21 de febrero de 1994.
Desde el punto de vista de los climas, los Estados Unidos Mexicanos presentan una división geográfica, ecosistema y cultural fundamental consistente en: 1) Mesoamérica, 2) Aridoamérica y 3) el Oasis de América.
Las zonas que comprende Mesoamérica se pueden apreciar muy bien en un gran mapa, expuesto en el museo Nacional de Antropología e Historia de Chapultepec, en términos muy generales son: por el Pacífico, la parte sur del Río Culiacán, Nayarit, Autlán Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas; por el Altiplano, México, el Distrito Federal, Morelos, Tlaxcala, Puebla y la Huasteca Hidalguense; por el Golfo: Veracruz, Tabasco y en el Caribe la Península de Yucatán.
Por su parte Aridoamérica, bien puede ser el resto de la república siguiendo la ruta de los viñedos, hacia el norte, desde Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Durango, los Altos de Jalisco, el norte del Río Culiacán, Sonora, las dos Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, y Tamaulipas.
El Oasis de América es grosso modo, desde el Valle del Yaqui y del Mayo, hasta Magdalena de Kino, ésto es, la franja de tierra entre el desierto de altar y la parte occidental de la sierra madre, a la altura del estado de Sonora, donde por cierto llueve en distintas épocas del año y con los jugos de las montañas se nutren las presas de la más comercial, mayor riego y moderna agricultura del país, sin desmedro, de la buena fama, ganada a pulso, de la agricultura de la Baja California, del bajío, del Golfo de México (Veracruz y Tabasco), Chiapas y de las muy productivas, ricas y hoy casi extintas chinampas en la zona lacustre de la capital del país, en Xochimilco.
Hasta aquí, podríamos decir que la situación entre el Norte de México y Mesoamérica es muy contrastante no solo en sus climas, sino practicamente en todo: historia, tradiciones, cultura, cultivos, máscaras, religión, costumbres, arquitectura, comida, aspectos ideológicos, infraestructura, niveles de dispersión, marginación y pobreza, modos de producción excedentarios y de subsistencia, economía, demografía y por último y no por ello menos importante, la etnología y con ello civilización, formas de hacer política e intercambios entre los hombres. En realidad los llamados "muchos Méxicos", desde este punto de vista se podrían agrupar en los dos Méxicos: el de Aridoamérica norte occidental, liberal y exógamo y el del sur tropical húmedo, mesoamericano, endógamo, comunitario y tradicional esto es, precapitalista y de subsistencia.
Carlos Marx, en los fundamentos de la crítica de la economía política, cuando se refiere a los modos de producción, señala que el conquistador tiene tres posibilidades: PRIMERA, respetar el modo de producción encontrado y contentarse con un tributo, SEGUNDA, imponer un modo de producción que integre a todo el conjunto y TERCERA, desarrollar un modo de producción que articule de manera combinada y desigual (R. M. Marini), ambos modos de producción, como una forma de síntesis.
De acuerdo con lo anterior, en lo que respecta a México y a buena parte de América Latina, el "respeto", hacia el modo de producción encontrado ha significado no un tributo más, sino un muy grande tributo, el cual para nosotros como para muchos colegas, se traduce en la permanencia del nivel de marginación y de pobreza que hoy conocemos y que ya existía desde la llegada de Fray Bartolomé de las Casas y de Motolinia por estas tierras. Solo así, es posible entender o admitir la afirmación de Octavio Paz de que los "no indígenas", sean culpables de la situación de marginación y pobreza que presentan estas comunidades nacionales, mayoritarias para algunos como Guillermo Bonfil Batalla en su "México Profundo" y minoritarias para otros como el INEGI, de acuerdo con los Censos de Población y de Vivienda.
Desde este punto de vista, Mesoamérica ha sido ocupada por occidente desde hace 500 años, sin embargo, en lo que respecta al modo de producción aún no ha sido realmente transformada, la presente generación tiene enfrente el dilema de occidentalizar a Mesoamérica civilizadamente, sin los recursos de la llamada "leyenda negra", o bien mesoamericanizar a todos los Estados Unidos Mexicanos, situación poco viable como prospectiva de la aldea global.
