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lunes, 10 de enero de 2011

MÉXICO RUMBO AL SIGLO XXI.Carga Fiscal y Coeficiente de Endeudamiento 1934-1994


LEJOS DE LA ALDEA MEDIEVAL
Excélsior, Financiera, 19 de abril de 1993.

Tengo frente a mí la estadística de 1934 a 1992, de varias cuentas nacionales que me he dado a la tarea de ir actualizando poco a poco en las últimas semanas, de sus lecturas se pueden hacer muchas inferencias, periodizaciones y reflexiones; con el ánimo de compartir algunas de éstas, aprovechando el beneficio da la experiencia de su comportamiento histórico, se presentan para que el lector saque las suyas propias, ya que por lo revelador de los indicadores considero innecesario su tratamiento exhaustivo en este espacio.

Carga Fiscal.- Esta cuenta indica la relación entre los ingresos tributarios (únicamente impuestos) y el producto interno bruto (PIB), tomando estos valores en dólares constantes de 1981. Se puede observar que la carga fiscal pasó de 5.35% en 1934 a 18.68% en 1983 en que llegó a la cima, para después descender 12.56% y 11.95% en 1984 y 1985, subir a 15.10% en 1989 13.53% en 1992 y estimado en 12.91% para 1994!

En los últimos 20 años la carga fiscal ha promediado 13.67%. No voy a hacer una comparación directa o juicio de valor de cuanto es en Suecia, Uruguay o Estados Unidos y cuanto debería de ser en México, pues considero que ésta apreciación en última instancia, pudiese no ser reveladora en tanto que somos países completamente diferentes. La observación que me parece pertinente señalar de momento es que la carga fiscal ha venido descendiendo en los últimos 4 años y que la recaudación de de 13.53% en 1992, aparte de representar un coeficiente bajo a nivel internacional, es menor al del promedio de los últimos 20 años.

Coeficiente de Endeudamiento.- Este parámetro global, es la suma de la deuda interna y la externa, la cual se divide entre el producto interno bruto PIB, en éste caso lo presentamos en dólares constantes de 1981, por lo tanto indica que porcentaje representa la deuda pública total, como proporción del PIB.

La gráfica sobre endeudamiento que se ha preparado refleja claramente los ciclos en los que ha incurrido el sistema desde 1934 a nuestros días, pasando por lo que se ha llamado el "desarrollo Estabilizador y compartido", que se traduce en "Estado propietario", que en realidad, representa al mismo tiempo un "Estado hipotecado", para llegar al llamado "Estado solidario" de nuestros días.



De la estabilización a la Crisis de la Guerra Fría :
1934-1961.

En el período que va de 1934 a 1942, el coeficiente de endeudamiento fluctúo entre 30.48% y 17.44%, en cambio la carga fiscal lo hizo entre 4.98% y 6.10%, por lo que los recursos de crédito o deuda pública, representaron de 3 a 6 veces, de lo que en ese período, se recaudaba de recursos fiscales o también llamados "recursos propios".

Sin embargo, la condonación en 1942, que realizó los Estados Unidos de 4/5 partes de la vieja deuda, con motivo de la entrada de México en calidad de aliado en la 2a guerra mundial, fue motivo suficiente como para bajar substancialmente el nivel de endeudamiento del país, para hacerlo pasar de 17.44% en 1942 a 1.85% en 1943 y a tan sólo 1.17% en 1945.

Miguel Alemán, recibió un país financieramente sano, frente a una dinámica económicamente muy afortunada, si bien con una presión en el gasto público por el aumento salarial a la burocracia civil y militar, de fin de sexenio considerado como parte del costo de la transición pacífica del poder, que le heredara Manuel Ávila Camacho, así como por la presión en el gasto público que las obras de infraestructura hidráulica, que su administración promovió de manera destacada, por la cantidad total de almacenamiento de agua, tanto en Aridoamérica como en Mesoamérica, como pueden ser los casos del Estado de Durango, Tamaulipas, Sonora, Sinaloa, Guanajuato, Chihuahua, México e Hidalgo. Con ello el coeficiente de la deuda como proporción del PIB llegó en 1947, a 9.93%, muy superior al 1.17% que pudo representar un par de años antes, en 1945, al término del conflicto armado. Como el uso del crédito, se consideraba aún como un recurso de excepción, se realizaron colocaciones para destinarse a la obra de infraestructura hidráulica, que elevaron el coeficiente de endeudamiento a 13.08% en 1950, pese a ello, logró hacer descender el volumen de la deuda como proporción respecto al PIB, de tal suerte que para 1952, el coeficiente de endeudamiento fue de solo 8.5 %, lo cual frente a la dinámica del crecimiento del producto interno bruto, de las inversiones extranjeras, de las exportaciones, de los impuestos federales derivados de las exportaciones, el crecimiento de la carga fiscal y la contención del crecimiento salarial, que caracterizaron a su administración, hacen de esa época lo que se ha dado en llamar entre otras formas "las mieles de la posguerra" y el reinicio de la modernidad, frente a la inauguración de los gobiernos civiles y el abandono de los gobiernos militares que habían sido la "regla" en México a lo largo de cerca de 140 años, desde el inicio el la independencia hasta el fin de la 2a guerra, entre 1er presidente de México, el duranguense Guadalupe Victoria y el poblano Manuel Ávila Camacho.

