unión" presente la iniciativa de legislar al respecto, a fin de eliminar las inconsistencias jurídicas existentes, y que el conjunto de la sociedad, incluyendo al Titular del Poder Ejecutivo y el Poder Judicial actúen en consecuencia. Será mucho pedir que tome la iniciativa el Poder Legislativo?

De esta forma creemos que los intereses de todos estarían comprendidos en dicha iniciativa. Por que, bueno, consideramos que es en el Congreso de la Unión donde están representados todos los intereses, sí, los de usted, los de los contribuyentes, de los diferentes partidos políticos, de centro, de derecha, de izquierda; los institucionales, los democráticos, los revolucionarios, los convergentes, los del trabajo, los que van a las marchas, como los que no van a ellas, los paristas, los antiparistas y por supuesto también los del suscrito, no nada más los intereses de eméritos, paristas "moderados, ultras y megaultras", en donde el nivel de los decibeles de los gritos, han terminado imponiéndose al nivel de los argumentos de los otros.

La Constitución en las actuales condiciones no obliga al Estado a impartir educación media y superior y tampoco especifica que debe ser en forma gratuita. Si la educación media y superior, debe ser obligatoria y gratuita, que así se legisle y se actúe en consecuencia; si no, que quede claro, que no es obligación del Estado impartir educación media y superior y también se actuará en consecuencia.

Si el Estado debe promover la educación media y Superior, debe de legislarse a fin de definir en que términos, en que orden de ideas. Si los objetivos de la UNAM son de 1920 o de 1944, bueno, que se valide su vigencia considerando el nivel del desarrollo tecnológico y de divulgación de la cultura actual, ya que por ejemplo en 1940 el 70.3% de la población era analfabeta, ahora en 1995 es sólo el 10.8%, en esos años aún no tenía el desarrollo o no existían la Televisión, los satélites, las fotocopiadoras, las computadoras, la producción de libros y revistas era muy limitada, por lo que la Universidad se presentaba como la piedra filosofal para resolver todos o casi todos los problemas de ciencia y tecnología. Estas cuestiones son algunas de las preocupaciones que formarían parte de la tarea.

La aparente soberbia, ingenuidad, omisión o evidente incuria del Poder Legislativo de 1992, en más de un sentido, le ha costando muy caro a la sociedad mexicana, quien es a la sazón el más antiguo de los legisladores. Sucede que, para muchos especialistas, el Estado justifica su existencia como tal, al utilizar el poder político para evitar el desgaste social hacia el interior y hacia el exterior de la sociedad. Tiene, desde este punto de vista, el Estado el uso legítimo de la violencia. Pero, si la legislación tiene inconsistencias, entonces el Estado no tiene el uso legítimo de la violencia, por lo que los espacios de negociación, como hemos podido ver, se reducen al punto de observar absurdos como los que se están presentándose en la UNAM, donde lo que campea son las posiciones sobre la base de las inconsistencias en la Constitución, no basándose en el sentido común; el desgaste social aparece de inmediato y hoy se ha prolongado desde media primavera al verano, hoy ya prolongándose sobre el otoño, el próximo 21 de septiembre.

No se trata de que la Cámara de Diputados le ofrezca a la Comisión de Encuentro (CE) y al Consejo General de Huelga (CGH), como ya lo hizo con resultados lamentables, un salón para que sesionen, "sin que ellos intervengan".

No, creemos que la Comisión de Puntos Constitucionales y de Educación debe tomar la iniciativa y legislar conforme a sus atribuciones, a fin de dirimir que se va ha hacer y como se va ha a hacer, ya que, si lo piensa continuar dejando, a quienes no-solo, no tienen atribuciones para hacerlo, sino posibilidades reales de poderlo consensuar.

En la Constitución actual, existen algunos contrasentidos que tiene enfrentada a la sociedad desde 1987: Creemos que si se eliminara la Fracción IV del Artículo 3° Constitucional, que dice" Toda la educación que imparta el Estado será gratuita, se mejoraría sustancialmente la redacción, se eliminaría una inercia que viene desde antes de la autonomía de 1929, ya que la Universidad, después del cierre que epilogó el conflicto entre escolasticismo y liberalismo (1775-1862) se refundo en 1910, dentro de la Secretaría de Educación Pública, sobreviviendo el texto del Art. 3°, fracción IV, a la modificación constitucional de 1992, que hizo obligatoria (para ambas partes) solo hasta la educación secundaria y normal. No obligando al Estado a impartir educación media y superior.