Frente a la globalización, las economías de subsistencia de Mesoamérica tienen contados sus días -15 años para el TLC-, por lo tanto, creemos que la occidentalización es la tendencia dominante, en el contexto de la nueva "guerra fría" que, Samuel P. Hunttington llama "western vs. non western" o bien como la refiere Clinton-Kantor, frente a la actual guerra comercial entre Occidente y Asia, sin embargo, la resistencia a la globalización y a la occidentalización está a la vista en muchas partes.
Paradojas de la historia, en 1919, aparece el fascismo en Italia, muere Zapata y toman el poder los Sonorenses; en 1936, bajo la dirigencia de un líder mesoamericano, el General Lázaro Cárdenas, se reforma el Partido Nacional Revolucionario (PNR), con la Confederación Nacional Campesina (CNC), y la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), y se forma el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), con ello hay un cambio fundamental en la clase política mexicana, una suerte de cambio de camisetas, ya que con el apoyo de las organizaciones campesinas se reduce de la escena, la clase política de Aridoamérica, al salir del país, el otrora llamado "jefe máximo", siendo deportado hacia los EE.UU. el General Sonorense Plutarco Elías Calles, en la actualidad, casualmente al entrar en operación el Tratado de Libre Comercio (TLC), aparece nuevamente, ahora en Chiapas, un movimiento campesinista con el fantasma del General Emiliano Zapata con el EZLN, en la región menos occidental de Mesoamérica, uno de los estados con los mayores índices de marginación y de pobreza del país.
Por todo lo anterior, esta situación de conflicto entre estas dos zonas culturales, no es nueva, tiene muchos precedentes; se encuentran fundamentalmente, aunque no exclusivamente en 1919, en 1936 y en 1988, por ello de aquí al 15 de marzo próximo, podrían presentarse algunos "hallazgos", no por "las bolas" como se ha dicho, pero si por "la bola"... veremos*.
El conflicto de Chiapas, como fenómeno social contemporáneo, es como en muchos casos, la versión mexicana de problemas nacionales e interétnicos de otras latitudes y regiones; problemas que han estado latentes desde hace mucho tiempo y que a la caída de la URSS, así (como a la caída del imperio romano), y del viejo orden "interventor y benefactor" en el país, se presentan como fenómenos de "larga gestación-duración", solo comparables con el problema palestino, el centroamericano, el problema de Bosnia Hersegobina, el separatismo vasco, Irlandés, Canadiense o la no unidad alemana; desde este punto de vista, estamos frente a un conflicto con gran historia, antecedentes y motivos; por ello, de no resolverse en el corto plazo, como lo ha señalado el Comisionado para la Paz en el Estado de Chiapas, Manuel Camacho Solis, podrá tener una gran perspectiva de permanencia y por lo mismo de muy difícil solución; el conflicto no tendrá por que resolverse fácil, sencilla ni rápidamente, cuando hay raíces tan largas y complejas, con ramificaciones tan poderosas en toda Mesoamérica.
Para corroborar lo anterior, basta observar que en 1983, el Centro de Investigación y Docencia Económica (Appendini), en las Unidades de Producción Agropecuarias de los 17 estados de Mesoamérica, los "productores productivos" de ejidos, comunidades y pequeños propietarios fueron el 12.4% y el 9.3% respectivamente, por su parte de 15 entidades, predominantemente de Aridoamérica u occidente de México las cifras resultaron sorprendentemente mayores, siendo 46.9% y 40.5% respectivamente.
Ojalá, estos datos, no sean el antecedente dentro de "N" años, de una nueva fractura geopolítica de la Unidad Mexicana y que nos veamos como la "versión mexicana" de Corea del Norte y Corea del Sur.
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* El 23 de marzo de 1994, de manera fatídica cayó ultimado el candidato a la Presidencia de la República el Sonorense y Aridoamericano Luis Donaldo Colosio Murrieta, por un magnicida alienado de origen mesoamericano Michoanaco Mario
Desde el punto de vista de los climas, los Estados Unidos Mexicanos presentan una división geográfica, ecosistema y cultural fundamental consistente en: 1) Mesoamérica, 2) Aridoamérica y 3) el Oasis de América.