En Realidad eran Nueces, no pasitas...

Con Adolfo Ruíz Cortines a diferencia de Miguel Alemán, el sistema ya traía una tendencia hacía la reducción del gasto público, si bien homólogamente que al final de la administración del General Manuel Ávila Camacho, el Licenciado Miguel Alemán al término de su administración, incrementó de manera sustancial los salarios mínimos, por ello Don Adolfo contrajo su crecimiento a partir de 1953, y para 1954, terminó de controlar dicho aumento salarial a través de la devaluación que llevará el dólar a $12.50 peso por 1 dólar.

El coeficiente de endeudamiento, nada más en 1953, primer año de su gobierno, se reducía casi 50% al pasar de 8.50% a 4.61%, lo anterior era resultado del efecto combinado de, una disminución en el saldo de la deuda del 41.2% (a precios constantes), con el crecimiento del PIB al 8.5%. Esta tendencia de disminuir la dependencia del ahorro externo y de abatir el coeficiente de endeudamiento seguiría hasta el fin de su sexenio en que llegó a representar apenas 0.61% del PIB y aún continuaría disminuyendo hasta 1961, hacia el tercer año del gobierno de Adolfo López Mateos, en que, el coeficiente de deuda llegará a representar apenas 0.15% del PIB, el más bajo de toda la historia del país, por lo que prácticamente, se había pagado toda la deuda que en su momento pudo haber generado la obra hidráulica del alemanismo, ya que desde 1942, con la condonación de buena parte de la deuda, resultado del "aliadofilismo de la guerra", se había liquidado la casi totalidad de la deuda vieja.

"Rascale al Soviético un poco y encontraras al tártaro".

La situación internacional, se volvió particularmente tensa desde el estallido de la Guerra de Corea en 1949, la Guerra de Viet Nam en 1955, anunciaba la re-unificación de Asía después, de prácticamente siglo y medio de conflictos intestinos; al poco tiempo, Alemania, recuperaba su ritmo de crecimiento en el llamado milagro alemán; en 1957, la URSS enviaba al espacio el sputnik, y Francia, impulsaba en la Comunidad Económica Europea, el Impuesto al Valor Agregado, un "impuesto moderno de economía de mercado", conocido en México a partir de 1979, como el "IVA", como fórmula para homologar los sistemas tributarios de la Comunidad Económica Europea, más tarde impulsada en América Latina, sentando las bases para la Unión Europea, como de la ALALC en los años ´60, más tarde del Sistema Económico de Latinoamérica SELA. Este cambio nuclear, en la correlación de fuerzas, determina lo que se ha dado en llamar la primera gran crisis de la "guerra fría", que se proyectaba en América de manera diferente, por ejemplo en América del norte, el flujo la exportación de capitales, para la reconstrucción de Europa y Asia, se vió desacelerado desde 1957, ello era muy grave, en virtud de que la economía más poderosa del mundo, la de los EEUU, que al término de la guerra representó presumiblemente alrededor del 50% del PIB mundial, amén de que como botín de guerra, se había quedado con más del 60%, de las reservas de oro de Occidente; dejar de exportar sus excedentes de capital, era delicado, por que ésto les podía generar inflación e ineficiencia; tampoco, lo podría destinar a aumentar el gasto semanal a los hijos, ya que le produciría una generación de des obligados.