En el conflicto universitario observado a lo largo del el período 1987-1999, se refleja buena parte de las contradicciones del país: en 1987 se arranca con: saldo de la deuda 90% del PIB; crack de la bolsa, se pierde el 70% del valor de las acciones, fuga de capitales; la CIGF toma de decisión de disminuir la presión al PEF de más de 1000 paraestatales; legislación inconsistente, grandes demandas y rezagos sociales, grandes carencias económicas, gran subsidio, gran ineficiencia, gran corrupción; todo ello, frente al choque de trenes que representan hoy en día las fuerzas representadas por el neo- fundamentalismo (CGH) y el neo liberalismo al operar las reformas al pase automático y la actualización del Reglamento de Pagos.

Todo como resultado de "las dos décadas ganadas (a crédito y precios subsidiados): 1962-1982", en medio del desafío que impone la globalización. Hoy todo esta dentro del desorden que implica la llamada postmodernidad, en el 5° Informe de Gobierno, el diputado panista Carlos Medina Plasencia y Presidente de la Cámara Baja para el mes de septiembre, parece que lo ignora o se presenta con el candor propio de la ingenuidad. De cualquier manera, no se pueden seguir siendo omisos, el turno nuevamente es del Congreso, no cree usted.

Entrevista del 29 de octubre de 2015, sobre la UNAM y la Sucesión en la Rectoría.
https://www.youtube.com/watch?v=rMlgB_dw4Ms&feature=youtu.be

ANEXO 1

Legislación y Organización de la UNAM.[1]

Dr. Fernando Serrano Migallón.

29 de mayo de 2004


Jesús Alberto Oliver Rodríguez.*


En esta ocasión, toco a nuestro compañero el Dr. Fernando Serrano Migallón ser el orador huésped, ante un poco más de medio centenar de asistentes de las generaciones 1966-70 y 1967-1971; por ser un destacado  intelectual y funcionario de Gobierno, con una carrera prácticamente ininterrumpida en los últimos 34 años,  así como, el hecho de ser compañero generacional de ambas generaciones, es conocido prácticamente por buena parte de los asistentes, sin embargo, el de la letra no omitirá por ello,  exponer una breve semblanza de él:


Nació en México DF el 26 de junio de 1945,  su padre Francisco Serrano Pacheco, también fue de profesión abogado; estudio la carrera de derecho entre 1965-1969 (tesis sobre Isidro Fabela) y Economía entre 1967-1971 (tesis sobre la CFE); con postgrados en Francia y Holanda. Desde 1970, inicia su vida profesional como abogado laboral en PEMEX,  en 1973-1974, es Asesor del Secretario General de Gobierno del DDF, en 1974-1976, Jefe y Director General en diferentes jurídicos de la Secretaria de la Presidencia; en 1976-1979, Gerente Comercial de ASA; en 1976-1979, DG de Análisis e Integración Sectorial en SAHOP; en 1979-1982, Director Social y de Crédito del ISSSTE y en 1983, Coordinador de Asesores del Titular del Organismo; en 1984-1986, Coordinador General Jurídico del DDF; 1989-1994, DG de Asuntos Jurídicos de SECOFI; 1994-1999, Director General del Instituto Nacional de Derecho de Autor; de 1999 a 2000 Abogado General de la UNAM, de 2001 a 2004, su primer período como Director de la Facultad de Derecho de la UNAM y en 2004, es reelegido para realizar su 2ª periodo 2004-2007. Ha editado, desde 1971, en que publicó La región Languedoc Roussillon, por las Ediciones de la Prefectura de la Región Montpellier en Francia,  un nutrido número de publicaciones; así, en 1973, en Ediciones Punto de Partida de la UNAM, que dirigiera el Maestro Gastón García Cantú, pudo divulgar su tesis sobre Las Aportaciones de Isidro Fabela a la Doctrina Internacional de México, (quien fuera entre otros cargos, representante de México ante los gobiernos europeos en la 1ª Guerra Mundial, con el Presidente Venusiano Carranza); El Particular frente a la administración 1977 INAP; El Grito de Independencia, Ed. Porrúa, México 1981; Fabela y la Diplomacia Mexicana, SEP 1982; (coautor) Régimen Jurídico del Secreto Industrial (know how) de México; (coautor) Derecho Económico, La Transferencia de Tecnología, ED Porrúa 1983; (coautor) Ley sobre justicia en materia de faltas de policía y buen gobierno del DF, Porrúa 1984; La Bandera de México, Ed. Porrúa, 1985; (coautor) Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus constituciones, Porrúa 1985; (coautor) Atlas de la Ciudad de México, DDF-COLMEX 1987, Las Romas del Poder, El rito del poder en México, Porrúa 1988; (compilador) Desarrollo Urbano y Derecho, Plaza y Valdés 1988; (compilador) El Sinaí, La Oca, 1989; (coautor) La Transformación del Estado Mexicano, La Inversión Extranjera. Diana 1989; (compilador) Estudios Jurídicos en Memoria de Alfonso Noriega Cantú. Porrúa 1991; Legislación Electoral Mexicana. Génesis e Integración. Porrúa 1991; (compilador) sobre la Nueva Ley Federal de derechos de Autor y su Reglamento, Coedición Porrúa. UNAM. 1998. Posee distintas distinciones, condecoraciones y premios nacionales y extranjeras desde 1976, otorgada por el INAP y la Presidencia de la República, con motivo de haber obtenido el 2º Lugar en el Premio Anual de Administración Pública y el Premio al Mérito Administrativo Lázaro Cárdenas, respectivamente. Asimismo, recibir en 1988, la Medalla Francisco Primo de Verdad, ANASE, así como, la Orden Nacional al Mérito, otorgada por el Gobierno de Francia.              