Las zonas que comprende Mesoamérica se pueden apreciar muy bien en un gran mapa, expuesto en el museo Nacional de Antropología e Historia de Chapultepec, en términos muy generales son: por el Pacífico, la parte sur del Río Culiacán, Nayarit, Autlán Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas; por el Altiplano, México, el Distrito Federal, Morelos, Tlaxcala, Puebla y la Huasteca Hidalguense; por el Golfo: Veracruz, Tabasco y en el Caribe la Península de Yucatán.
Por su parte Aridoamérica, bien puede ser el resto de la república siguiendo la ruta de los viñedos, hacia el norte, desde Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Durango, los Altos de Jalisco, el norte del Río Culiacán, Sonora, las dos Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, y Tamaulipas.
El Oasis de América es grosso modo, desde el Valle del Yaqui y del Mayo, hasta Magdalena de Kino, ésto es, la franja de tierra entre el desierto de altar y la parte occidental de la sierra madre, a la altura del estado de Sonora, donde por cierto llueve en distintas épocas del año y con los jugos de las montañas se nutren las presas de la más comercial, mayor riego y moderna agricultura del país, sin desmedro, de la buena fama, ganada a pulso, de la agricultura de la Baja California, del bajío, del Golfo de México (Veracruz y Tabasco), Chiapas y de las muy productivas, ricas y hoy casi extintas chinampas en la zona lacustre de la capital del país, en Xochimilco.
Hasta aquí, podríamos decir que la situación entre el Norte de México y Mesoamérica es muy contrastante no solo en sus climas, sino practicamente en todo: historia, tradiciones, cultura, cultivos, máscaras, religión, costumbres, arquitectura, comida, aspectos ideológicos, infraestructura, niveles de dispersión, marginación y pobreza, modos de producción excedentarios y de subsistencia, economía, demografía y por último y no por ello menos importante, la etnología y con ello civilización, formas de hacer política e intercambios entre los hombres. En realidad los llamados "muchos Méxicos", desde este punto de vista se podrían agrupar en los dos Méxicos: el de Aridoamérica norte occidental, liberal y exógamo y el del sur tropical húmedo, mesoamericano, endógamo, comunitario y tradicional esto es, precapitalista y de subsistencia.
Carlos Marx, en los fundamentos de la crítica de la economía política, cuando se refiere a los modos de producción, señala que el conquistador tiene tres posibilidades: PRIMERA, respetar el modo de producción encontrado y contentarse con un tributo, SEGUNDA, imponer un modo de producción que integre a todo el conjunto y TERCERA, desarrollar un modo de producción que articule de manera combinada y desigual (R. M. Marini), ambos modos de producción, como una forma de síntesis.
De acuerdo con lo anterior, en lo que respecta a México y a buena parte de América Latina, el "respeto", hacia el modo de producción encontrado ha significado no un tributo más, sino un muy grande tributo, el cual para nosotros como para muchos colegas, se traduce en la permanencia del nivel de marginación y de pobreza que hoy conocemos y que ya existía desde la llegada de Fray Bartolomé de las Casas y de Motolinia por estas tierras. Solo así, es posible entender o admitir la afirmación de Octavio Paz de que los "no indígenas", sean culpables de la situación de marginación y pobreza que presentan estas comunidades nacionales, mayoritarias para algunos como Guillermo Bonfil Batalla en su "México Profundo" y minoritarias para otros como el INEGI, de acuerdo con los Censos de Población y de Vivienda.
Desde este punto de vista, Mesoamérica ha sido ocupada por occidente desde hace 500 años, sin embargo, en lo que respecta al modo de producción aún no ha sido realmente transformada, la presente generación tiene enfrente el dilema de occidentalizar a Mesoamérica civilizadamente, sin los recursos de la llamada "leyenda negra", o bien mesoamericanizar a todos los Estados Unidos Mexicanos, situación poco viable como prospectiva de la aldea global.