Todo ello influía en América Latina; por otro lado, concluía  un largo período, de alrededor de 150 años, sin que Asia ofreciera ningún peligro en las relaciones comerciales internacionales, amén del lapso conocido como la "posguerra", que permitía a México un crecimiento sostenido del producto y las exportaciones con altos aranceles, un considerable movimiento de inversiones directas extranjeras, más o menos buenos sueldos como proporción del (33%) PIB y un nivel sostenido de crecimiento en el empleo, además de un desarrollo importante en renglones de seguridad social y educación. Es importante destacar, que los elementos que configuran el llamado fin de la posguerra, son en realidad, buena parte de los elementos que explican la crisis actual, en la región.

La crisis política, que se presenta a escasos 11 años de haber terminado la Segunda Guerra Mundial, afectó a toda América, en el caso de México, estallaron muchos movimientos gremiales y sindicales como el de médicos en 1954, año de la devaluación a $12,50 X 1 dolar; de telegrafistas, maestros, ferrocarrileros y personal de las líneas aéreas entre 1957 (sputnik) y 1959, la crisis se manifestaba también en buena parte de los países de la región latinoamericana, caracterizándose por la caída del producto, del empleo, de los salarios, de las exportaciones, proliferando los movimientos militaristas y revolucionarios en el Cono Sur, desde 1959, se presentaba poco después del estallido en la guerra de Vietnam, el triunfo de la Revolución Cubana.

Pese a todo ello, el entonces vigoroso impulso de la economía norteamericana desde 1946, se manifestaba claramente en México, quien con raras excepciones, desde entonces, muestra un déficit permanente en su balanza comercial con los EEUU y casi ininterrumpidamente desde 1951, en su cuenta corriente.

Por su parte, la variación en la reserva de dólares del Banco de México entre 1951 y 1961, fué predominantemente negativa, excepto la variación positiva observada transitoriamente, entre los años de 1955 y 1956, con motivo de la devaluación de 1954 y en 1959, por escasos 56 millones de dólares, como resultado de la contracción en las importaciones de ese año. De cualquier forma, las variaciones negativas nunca fueron muy significativas, ello quiere decir, que la sobrevaluación monetaria aunque existía era poco relevante y aún no se presentaba el fenómeno de la globalización de la economía, el desafío asiático en el comercio internacional, se pondría abiertamente de manifiesto, hasta mediados de los años ´70.

La cuenta de errores y omisiones entre 1951 y 1972, fue predominantemente positiva, excepción hecha de 1966-1967, en que hubo pequeños saldos negativos. Esto es importante en la medida en que en esa cuenta se refleja generalmente la fuga de capitales. Ello quiere decir que había con todo, confianza en las finanzas e instituciones del país.

En todo caso, la política económica completa un ciclo entre 1942 y 1961, donde la tendencia a utilizar el endeudamiento externo, para el financiamiento del desarrollo fue menor y, como veremos adelante, fue el contexto externo, el que en medio de una coyuntura política mundial, prácticamente empujó con la Alianza para el Progreso ALPRO, al crecimiento y desarrollo del llamado "Estado propietario" con base en el crédito, en una primera etapa entre 1962-1973, con "créditos atados", en que el coeficiente de endeudamiento pasó de 6.55% a 16.18% y luego una segunda etapa entre 1974 y 1987, en que con la aparición de yacimientos petroleros, se liberaron los créditos atados; ahora ya prácticamente terminada la época del patrón oro, contra la garantía de las reservas de petróleo, ciclo en que el coeficiente de endeudamiento pasó de 21.50% al 90%.

El "Estado Propietario" 1962-1987

Los Japoneses fueron "Keynesianos", por supuesto, desde antes de que naciera Keynes. La llamada dinastía Meidji, aplicó una fuerte intervención del Estado entre 1868 y 1912, sin embargo, lo hicieron fundamentalmente con recursos propios.

http://ensayosalbertooliver.blogspot.com/2011/01/japon-y-mexico-la-reforma-del-estado.html

La Revolución Meidji.  El caso de una Revolución Ilustrada.