 


Antecedentes de la UNAM.



Inició su alocución, comentando que le parecía increíble, que el paso de los años, no haya hecho cambiar mucho los rostros de nuestros compañeros. Continuo mencionando sobre los antecedentes de la UNAM, que las primeras noticias acerca del interés del arzobispo fray Juan de Zumárraga de que la Nueva España contara con una universidad datan de 1536. Pronto se sumó a esta iniciativa el virrey Antonio de Mendoza y la Corona dio una respuesta positiva en 1547 (dos años después de iniciado el Concilio de Trento 1545-1563). Pero no fue sino hasta el 21 de septiembre de 1551 cuando se expidió la Cédula Real de la Fundación de la Universidad de México, firmada a nombre del Rey D. Carlos, por el Príncipe Felipe II en la Ciudad de Toro. 


Comentó que su apertura tuvo lugar el 25 de enero de 1553. Hizo mención a que se organizó de acuerdo con los cánones, a imagen y semejanza de las universidades europeas de tradición escolástica, ello quiere decir, con las distinciones, privilegios (privi - legio, ley privada, ley de algunos) y prerrogativas particularmente de la Universidad de Salamanca, donde estudiara de los 14 a los 16 años Hernán Cortés, formación que acaso le ayudó a redactar las famosas 5 Cartas de Relación enviadas a Carlos V, testimonio fundamental de la conquista de México-Tenochtitlan.


Para 1555, (en que se colocó el lienzo de la Virgen del Tepeyacac en una ermita franciscana) siendo ya el Dominico Alonso de Montufar Arzobispo de la Nueva España, se le agrega a la Universidad el título de “Pontificia”, con lo cual los estudios realizados en ella, tienen reconocimiento en España, sus colonias y otras partes del mundo.   En 1778 fue abierta la Real Escuela de Cirugía y en 1792 el Real Colegio de Minería. Dos años más tarde fue establecida la Academia de San Carlos, para el estudio de las Bellas Artes.


Al sobrevenir la época independiente en 1821, con Agustín de Iturbide, se suprimió el título de “Real”, ya que el rey de España dejó de tener soberanía en el país. Se le llamó entonces, por breve tiempo,  Universidad Imperial y Pontificia, para después quedar sólo con el nombre de Universidad Nacional y Pontificia de México.


Mencionó que a lo largo del siglo XVIII, la Universidad de México, fue una institución muy conservadora de corte escolástico, lo que contrastaba con el pensamiento de los enciclopedistas franceses de la época como Montesquieu, Voltaire, Diderot, Turgot o Rousseau; por lo que no fue bien vista por los liberales, que la hacían “ejemplo del retroceso. De esa manera, la Universidad fue cerrada por la corriente liberal, fue  Valentín Gómez Farías, oriundo de Jalisco, Vicepresidente de México con Antonio López de Santana, quien la cierra en 1833[2]. En esa época, existían ya establecimientos privados para el estudio de la medicina, la ingeniería, la teneduría de libros, la arquitectura y la jurisprudencia, a los que se sumó más adelante la Escuela de Agricultura.


En 1867, después de haber sido cerrada la Universidad por Gómez Farías en 1833, suprimida por Comonfort en 1857, clausurada Juárez en 1861 y cerrada definitivamente en 1867 por Maximiliano, el doctor Gabino Barreda estableció en ese mismo año, la Escuela Nacional Preparatoria, cuyo plan de estudios estaba completamente inspirado en el pensamiento de Augusto Comte. Su puesta en marcha extinguió los restos de educación colonial que habían sobrevivido hasta el siglo XIX.