Frente a la globalización, las economías de subsistencia de Mesoamérica tienen contados sus días -15 años para el TLC-, por lo tanto, creemos que la occidentalización es la tendencia dominante, en el contexto de la nueva "guerra fría" que, Samuel P. Hunttington llama "western vs. non western" o bien como la refiere Clinton-Kantor, frente a la actual guerra comercial entre Occidente y Asia, sin embargo, la resistencia a la globalización y a la occidentalización está a la vista en muchas partes.
Paradojas de la historia, en 1919, aparece el fascismo en Italia, muere Zapata y toman el poder los Sonorenses; en 1936, bajo la dirigencia de un líder mesoamericano, el General Lázaro Cárdenas, se reforma el Partido Nacional Revolucionario (PNR), con la Confederación Nacional Campesina (CNC), y la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), y se forma el Partido de la Revolución Mexicana (PRM), con ello hay un cambio fundamental en la clase política mexicana, una suerte de cambio de camisetas, ya que con el apoyo de las organizaciones campesinas se reduce de la escena, la clase política de Aridoamérica, al salir del país, el otrora llamado "jefe máximo", siendo deportado hacia los EE.UU. el General Sonorense Plutarco Elías Calles, en la actualidad, casualmente al entrar en operación el Tratado de Libre Comercio (TLC), aparece nuevamente, ahora en Chiapas, un movimiento campesinista con el fantasma del General Emiliano Zapata con el EZLN, en la región menos occidental de Mesoamérica, uno de los estados con los mayores índices de marginación y de pobreza del país.
Por todo lo anterior, esta situación de conflicto entre estas dos zonas culturales, no es nueva, tiene muchos precedentes; se encuentran fundamentalmente, aunque no exclusivamente en 1919, en 1936 y en 1988, por ello de aquí al 15 de marzo próximo, podrían presentarse algunos "hallazgos", no por "las bolas" como se ha dicho, pero si por "la bola"... veremos*.
El conflicto de Chiapas, como fenómeno social contemporáneo, es como en muchos casos, la versión mexicana de problemas nacionales e interétnicos de otras latitudes y regiones; problemas que han estado latentes desde hace mucho tiempo y que a la caída de la URSS, así (como a la caída del imperio romano), y del viejo orden "interventor y benefactor" en el país, se presentan como fenómenos de "larga gestación-duración", solo comparables con el problema palestino, el centroamericano, el problema de Bosnia Hersegobina, el separatismo vasco, Irlandés, Canadiense o la no unidad alemana; desde este punto de vista, estamos frente a un conflicto con gran historia, antecedentes y motivos; por ello, de no resolverse en el corto plazo, como lo ha señalado el Comisionado para la Paz en el Estado de Chiapas, Manuel Camacho Solis, podrá tener una gran perspectiva de permanencia y por lo mismo de muy difícil solución; el conflicto no tendrá por que resolverse fácil, sencilla ni rápidamente, cuando hay raíces tan largas y complejas, con ramificaciones tan poderosas en toda Mesoamérica.
Para corroborar lo anterior, basta observar que en 1983, el Centro de Investigación y Docencia Económica (Appendini), en las Unidades de Producción Agropecuarias de los 17 estados de Mesoamérica, los "productores productivos" de ejidos, comunidades y pequeños propietarios fueron el 12.4% y el 9.3% respectivamente, por su parte de 15 entidades, predominantemente de Aridoamérica u occidente de México las cifras resultaron sorprendentemente mayores, siendo 46.9% y 40.5% respectivamente.
Ojalá, estos datos, no sean el antecedente dentro de "N" años, de una nueva fractura geopolítica de la Unidad Mexicana y que nos veamos como la "versión mexicana" de Corea del Norte y Corea del Sur.
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* El 23 de marzo de 1994, de manera fatídica cayó ultimado el candidato a la Presidencia de la República el Sonorense y Aridoamericano Luis Donaldo Colosio Murrieta, por un magnicida alienado de origen mesoamericano Michoanaco Mario
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