El pensamiento de Keynes, no es el malo, resulto excelente para la denominada economía mixta mexicana, sin embargo, llevar a la práctica una intervención del Estado, en una economía con valores de clase política tradicional, paternalista y predominantemente de economía de subsistencia, como lo es la cultura del ecosistema de Mesoamérica; centralizar las decisiones económicas con apoyo en las ventajas del Crédito Público, financiando con crédito externo, una política indiscriminada de subsidios, tanto a la producción como al consumo, favoreció el desarrollo de un régimen autoritario, centralista y con acoso ideológico a la clase media, productora de bienes y servicios para el mercado; permite financiar el déficit en la cuenta comercial con recursos ajenos e implica una sobre valuación monetaria, al accesar fácilmente a divisas, prohijando un consumo superior a la dinámica de lo que se produce. En ese caso, la intervención del Estado en materia económica, genera consecuencias ilusorias como muy perniciosas....

A partir de 1961, coincidentemente con el levantamiento del Muro de Berlín, Estados Unidos de Norteamérica, le propuso a los países de la región sudamericana, incluyendo a México, ya no la alianza para la guerra, sino la "Alianza para el Progreso" (ALPRO), mediante la cual, les ofrecía créditos a bajas tasas de interés, para apoyar la dinámica de la economía de la región latinoamericana.

Estados Unidos, tenía una fuerte liquidez de dólares, por el fin del Plan Marshall, que frenó la exportación de capitales que la expansión de Europa, la URSS y Asia le significaba; por lo tanto, era deseable colocar el incremento en sus stocks de líquidos, fuera de sus fronteras, aunque fuese a bajas tasas de interés, para así no alimentar la inflación y la ineficiencia internamente; asimismo, lograr que sus empresas pudiesen desarrollarse con base en el mercado exterior y con ello un mayor crecimiento industrial, ahora de carácter tras nacional. Justo, lo que a partir de 1989, le pasa a los capitales asiáticos, vía el mercado de capitales de Londres, cuya dinámica está presionando a la baja a la tasa Libor, incluso por abajo la tasa Prime de EUA, fenómeno nuevo en la historia contemporánea de Occidente.

Entre los años de 1958 y 1964, se empiezan a instalar, en toda la región latinoamericana, escuelas, facultades e institutos de administración pública; infraestructura técnica, indispensable para difundir la técnica del presupuesto por programas y la administración por objetivos, con el fin de divulgar una base de soporte técnico, para la aplicación de los recursos de la "Banca de Desarrollo Internacional". Aparecía en México, la Dirección General de Inversiones en la Secretaria de la Presidencia, paralelamente a la carrera de Administración Pública, en la UNAM, ello, al arranque de la administración del Presidente Adolfo López Mateos en 1958.

Es ésta oferta de crédito "atado", a ciertos proyectos y ciertas condicionantes de crecimiento del PIB de principios de los sesenta, que va a estimular el repunte del coeficiente de la deuda/PIB para hacerlo pasar de 0.15% en 1961, a 6.55% en 1962, 16.06 % en 1964 (ALM), 22.28% en 1970 (GDO), 16.18% en 1973. Hasta aquí había durado el impulso de los crédito de la ALPRO, pues el aumento en las tasas de interés, a prácticamente casi el doble, sometió a una presión tremenda en los países deudores de la América Latina, la crisis de pagos de México en 1973, las crisis fiscales de Chile en 1973 y de Argentina en 1974, ya empezaban a poner censores y a acotar el modelo ALPRO. La presión del mercado de los energéticos de la OPEP, desde 1971, empezó a presionar la llegada del "neoliberalismo".

La banca comercial, a partir de 1974, empezó a penetrar en el fondeo de la banca de desarrollo, con el fin de realizar la colocación de excedentes; es menester destacar que, entre el soporte ideológico del diseño de política económica del llamado New Deal (nuevo trato), impulsada por Franklin Delano Roosvelt en 1936 (Keynes) y la ALPRO de John F Kennedy (John Kenneth Galbraith) en 1961 (CEPAL-UNCTAD Raúl Prebish), se puede concluir que fueron los propios Estados Unidos los que impulsaron en América Latina la aparición y desarrollo de la llamada intervención del Estado a crédito, o sea al llamado "estado propietario" y al desarrollo de las para-estatales aunque fuesen ineficientes; la política de subsidios indiscriminados, fue el resultado natural de la cultura de subsistencia y la debilidad del mercado interno en México, ambigüedades del Art. 3o constitucional y la permanencia e impulso de los ejidos en el medio rural. 