Expuso que los antecedentes inmediatos de la universidad mexicana moderna datan del proyecto presentado por Justo Sierra en la Cámara de Diputados el 11 de febrero de 1881. Sierra, estaba afiliado a la corriente liberal positivista, quien proponía el establecimiento de la Universidad Nacional como una corporación independiente, con reconocimiento jurídico, estructura curricular positivista y con un sistema de gobierno integrado por directores, profesores y alumnos El 7 de abril siguiente, lo refrendó ante la Cámara, con el apoyo de las diputaciones de Aguascalientes, Jalisco, Puebla y Veracruz. Como es sabido, su proyecto no prosperó, pero Justo Sierra Méndez, oriundo de Campeche jamás abandonó la idea de establecer en México una Universidad Nacional, lo cual llevo adelante creándola en 1910[3], en su carácter de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, que presentó una iniciativa de ley ante el Congreso de la Unión, que planteaba el laicismo de la Universidad y su independencia con respecto al Estado.


Acotó que, para el año de 1919, surge la autonomía en Uruguay, que consideraba: Libertad de Cátedra; Autonomía Administrativa y Financiera. En México el movimiento autonomista en la Universidad estalla en 1929, cuando aún, el Presidente de la República nombraba al Rector. Para 1933, la Ley Orgánica ya menciona el asambleísmo; entre 1933 y 1944 es un periodo muy agitado dentro y fuera de la Universidad, al punto que en promedio los rectores no duraban ni un año. [4]


Continuó que fue durante el rectorado de Alfonso Caso Andrade, (VIII-1944/III-1945) fue convocado un “Consejo Constituyente Universitario”, para discutir el proyecto de Ley Orgánica que rige actualmente a la UNAM y que fue elaborado por el Doctor Eduardo García Máynez.[5]


Expuso que el proyecto de Ley Orgánica de 1944, (a 2 años del ingreso en el conflicto bélico) fue impulsada por un Consejo Universitario de la cual fue miembro prominente Antonio Caso, (rector de 1920-1923)  Dicha Ley, establece 4 instituciones fundamentales:


              I.      Como Poder Ejecutivo, aparece la figura del Rector.

            II.      El Patronato Universitario, depende del Rector.

          III.      El Patronato nombra una Junta de Gobierno, compuesto por los Directores de Facultades, 2 profesores y 2 alumnos por Escuela Facultad, contando con 180 miembros, que resuelven por mayoría.

         IV.      El Patronato, nombra la Junta de Gobierno, compuesta de 15 ilustres, quienes se rotan 1 por año, por lo que el promedio de estancia es entre 10 y 13 años.


Por lo que toca a los Directores, son propuestos en terna por el Rector a los Consejos Internos de las Facultades y Escuelas y la Junta de Gobierno los designa por 8 votos. 
“El pueblo que termina juzgando a sus jueces y no cuenta con legislaturas eficaces, padece el descontrol del Estado”

Hacia donde va la Universidad?


Comentó que después de la Huelga de 1999[6], la que paralizó en alrededor de un año a la UNAM, la institución quedó muy afectada, en la actualidad su situación la consideró  frágil. Mencionó que hace 3 semanas se presentaron 40 individuos a secuestrar e incendiar ánforas de elecciones de consejeros universitarios, hace poco menos de 1 mes, fueron cerradas 2 facultades, parece que permanece tomado algún auditorio en Economía, todas ellas son acciones tomadas regularmente por verdaderas minorías, en algunos casos de 10 elementos. Considérese que la Comunidad Universitaria, se compone de alrededor de 300,000 personas, lo cual hace que no sean raros eventos de este tipo.

Por ello, se esta revisando el futuro de la UNAM, a fin de reformarla sin la necesidad de realizar un congreso universitario.


Expresó que la Ley Orgánica de la UNAM, le da a 3 funciones principales:


                  I.      Docencia.

                II.      Investigación y

              III.      Divulgar la Cultura


Sin embargo, añadió que hay una 4ª que no esta mencionada desde 1910, y es: “ser la conciencia crítica” de la nación. Su opinión es, en diferentes aspectos muy considerada y ponderada, ya que la UNAM, juzga tanto a su entorno como a ella misma.


Terminó su exposición el Director de la Facultad de Derecho, refiriéndose al Programa  de Estudios de la propia Facultad. Mencionó, que dicho Programa es sumamente conservador, mencionó que permaneció sin sufrir modificaciones alrededor de 50 años, entre 1940 y 1990. Sin embargo, acotó que a partir de 1994, se han incluido una serie de materias que contemplan problemas relativamente recientes, como puede ser el derecho electoral, urbano, ecológico, etcétera. De esta forma, en la actualidad pasan de 80 las materias. En una encuesta realizada en el 2002, que contempló al 60% de alumnos y al 80% de profesores,  se dice que el programa es demasiado grande, que hay que reducir el énfasis a lo esencial, por lo que el nuevo Proyecto, se encuentra en proceso de aprobarse para el mes de agosto.  Se espera ajustar las materias de 82 a 55, de las cuales el 50% sean de carácter obligatorias.


Se prevé que haya una preespecialización a partir del 6ª semestre. La titulación en el postgrado, le sirve al estudiante para la Licenciatura como para la Especialización en controversias notariales y derecho europeo.


Al final como es ya usual, diferentes compañeros hicieron algunos comentarios y preguntas:


1.      Luis Octavio Martínez Aguilar.- En relación al asunto de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pareciera que el abogado de la Nación esta politizado, cual es su opinión?


2.      Alfredo Bouchot.-Por que la UNAM, no juega un papel relevante en el país.

      Como va a concluir el asunto de AMLO.

     ¿Por qué tantos consejeros?


3.      José Antonio Molina Farro. Comentó que el problema mayor de México es el de la reforma al sistema de justicia, recordó con Luis Cabrera que no se puede servir al poder y a la justicia, en referencia a la dependencia del Ministerio Público del Ejecutivo. En un foro sobre Reforma de la Justicia con la asistencia de Diego Valadéz, Fix Zamudio y Jorge Carpizo, se propuso:


1)      Volver al sistema anterior, o bien, al sistema prevalente hasta 1900, donde el ministerio público dependía del poder judicial.

2)      Convertir al MP en un órgano autónomo de Estado, similar al IFE  o a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

3)      Que el Procurador General de la República, no solo sea ratificado por el Congreso, sino, que además, sea inamovible durante el tiempo de su encargo. . que el propio Ministerio Público era autónomo.


4.      Ignacio González Garnica. Se refirió al Sistema Judicial, opinando que esta mal asesorado AMLO; dijo que la administración de justicia, se presenta facciosa y que Diego Fernández de Cevallos, esta realizando un juego muy sucio. 


5.        Lucila Adame Niño. Preguntó sobre la actualización del Derecho Fiscal.   


6.        Marte Trejo. Mencionó que a AMLO, no le preocupa lo jurídico, sino lo social.

Agregó, que presiona a una infraestructura social que pueden representar un   problema social mayor, pudiéndose crear lo que denominó un “Frente Amplio de Encabronados”


7.        Ana María Arana. Preguntó que se hace en otros proyectos privados, como el

       barbasco, para conectar a la producción.


8.        Alfonso Saucedo. Pareciera que el Derecho privado prevalece sobre el público,

       Aludió al TLC va sobre el derecho de muchos gobiernos locales.

      Preguntó, ¿como hacer la estrategia jurídica, para proteger los derechos de los

      Estados, como los de la Nación?


9.        María Teresa Alcalde. ¿Esta Participando la Facultad de Derecho en la 

       Reforma del Estado?      


10.   Carlos Gómez.  Dijo que “entre la Ley y la Justicia que se opte por la justicia”.[7]

 Mencionó los problemas que enfrentan los pensionados y jubilados  del ISSSTE, al

 considerarse para los efectos el promedio de la cotización anual del último sueldo  

 cotizado. Que a un maestro que siguió dando clases, se la hicieron efectiva y no le

 reconocieron el promedio, sino únicamente la cotización de su sueldo como profesor

 de asignatura, que era el último que registro, que no se vale¡

      

        Dijo que a los judíos de la 2ª Guerra mundial, si se les estaban reconociendo sus

        reclamaciones; en su opinión, también deberían de reconocer las reclamaciones de

        los braceros mexicanos.


11.      Luis Octavio Martínez Aguilar, volvió a hacer uso de la palabra y preguntó:

        ¿Que no habrá algún evento donde no se encuentre la  UNAM?


12.      Jesús Alberto Oliver Rodríguez.  Mencionó que las cuotas de educación superior en China, se fijan en niveles por encima del ingreso per cápita de aquella nación y que se administran becas, descuentos y subsidios, dependiendo de los resultados en el examen de admisión que se práctica y exige a todos los aspirantes. Esta reforma universitaria, se realizó después de la Revolución Cultural, la cual se ha dicho, generó un gran regresión en la educación en ese país. 