No fue posible, recuperar las inversiones realizadas, vía tarifas, en virtud de que los ingresos del mercado interno, no tenían la misma dinámica, que los ambiciosos objetivos de los dirigentes gubernamentales norteamericanos y el acelerado ritmo de las inversiones públicas nacionales, por ello, la estabilidad del tipo de cambio entre 1962 y 1976, propia del autodenominado "desarrollo estabilizador" implicó la sobre valuación del peso y de manera natural llevó a los países de América Latina a las crisis fiscales y a políticas económicas propias de los años setenta; México libró el drama del ajuste en 1971-1976, por el azaroso repunte de los precios de las materias primas y productos naturales de exportación, incluyendo petróleo, café y camarón; sin embargo, ello presionó la llegada en Gran Bretaña de Margaret Tatcher en 1979 y de Reagan en EEUU en 1980; su turno le llegaría a México a partir de 1983, con Miguel de la Madrid, a la caída de los precios 1981-1982 y la subida de las tasas de interés.

El saldo de la balanza comercial de México, en estas condiciones, continuaba siendo negativo, destinado en buena parte, para el equipamiento de la infraestructura y posteriormente, aumentando la dependencia con la compra de partes y refacciones; de manera destacada, aunque no exclusivamente, el destino más importante de las transferencias de capital vía créditos, por diversos motivos lo fue el sector comunicaciones y transportes, así como los sectores energético (electricidad y petróleo), por su parte los subsidios al consumo y a la producción fueron en prácticamente todos los sectores: léase agropecuario, forestal, pesquero, servicios, turismo, comercial y energético industrial.

Las variaciones en la reserva de divisas del Banco de México fueron positivas entre 1962 y 1982 (las vacas gordas), en que la continuidad de los flujos del exterior, como en el siglo XXI las remesas, le daba confianza al sistema sobre todo de corto plazo, sin embargo, ya para los años de 1976 y 1982, en que por lo considerable de las variaciones de las tasas de interés primero, y después por la caída de los precios de las exportaciones, en las reservas del Banxico se produjeron sendas devaluaciones.

Un aspecto "curioso" es que entre 1973 y 1986 la cuenta de errores y omisiones, que como ya hemos apuntado refleja la fuga de capitales, fue permanentemente negativa, lo cual a su vez señala los rendimientos negativos que ofreció el sistema Bancario Nacional a los ahorradores, esto se puede corroborar, en tanto que el costo porcentual promedio de captación bancaria (CPP), o sea, lo que en promedio se pagaba a los ahorradores, siempre fue menor en todo este período, que la inflación interna más el deslizamiento del dólar, esto último, de hecho cambió a partir de 1991, en que la reducción de la inflación y el aumento de las tasas nacionales de interés, provocaron el efecto combinado de atraer capital financiero del exterior, financiar el déficit comercial y el de la cuenta corriente; dicha política se considera representó un costo elevado para los productores locales, por significar un costo financiero muy oneroso, que en esas, condiciones, compitiendo con diseños de importación,  con un dólar barato o peso sobre valuado, terminó sacándolos del mercado.

La especulación, fue sin duda, una de las grandes características de este período y va a explicar, en gran medida, no sólo el crac bursátil de 1987 y, más tarde una devaluación de diciembre de 1994, sino también, la conformación de los grupos que van a poder participar en la compra de empresas para-estatales en venta a partir de la des-incorporación de Fundidora de Monterrey a principios de los ´80, en que se inicia el fin del estado propietario (hipotecado), ajuste tristemente necesario y por ello dolorosamente afortunado, que ha podido ir avanzando, disminuyendo el costo social del cambio estructural, con el apoyo del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), sin que por ello, deje de tener detractores, algunos de ellos, amarrados ideológicamente a esquemas mesoamericanos medievales con fachada socialista, que en realidad, propugnan por volver a las políticas y niveles de bienestar del estado propietario pero, "sin pagar la deuda", sin actualizar cuotas, tarifas, intereses;  exhortar al crecimiento demográfico, educación superior gratuita y propugnando por el aumento ciento por ciento del consumo doméstico; mentalidad de financiamiento del desarrollo primitiva, tropical e irresponsable, ajena a la mínima cultura financiera, quienes además no les interesa colaborar en ningún proyecto, o sea poner el hombro.