Comentó que el Reglamento de Pagos propuesto en 1999, por el Dr. Francisco Barnés de Castro, aprobado en la UNAM, conforme a su autonomía administrativa y financiera, era más que razonable, ya que establecía la cuota anual, refiriéndola al comportamiento de 40 días de salario mínimo; lo que lo hace menor a los 60 días de salario mínimo que en algún momento a principios de los años 50, representaron las cuotas universitarias de $200.00; quizás al ponderar la caída en la proporción de la relación salarios/PIB como del nivel de empleo en México, al pasar de 33.5% en 1950-55 a 25% en 1996; por su parte el empleo como se sabe, ha caído a récord históricos, argumentos, que sin embargo, no soportan la propuesta de no cobrar nada¡.


Expuso que, en su opinión, no fue la minoría del CGH y demás opositores a la actualización de las cuotas, los que impidieron la entrada en operación del Reglamento de Pagos del Dr. Barnes de Castro, así como, el avance de la Reforma Universitaria en 1999, una más de las reformas de “cambio estructural” pospuesta desde 1986-87 (laboral, energética, fiscal, de pensiones, de remuneraciones (gas, agua, luz, salud y sector financiero) sino mas bien las inconsistencias jurídicas en el Art. 3ª Constitucional existentes en 1986 y mantenidas en él, reformado en 1992, así como la incompetencia de los negociadores del Congreso en 1999. ¡Prestaban salas del Congreso, pero no intervenían!


Finalizó su comentario, refiriéndose a que el Estado mexicano, padece el “síndrome del 68”; con ello, no quiere parecer un simpatizante del fascismo[8], pero¡ las inconsistencias constitucionales, le han impedido al Estado Mexicano en la práctica, ejercer el concepto  “Weberiano” relativo al uso legitimo de la violencia, a lo cual El Estado tiene derecho en su calidad de poder público. Poder es derecho. Las inconsistencias constitucionales, como se ha podido constatar, no solo afectan el desarrollo de la Reforma Universitaria, ¡una más a la ya larga lista de reformas pospuestas¡; sino que también condicionan el “síndrome del 68”, que en la práctica se traduce como la percepción en el colectivo del “uso ilegitimo de la violencia”.


Respuestas y comentarios del Dr. Fernando Serrano Migallón.


Ojalá y pudiera resolver algunos de los problemas jurídicos y sociales planteados, desea que no lleguen a representar un problema difícil para el país¡ Mencionó que se requiere fortalecer a los partidos políticos, al poder judicial.


Se refirió a que según la documentación sobre el Encino, es cierta la información que posee la PGR. Mencionó que alguien que esta sujeto a proceso, no puede ser candidato a la presidencia.


Mencionó que efectivamente, la UNAM es una institución conservadora y que los universitarios no piensan todo igual, por lo que la Universidad no puede hablar por todos, sin embargo, los universitarios tenemos un gran peso en la opinión pública.  


En relación al Derecho Fiscal, dijo que era uno de los cursos más demandados de actualización en la facultad de Derecho[9].que ¡tiene mucho éxito¡


Mencionó en relación a la actualización de los programas en la UNAM, que si ha habido una reforma, ya que cada 6 años, se deben de revisar los programas. Mencionó que el programa de la ENEP Acatlán tenía 30 años ¡


Mencionó que la UNAM, sirve a todos los intereses, privados, como sociales, pero que no solo debe de servir al interés privado. La UNAM, hace muchos tipos de estudios que no lo hace ninguna otra institución, Dejo ver que la UNAM, hace investigaciones culturales especificas, mencionó a Sor Juana y dejó entrever estudios de tipo Astronómico,  hidráulico, urbano, etc.


Concluyó diciendo: La referencia del Estado, no solo es Jurídica, también lo es política o social, como se quiera leer.


Salvador Martínez Córdova, cerró en el uso de la palabra como alas 12 hrs. para agradecer la asistencia del orador, a quien se refirió en término elogiosos, diciendo entre otros conceptos que “había dado respuestas  habilidosas”, haciéndole entrega de un testimonio de agradecimiento generacional, llevándose el invitado un nutrido aplauso de poco más de medio centenar de asistentes al encuentro, dándose este por concluido.





[1] Encuentro con motivo del desayuno mensual conjunto de las generaciones de Economistas 70 y 71, presididas respectivamente por la licenciada María Alicia Valdés Corral y el Licenciado Salvador Martínez Córdova, el sábado 29 de mayo de 2004, en el Sanborns de Miguel Ángel de Quevedo y División del Norte. 
* Con el apoyo en la edición de José Antonio Molina Farro y Luis Manuel Guerrero Herrera.
[2] La incompatibilidad entre el liberalismo y el escolasticismo de la Universidad, se manifestó en la marcada decadencia de esta última, frente al florecimiento de los diversos planteles educativos fundados desde las llamadas reformas borbónicas de Carlos III, comparables en alguna forma, con los que en el siglo XX, florecieron después del “68”, como pueden ser el ITAM, el ITESM, la U. IBERO, la U. Anahuac, la U. Lasalle, la U. del Valle de México y muchas otras más. Así, la supresión, de que fue objeto esta institución en 1833, por don Valentín Gómez Farías, sustituyéndola por una Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios de la Federación y seis establecimientos de estudios preparatorios, que la llevó a reaparecer penosamente con López de Santa Ana, atendiendo a las presiones de los conservadores, para ser suprimida por el presidente Comonfort en 1857, en que se dictó la Ley Lerdo; la Ley de Desamortización de los Bienes de Manos Muertas, la cual tendía a desaparecer las propiedades corporativas para dar paso a la propiedad individual. Abrió nuevamente sus puertas en 1858, bajo el nombre de "Universidad Nacional y Pontificia", para ser clausurada en 1861, por el presidente Benito Juárez, nominalmente abierta por las fuerzas francesas de ocupación, para de nuevo a la salida de éstas en 1865, ser suspendida definitivamente la antigua Universidad por Maximiliano, quien gobernó paralelamente entre 1864 y 1867, año en que fue fusilado. (Página WEB de la UNAM y Fuentes para el Estudio de la Administración Pública Mexicana, José  Mijares Palencia.  DG de Estudios Administrativos. Presidencia de la República. México 1975. (N. de la R.)
[3] Originalmente fue creada como un “Departamento Universitario” dentro del Ministerio de Educación; cuando la formulación de la Constitución de 1917, mantenía esa condición.  Fuentes para el Estudio de la Administración Pública Mexicana, José  Mijares Palencia. (N. de la R.)
                                                        