Desde 1973, en que se liberaron los llamados "créditos atados" y se le ofreció a México, créditos ahora con base, en las reservas petroleras, ya que, el llamado patrón oro, había quedado atrás, junto con los acuerdos de Bretton Woods, justo en la Reunión de Ginebra en 1973, que, con motivo del monopolio tan enorme de las reservas áureas que tenían los Estados Unidos, había dejado en la práctica de operar desde 1971, en que comenzó la flotación del dólar y la desmonetización del oro; entre las reclamaciones mercantilistas de Charles Degaulle del 68 y la crisis de precios la OPEP de inicios de los 70, el oro superaba por primera vez la frontera psicológica de los 100 dólares onza troy.

Con ello en México, el coeficiente de endeudamiento/PIB pasó de 16.18% en 1973 a 39.76% en 1976 (LEA), 38.90% en 1981 y el gran brinco a 65.39% en 1982 (JLP), en este año fué, en que la tasa PRIME llegó a su mayor récord histórico de todo el siglo XX: 15.53%; la inercia de los acontecimientos y del modelo iniciado en 1962, hacían que el coeficiente de endeudamiento de México, se estabilizase entre 1986-1987, en alrededor del 90% del PIB.

De manera coincidente se planteaba en la UNAM, por los ex del "68" hijos de normalistas... la modificación al programa de la Facultad de Economía que data precisamente del Foro de 1974, justo en lo que hemos denominado la "segunda etapa" de la formación del llamado "estado propietario", simplemente las expectativas de esos años se modificaban, por el peso de los acontecimientos.

http://ensayosalbertooliver.blogspot.com/2018/10/el-mito-del-movimiento-estudiantil-de.html

La carga fiscal (los impuestos como proporción del PIB), promedió apenas 13.6% entre 1972 y 1992, llegando a 15% en 1980-82 y a su máximo histórico de 18.7% en 1983, para disminuir hasta 12.91% (E) en 1994. La disminución de la dinámica del crecimiento económico, la disminución de los precios de la exportación de materias primas de exportación, aunado a la disminución y eliminación de aranceles al comercio externo, la devolución del impuesto al valor agregado a los exportadores, dada la competencia comercial frente a la globalización,  un Reglamento Agrario que exige el "Derecho de Tanto" para poder ejercer el derecho pleno sobre la parcela ejidal y un sistema de educación pública mal diseñado, entrampado en la ambigüedad de la gratuidad del Art 3o Constituicional, explica en mayor o menor medida éste comportamiento.

Sin duda, la gran desproporción que se llegó a dar en 1987, entre el coeficiente de la Deuda/PIB cercano a 90% y la carga fiscal de tan sólo 13.18%, sometió a gran presión al sistema, lo cual se manifestó abiertamente en las elecciones de 1988, hecho que el Presidente Salinas, representante de una clase política ligada al desarrollo estabilizador, atacó con mucho éxito desde el principio de su administración, que en la práctica, consistió en eludir el costo del ajuste sobre valuando el tipo de cambio, recuperar ligeramente el crecimiento y los salarios, desafortunadamente con el costo implícito de las altas tasas de interés, a partir de 1991, a fin de sustituir la dependencia del endeudamiento directo del gobierno federal con los flujos externos de capital (hot money), ello le implicará un costo elevado a la economía real, que posteriormente traerá costos enormes, muy grandes a todo el sistema económico, incluso al mundial por requerir la economía mexicana de un paquete de ayuda extraordinario por el deseo ingenuo de eludir el costo del ajuste en esas condiciones. Consideramos, ese es el origen del llamado "error de diciembre".

En esos últimos cinco años (1988-1994), se ha desincorporado buena parte de las funciones para-estatales desarrolladas fundamentalmente entre 1955 y 1987, en las que el crédito representó el puntal y basamento de la política económica "autoritaria-centralizadora", restando para el período 1995-2000, lo que podemos llamar el plato fuerte, el Sector Comunicaciones y Transportes, así como el Sector Energético Industrial: PEMEX Y CFE.

La des-centralización de la vida nacional, la política concertadora, con base en los pactos desde 1987, permitieron junto con la política de apertura a la inversión extranjera, la re-ordenación económica y el cambio estructural, y que el coeficiente de endeudamiento/PIB haya podido descender de 90.51% en 1986, a solo 34.25% en 1994 (E), lo cual aunado a las reformas constitucionales (insuficientes), fundamentalmente a partir de la legislatura de 1991, a los artículos 3° y 27°, así como en forma destacada a la Ley Agraria, de Pesca (Mar y Tierra), educación, minería, ferrocarriles, petroquímica, puertos, caminos y puentes, de inversión extranjera, telecomunicaciones, permiten vislumbrar nuevas posibilidades de desarrollo para el país, que hasta hace poco tiempo eran inimaginables; la nueva fisonomía de la nación mexicana, permitirá con el tiempo corregir, incluso, los excesos en el crecimiento demográfico, que se presentaron entre 1963 y 1987, así como la permanente caída en la productividad percápita/pea remunerada, que se observó de manera continua desde 1970, hasta 1986 inclusive.