[4] Es revelador de la inestabilidad que predominó en la Universidad la 1ª mitad del siglo XX, hasta el término de la 2ª Guerra Mundial, ya que en los 19 años transcurridos desde 1910, en que se reconstituyó la Universidad Nacional de México, hasta 1929 en que logró su autonomía, hubo 10 rectores (promedio de 1.9 años por cada rector); en el lapso de 16 años que va de la última fecha hasta 1945, cuando se promulgó la actual Ley Orgánica, también hubo 10 rectores (promedio de 1.6 años por cada rector)y en cambio, en los 59 años transcurridos de 1946 a 2004 doce universitarios han ocupado el cargo de rector.
En los dos primeros periodos, la renuncia de los rectores en situaciones de apremio eran frecuente, mientras que en el último periodo tal caso sucedió en tres ocasiones: en dos de ellas, las que llevaron a la renuncia al doctor Salvador Zubirán en 1948 y al doctor Ignacio Chávez en 1966, incurrieron factores políticos, mientras que en la de 1972, que motivó la renuncia del doctor Pablo González Casanova, el conflicto determinante tuvo un carácter laboral primordialmente. (N. de la R)
[5] Presentado, de acuerdo con la Enciclopedia de México, a una Comisión  presidida por el   doctor Antonio Carrillo Flores y aprobado por el Congreso de la Unión en diciembre de  1944.(N. de la R.)
[6] Las contradicciones constitucionales del Art. 3ª, han pasado a la historia como causales de la huelga de 1986-1987 y la aparición del CEU; sin embargo, quedó la legislatura 1991-1994, como la directamente responsable de la huelga de 1999 y la aparición del CGH; al punto que el asunto de la reforma universitaria continúa con grandes lagunas, por las inconsistencias y contradicciones que esa legislatura le dejó al Art. 3ª Constitucional. Reformado al arranque de los años 90, con el voto por unanimidad de la legislatura, lo cual lo hace pasar a la historia como políticamente consensuada; sin embargo, jurídicamente inconsistente. Lo que la hace “brillante políticamente, pero técnicamente inútil a la sociedad civil”  (N. de la R)
Por un lado se eleva a rango Constitucional, la obligatoriedad de la enseñanza básica precisando hasta el nivel secundaria (aplauso); por otro lado, no se acota que “toda la educación “obligatoria” que otorgue el Estado será gratuita” (error técnico la omisión obligatoria). Se dejó permanecer algo muy abierto, que viene desde 1917, cuando la UNAM, no existía ni era autónoma, ni había aparecido el neoinstitucionalismo de la UNAM (educación y salud), ni los problemas de financiamiento al desarrollo que hoy tenemos, ni el número de pobres que hay: La redacción que dice: "Toda la educación… que imparta el Estado será gratuita” es la base del gran desajuste social, ahí reside toda la asertividad y "grandilocuencia" de los paristas, saboteadores y retoños contemporáneos, léase “la rebelión de los parias”. Hay que reconocer que de ahí surge, el que comúnmente se considere, se ha dicho como “tabú” al asunto de la reforma universitaria y la actualización de cuotas, según encuestas, se encuentra a favor la mayoría (88%) de la comunidad universitaria. El H. Congreso de la Unión, tendrá, tarde que temprano, que resolver las ambigüedades de la Carta Fundamental y expedir el Reglamento al Art. 3° Constitucional.
La evidencia es que la acción de los legisladores no fue eficaz en 1917, para redactar originalmente la carta magna y tampoco, resolver el problema en 1992 y evitar el desgaste de la sociedad, función que justifica no solo su existencia, también sus remuneraciones. Hoy la Comisión de Educación en el Congreso de la Unión, no puede estar más que en manos de un ex ceuista y diputado perredista, Salvador Martínez Della Rocca, mejor conocido como “el Pino”, quien ha detectado junto con ceuistas y cegeacheros esa inconsistencia y hay que reconocerlo, de manera muy inteligente han sabido utilizarla a su favor; por ello, con él en esa Comisión del H. Congreso será difícil corregir esa laguna legislativa. Por su parte, el actual rector Dr. Juan Ramón de la Fuente, se encuentra rodeado de exceuistas, con el apoyo perredista del DF; de esa manera, ha podido operar en la UNAM; parece que no podría ser de otra manera, en las actuales condiciones de ambigüedad jurídica. (N. de la R)
El Congreso de la Unión, para bien o para mal, deberá precisar, léase eliminar las ambigüedades a la Carta Fundamental y en su caso, realizar las precisiones y adecuaciones necesarias a la Ley General de Educación Pública existente, a fin de reglamentar la procedencia y proporciones del subsidio, con lo cual se cubrirán las laguna actuales relativas al apoyo del Estado a la educación media y superior, tanto a la enseñanza como a la investigación, que creemos personalmente, el subsidio debe de ser del orden del 75% a la enseñanza y de 100% a la investigación; siempre y cuando, se actualicen y precisen con objetividad y seriedad, los objetivos de la UNAM, definidos en la Ley Orgánica de 1944, conocida como la Ley Caso, aprobada 2 años después de creado el IMSS, hoy también en crisis de financiamiento. Vale la pena recordar que en 1942, con motivo de la entrada del país en el conflicto bélico, al lado de los EEUU, se le condonó el  80%  de  la  deuda  con  aquel  país,  procedentes  de reclamaciones de la Revolución, que venía renegociándose desde Carranza. México entró al siglo XX, se ha dicho en 1942; no es ocioso recordar que ya estamos en el siglo XXI y que buena parte de los problemas que hoy padece el país, son resultado de decisiones tomadas en el siglo XX, muchas de las cuales están o habrán de estar en proceso de rectificarse.(N. de la R).
[7] En el discurso sobre el justo, que dirige Glaucón a Sócrates en el Libro II de la República o de lo Justo,  contenido en los Diálogos de Platón (Pág. 366)  se refiere al justo en los siguientes términos: “El justo, dicen tal cual yo lo he descrito, será azotado, torturado, cargado de hierros, le quemaran los ojos (aquí falló la Biblia y con ella el Film del 2004, La Pasión de Cristo, de Mel Gibson...),  finalmente, después de haberle hecho padecer todo género de calamidades, lo crucificarán, y con eso le harán comprender que no debe de afanarse en ser justo, sino solo, en parecerlo”. (N. de la R)
[8] Cuando se rompe la comunicación, aparecen todas las formas de fascismo.
[9] Como de la Facultad de Contaduría y Administración. (N. de la R)

1 comentario:

  1. El Problema Constitucional de la Educación Superior, es su ambigüedad.
    https://www.youtube.com/watch?v=ap-vv9aGNe4

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Muchas Gracias por los comentarios, si es posible,. les contestaré. Al