El déficit del saldo de la balanza comercial de México bajo la administración de Carlos Salinas de Gortari en los últimos 6 años 1989-1994, cercano a los 50,000 millones de dólares, fué muy contrastante con el superávit de 52.1 mil millones de USD del sexenio de Miguel de La Madrid, significó más de 13 veces al déficit acumulado del sexenio de López Portillo de 3.8 mil millones de USD y más de 5 veces el acumulado por el de Luis Echeverría Alvarez de 11.5 mil millones de USD.

Buena parte de este déficit ha tratado de justificarse argumentando "que ha sido dirigido fundamentalmente para la compra de bienes de capital, procesos industriales, materias primas y productos intermediarios, para el proceso de modernización de la planta productiva del país, con el fin de poder participar en la dinámica comercial en las actuales condiciones", sin embargo, en la práctica representó una bomba de más de US 100 mil millones de dólares a la economía real que semi-pulverizó a la planta productiva nacional, generando el mayor desempleo de la historia del país. Hubo opiniones y voces tanto nacionales, como extranjeras, que sugerían que podía ser el preludio de una devaluación, sin embargo, el manejo discrecional de las cifras, la ilusión de la globalización, el deseo de creer, los cambios en la constitución y la seguridad que ofrecía el mayor volumen de reservas internacionales de la historia del país, pudieron engañar a propios y extraños, re-iniciando el ajuste en diciembre de 1995, con un dramatismo nunca visto.

La crisis que presenta el país, después de las "vacas gordas", las dos décadas ganadas, de 1962-1982, solo es comparable con la decadencia de la España de los Habsburgo a partir de 1668, cuya disposición de una oferta de metales abundante proveniente de América, no le permitió el mantenimiento de la hegemonía política además, como ya lo han señalado varios hispanistas, como Pierre Chaunu, Earl, J. Hamilton y Pierre Vilar, encareció el costo de sus procesos industriales, frente a los países vecinos, los cuales no tuvieron esa distorsión y pudieron, por la vía del comercio, absorberle buena parte del oro y las riquezas obtenidas en las indias.

"Para que la riqueza sea suficiente hay que observar un gran principio:

Aquellos que la producen deben ser numerosos, aquellos que la consumen poco numerosos, los que la producen deben ser rápidos, los que la consumen deben hacerlo lentamente, sólo entonces la riqueza siempre será suficiente":

Confucio

La conclusión de este repaso, en relación al endeudamiento de México y su contexto internacional, es que particularmente en Mesoamérica, no ha existido en la práctica, una cultura financiera, sin que, ello quiera decir que no hayan existido o existan buenos financieros y economistas, lo que sucede, es que éstos existen siempre como excepción, no como regla general, esta afirmación, es con el apoyo de la evidencia. Ello lo ha expresado, en relación a la literatura nacional, en un orden de ideas muy próximo Gutierre Tibón, cuando le preguntaron, si había buenos escritores en México, al comentar el caso de Octavio Paz como Premio Novel, a lo cual él respondió, que "por supuesto que había buenos escritores, pero no como regla, sino más bien como excepción".

México a fines del siglo XX y principios del XXI, continúa dando la imagen de un adolescente que padece, experimenta, administra y padece todo género de crisis, incluyendo la contaminación de la Ciudad de México, donde el psicoanálisis poco le puede ofrecer y el esfuerzo por remontar la crisis lo tiene enfrente, pareciendo que aprende con los papeles en la mesa. En la actualidad el presidente para 2018-2024, ha planteado en el discurso de toma de protesta,  "volver al desarrollo estabilizador y ha satanizado al neoliberalismo". Pareciera que pretende darle al borracho una botella de licor, para quitarle la cruda...

Aquí una lista  de aspectos que se antojan como necesarios para reflotar la economía nacional.

http://ensayosalbertooliver.blogspot.com/2018/11/puntos-de-acuerdo-de-la-2a-marcha-del-2.html



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